El 9 de diciembre de 1992, los príncipes de Gales, Carlos y Diana, anuncian oficialmente su intención de vivir vidas separadas, de una manera amistosa y sin intenciones de divorcio a través de un comunicado que pretende asegurar la continuación del orden existente y acabar con los rumores que sacuden a la casa de Windsor.
El premier John Major anuncia en la Cámara de los Comunes la separación de los príncipes de Gales. Es el cénit del annus horribilis de la monarquía británica
Su decisión no afecta de forma constitucional a su posición en la monarquía ni a su sustitución en el trono.
A principios de aquel verano, The Sunday Times había serializado el libro de Andrew Morton Diana: her true story, que dejaba al descu bierto lo que ya se sabía de algún modo: la convivencia de los príncipes de Gales era un desastre. El cuento de hadas no era tal. Carlos y Diana tenían caracteres muy distintos, y entre ellos las diferencias eran irreconciliables.
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