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12 años clave en la vida de Juan sin Tierra

El rey Juan sin Tierra, hermano de Ricardo Corazón de León, arrastra una pésima fama. Presentamos doce años clave para la vida del monarca.

El rey Juan Sin Tierra en una cacería.

La vida de Juan Sin Tierra

Fue su padre, Enrique II, primer rey de Inglaterra de la casa Plantagenet, quien le apodó “Sin Tierra” cuando Juan tenía dos años. Toda una profecía para un niño que, aunque heredaría finalmente las posesiones que conformaban el llamado Imperio angevino (territorio acumulado por Enrique a golpe de guerras y por su matrimonio con Leonor de Aquitania, la mujer más rica de su tiempo), sería incapaz de conservarlas.

Su padre fue rey de Inglaterra, duque de Normandía y de Aquitania, conde de Anjou, de Maine y de Nantes y señor de Irlanda. Enrique también controló, en distintos períodos, Gales, Escocia y Bretaña. Su poder solamente tenía parangón con el del emperador Federico I Barbarroja, en el este de Europa.

Juan estuvo al margen de aquel primer reparto de la herencia familiar, ganando a cambio un apodo que, sin duda, lo marcaría a nivel personal. Estos fueron algunos de los años clave en la vida del futuro monarca inglés:

Juan fue el menor de los ocho vástagos (a la dcha.) de Enrique II y Leonor de Aquitania.

TERCEROS

1167

Nació en Oxford en 1167. Juan fue el menor de los ocho vástagos de Enrique II y Leonor de Aquitania, la pareja más influyente en la Europa de mediados del siglo XII. Cuando nació, Enrique gobernaba en un territorio que se extendía desde el sur de Francia hasta la frontera entre Inglaterra y Escocia. En cuanto tuvo la edad, el más pequeño de los Plantagenet fue enviado a estudiar a un monasterio, lejos de sus padres. El lugar escogido era una institución excepcional: la abadía de Fontevraud, en Anjou.

1183

Su padre, Enrique II, empezó a tener en cuenta a Juan tras la muerte de su hermano mayor Enrique, por disentería, en 1183. Juan tenía entonces dieciséis años y, en uno de sus famosos arranques de impulsividad, su padre le ordenó enfrentarse a Ricardo y reclamar el ducado de Aquitania. Obedeció Juan, fracasando en la primera de las muchas batallas que perdería a lo largo de su vida.

Claustro de la Abadía de Fontevraud. Foto: Wikimedia Commons / Jean-Christophe Benoist / CC BY-SA 3.0.

TERCEROS

1185

En abril de 1185, con una tropa de trescientos soldados y una importante suma de dinero en las alforjas, Enrique II lo destinó a Irlanda en calidad de “Señor” de la misma. La misión de Juan era arrebatar el control del territorio a Hugo de Lacy, un caballero que siempre había sido leal a Enrique II, pero del cual el rey desconfiaba en ese momento. El periplo de Juan en Irlanda fue un nuevo desastre: a su ya notoria crueldad con sus oponentes se unieron su ineptitud política y sus gustos extravagantes (le apasionaban las joyas), que hicieron que se quedara sin fondos para las tropas. Tras ocho meses de periplo y sin lograr los apoyos para ejercer de “Señor de Irlanda”, volvió a Inglaterra, derrotado.

1189

En esta fecha, Ricardo, temeroso de no ser nombrado heredero, se rebeló contra su padre. Se alió con el rey Felipe Augusto de Francia y ambos declararon la guerra a Enrique II. Juan se unió a ellos. Enfermo y abandonado por casi toda su familia, el monarca falleció el 6 de julio, en la fortaleza real de Chinon.

Ricardo I Corazón de León otorgó a Juan diversos títulos y tierras entre las que se encontraba el condado de Nottingham, marco de las historias de Robin Hood.

Ricardo I Corazón de León fue coronado en la abadía de Westminster en septiembre de ese mismo año. El nuevo monarca otorgó a Juan el título de conde de Mortain, lo ratificó como Señor de Irlanda y lo prometió con Isabel, heredera del condado de Gloucester. Asimismo, le otorgó una vasta extensión de tierras en Inglaterra. Entre ellas, las del condado de Nottingham, marco de las historias de Robin Hood, el arquero que robaba a los ricos para ayudar a los pobres.

Coronación de Ricardo I en la abadía de Westminster.

TERCEROS

1194

Juan, ante la noticia de que Ricardo iba a reconocer como heredero a Arturo, hijo de su hermano mayor Godofredo, intentó derrocar al rey ausente, aliándose con el siempre dispuesto Felipe Augusto de Francia.

