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Lady Di dijo sí

TAL DÍA COMO HOY

Aquel tórrido verano de 1981, 750 millones de personas daban esquinazo al calor estival pegados a la pequeña pantalla contemplando el espectáculo del siglo. La ‘princesa del pueblo’ había conquistado al soltero de oro de la monarquía inglesa. ‘Lady Di’ contraía matrimonio con Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales

Carlos, Príncipe de Gales, besa a Diana, princesa de Gales, el día de la celebraión de su boda el 29 de julio de 1981

Hemeroteca

‘Es con el máximo placer que la reina y el príncipe de Edimburgo anuncian el compromiso de su querido hijo, el príncipe de Gales con Lady Diana Spencer, hija del duque de Spencer y de la honorable señora Shan”’

El heredero más codiciado de la realeza europea al fin contraía matrimonio.

La boda sería la ceremonia real más ostentosa de la historia, costaría 25 millones de euros.

¿UNA PLEBEYA EN EL TRONO?

Lady Diana Spencer, una plebeya, se convertiría en Su Alteza Real la princesa de Gales. Era la primera prometida inglesa de un heredero de la Corona desde el siglo XVII. La futura reina de Inglaterra, tenía sangre azul, como su futuro esposo, ambos eran descendientes del rey inglés Enrique VII.

Diana, la tímida Di, como le llamaban sus amigos, era la hermana menor de Sarah, antigua novia de adolescencia de Carlos. Se habían conocido en 1977 durante una cacería en la mansión real de Sandringham. Ella contaba 16 años, él 28.

El idilio se había iniciado un mes después del 19 cumpleaños de Diana en agosto de 1980, al coincidir ambos en el palacio de Balmoral. Ella vivía entonces en Londres, trabajaba en un jardín de infancia.

Shara Spencer, hermana mayor de Diana, había sido novia de Carlos y afirmó que jamás se casaría con él

Terceros

Los jóvenes salieron juntos durante medio año hasta que el príncipe se declaró y le propuso matrimonio el 3 de febrero de 1981 durante una cena privada en el palacio de Buckingham. Ella aceptó y se fijó la fecha de la boda; se celebraría cinco meses después, el 29 de julio. Los contrayentes seleccionaron esta fecha coincidiendo con las vacaciones parlamentarias para que los ciudadanos contasen con un día festivo.

Diana conectaba con los ciudadanos: “Quiero tener montones y montones de niños. Tantos como la reina Victoria”, declaraba con gesto virginal en una entrevista.

Diana conectaba con los ciudadanos: 'Quiero tener montones y montones de niños. Tantos como la reina Victoria', declaraba con gesto virginal en una entrevista

UN HECHO ‘REAL’

Cuentan que cuando se hizo público su noviazgo los fotógrafos le hicieron su primera jugarreta haciéndola posar a contraluz para que a través de la liviana falda se reflejasen sus muslos. Cuando Diana vio las fotografías se azoró. Dicen que Carlos la consoló diciéndole que le había gustado ver que tenía unos muslos tan bonitos. Quizás su primer y único cumplido.

Carlos había dado con la candidata perfecta, transmitía la imagen de la virginal prometida, joven, guapa, recatada, Diana poseía un halo de inocencia que soslayaba su origen plebeyo. Es más, este factor fue ventajoso al hacerla más accesible y cercana a un pueblo que enseguida la hizo suya.

El anillo de compromiso fue una joya espectacular de 18 quilates de zafiros y diamantes, creado por Garrards en 1980. La prensa, pese a ello, lo tachó de joya pleyeba por su ‘asequibilidad’.

Calros y Diana, Príncipes de Gales en un retrato informal tras el anuncio de su futuro enlace. Diana luce ya su espectacular anillo de compromiso

Terceros

Dato curioso: ese mismo anillo sería regalado años después por el principe Guillermo a Kate Middleton, su esposa...

La víspera de la boda la joven novia, cenó sola frente al televisor como “un cordero a punto de ser degollado”, según confesaría años más tarde.

VESTIDOS PARA DAR EL ‘SI QUIERO’

Blanca y radiante fue Diana al altar. La princesa de Gales, eligió un ostentoso vestido de seda en color marfil, de estilo romántico con escote en pico, grandes volantes, mangas abullonadas de inspiración victoriana y bordado con diez mil madre perlas diseñado por los británicos David y Elizabeth Emanuel. Resaltaba la larga cola de seda y encaje antiguo de 7.62 metros. Los zapatos estaban decorados con 150 perlas, un corazón y suelas pintadas a mano en oro. Además, portó una diadema de piezas florales de diamantes plata montadas sobre oro conocida como la 'Spencer Tiara', un regalo que recibido por su abuela, la vizcondesa de Althorp, en su boda en 1919.

El príncipe Carlos lució el uniforme de gala de comandante naval.