El segundo intento de rebelión lo abortó la vuelta de Ricardo en 1194, que había sido hecho prisionero del archiduque Leopoldo de Austria. Con el retorno del rey, Juan fue desterrado y desposeído de sus tierras. Sin embargo, unos meses después, su hermano lo perdonó.

Castillo de Chinon, donde murió Enrique II. Foto: Wikimedia Commons / Franck Badaire / CC BY-SA 3.0.

TERCEROS

1199

Ricardo, epítome del rey guerrero y ausente, murió a causa de una herida de ballesta en una nueva batalla contra Felipe Augusto. “En su lecho de muerte nombró sucesor a Juan, pese a que, por la ley de primogenitura, su sobrino Arturo debería haberlo sucedido. De este modo, y pese a su rivalidad, Ricardo y Juan conspiraron para mantener la Corona en la familia inmediata”, escribe el autor Mike Ibeji. Juan I fue coronado en la abadía de Westminster el 27 de mayo de 1199. Tenía 32 años.

1204

El nuevo rey provocó el primer conflicto de su reinado al disolver su matrimonio con Isabel de Gloucester para, a continuación, secuestrar a la jovencísima Isabel de Angulema, de doce años, prometida de Hugo de Lusignan, y esposarse con ella. Este acto fue un agravio para la poderosa casa de Lusignan y desembocó en una nueva guerra entre Juan y Felipe Augusto, que se saldó con la pérdida de Normandía en 1204.

Retrato del papa Inocencio III.

TERCEROS

1206

En 1206, Anjou, Maine y partes de Poitou también pasaron a manos del rey francés. Estas pérdidas territoriales supusieron un gran revés para Juan y le obligaron a residir casi de forma permanente en Inglaterra, lo que implicó que fuera el primer rey inglés desde la conquista normanda que habló este idioma con fluidez.

El gobierno de Juan se caracterizó por una fortísima presión tributaria y una interferencia cada vez mayor en los privilegios de la nobleza.

Su presencia constante en suelo inglés se tradujo en la construcción de una administración muy eficiente, supervisada por el propio Juan. Un gobierno caracterizado por una fortísima presión tributaria y una interferencia cada vez mayor en los privilegios de la nobleza.

1208

Juan desencadenó un agrio enfrentamiento con el papa Inocencio III a causa del nombramiento del nuevo arzobispo de Canterbury. Se negaba a aceptar al candidato del pontífice, lo que conllevó su excomunión y la amenaza de una cruzada, liderada por Felipe Augusto, para colocar en el trono a su hijo Luis. Consciente de que sus barones apoyarían la cruzada, el rey cedió finalmente ante el papa.

1212

La obsesión de Juan por recuperar los territorios perdidos, su empecinamiento contra el papa y su afán recaudatorio estuvieron a punto de costarle también el trono de Inglaterra. En agosto de 1212, diversos miembros de la nobleza, hartos de sus injerencias, se confabularon para asesinarlo durante una expedición militar. Juan consiguió zafarse y, dos años después, lanzó una nueva campaña para retomar sus antiguas tierras francesas. Fue otro sonado fracaso.

La Carta Magna que Juan sancionó en 1215.

TERCEROS

1215

A su retorno a Inglaterra, derrotado, se enfrentó a un descontento cada vez mayor de los barones, liderados por Robert Fitzwalter, que se tradujo en el estallido de la guerra civil en 1215. Los rebeldes llegaron a sitiar Londres. Al ver que tenía todas las de perder, Juan aceptó negociar con sus oponentes.

Juan I sancionó la Carta Magna en junio de 1215, por la cual se comprometía a respetar los derechos de los señores feudales y someterse a la legislación inglesa.

La paz se ofrecía bajo una condición: la firma de un acuerdo –conocido como Carta Magna– en el que el rey se comprometía a respetar los derechos de los señores feudales y someterse a la legislación inglesa. Juan I sancionó la Carta Magna en junio de 1215, a orillas del Támesis.

La catedral de Worcester, donde está enterrado Juan I. Foto: Wikimedia Commons / Diliff / CC BY-SA 3.0.

TERCEROS

1216

La paz, sin embargo, duró poco: tres meses después de la firma, el soberano convenció al papa de que declarase el documento ilegal, con el pretexto de que interfería con los derechos reales. Ambos bandos volvieron a las armas, aunque esta vez los nobles ingleses contaban con el apoyo de Felipe Augusto. El conflicto se zanjó con el fallecimiento de Juan en el castillo de Newark, en Nottingham, en 1216. Tenía 49 años, y murió debido a la disentería y el agotamiento físico y mental. Fue enterrado en la catedral de Worcester.

Si quieres saber más acerca de Juan Sin Tierra y su reinado en Inglaterra, consulta el artículo principal publicado en el número 599 de la revista Historia y Vida.