El ramo de la novia, en forma de cascada, contenía como era de rigor, puras flores blancas: orquídeas, gardenias, fresias y lirios del valle, entre muchas otras variedades. La florista Doris Wellham creó dos ramos idénticos, uno para las sesiones de fotos y otro, para la ceremonia.

Fue la boda real más ostentosa de la historia, costó 25 millones de euros

LA PRENSA Y ‘ LA PRINCESA DEL PUEBLO’

Las imágenes del enlace, celebrado en la iglesia de St Paul, en el corazón de Londres, lo convirtieron en el acontecimiento de mayor repercusión internacional de la historia al ser seguido en televisión por 750 millones de espectadores.

La ceremonia logró convocar a más de un millón de personas, incluyendo a más de 170 jefes de Estado y gran parte de la aristocracia europea. Todas las casas reales asistieron al evento con la excepción del rey Juan Carlos, que declinó la invitación porque el viaje de novios incluía una escala en Gibraltar.

‘La princesa del pueblo’, como la bautizaría Tony Blair hacía realidad el sueño de las jóvenes británicas de a pie.

Se formaron largas colas desde muy temprano para ver el enlace. El itinerario contó con 4.000 policías y 2.200 oficiales militares para controlar el desbordado entusiasmo de la abigarrada multitud al paso de la comitiva nupcial por la plaza palaciega.

Diana eligió un ostentoso vestido de color marfil, mangas farol, escote y cola de 25 metros diseñado por Elizabeth y David Emmanuel que bordaron a mano con lentejuelas y 10.000 perlas

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COMITIVA

Lady Diana llegó a la catedral en una carroza de cristal comprada por el rey Jorge V para su coronación, escoltada por cinco policías militares montados. La ceremonia fue oficiada por el arzobispo de Canterbury y otros 25 clérigos.

El padre de la novia tal y como marca la tradición acompañó a Diana al altar, les seguían cinco damas de honor y dos pajes.

Al Príncipe de Gales le acompañaron dos padrinos: sus hermanos, los príncipes Andrés y Eduardo, aún solteros.

ANÉCDOTAS DE LA CEREMONIA

La ‘boda perfecta’ contó con anécdotas que deleitaron a la prensa:

- A la novia los nervios le jugaron una mala pasada, Lady Di olvidó prometer 'obediencia' a su marido en sus votos matrimoniales, a la par que incapaz de soltar el brazo de su padre, se mantuvo sujeta a él hasta que su esposo procedió a ponerle el anillo.

Diana y Carlos frente al altar

Terceros

-además, intercambió el orden del nombre del príncipe Carlos.

-Mientras por su parte, el príncipe Carlos él narró de forma equivocada sus votos al decir 'tus bienes' en vez de 'mis bienes terrenales' en el altar.

BANQUETE

Tras la ceremonia los recién casados se dirigieron en un landó tirado por cuatro caballos tordos, al palacio de Buckingham para celebrar un 'pequeño' banquete para 120 invitados. Antes se asomaron al balcón de palacio y complacieron a la multitud con un romántico beso. El día concluyó con un gran pastel de boda y baile.

La tarta tenía cinco pisos, medía metro y medio de altura y pesaba unos cien kilos. Estaba adornada con una cascada de orquídeas blancas, las iniciales de los novios y el escudo de la familia real de Inglaterra. Se emplearon 14 días en su elaboración.

A Diana los nervios le jugaron una mala pasada, Lady Di olvidó prometer 'obediencia' a su marido en sus votos matrimoniales

LUNA DE MIEL

Los recién casados pasaron unos días en el Palacio de Broadlands y después viajaron a Gibraltar para embarcar en el yate real Britannia. Durante 12 días navegaron por el Mediterráneo hasta Egipto. Su luna de miel, que se prolongó durante tres meses concluyó en Balmoral.

..Y DE HIEL

Pero la verdad acechaba a Diana que pronto la adivinaría.

Se explica que la misma noche de bodas un tatuaje en el cuerpo de Carlos, una 'C' en homenaje a Camila, descubrió así que el suyo era un matrimonio de conveniencia.

El Príncipe Carlos de Inglaterra y la Princesa Diana de Gales durante su luna de miel a bordo del yate Britannia en 1981

Terceros

VIDA MATRIMONIAL

Su vida matrimonial estuvo jalonada de escándalos, Diana fue criticada por su personalidad inestable pero pese a su fragilidad, consiguió hacerse muy popular tanto por sus colaboraciones en obras humanitarias como por su carismática personalidad. Codiciada por la prensa, considerada un sex simbol, pronto cambió su imagen recatada e ingenua por otra sofisticada y glamourosa.

Era evidente que el matrimonio no funcionaba. La relación empezó a resquebrajarse en forma pública a finales de los 80 y finalmente a inicios de los 90, el distanciamiento entre ambos cónyuges era evidente. La publicación de su biografía oficial, Diana: su verdadera historia de Andrew Morton, ventiló la verdad.

Diana había sufrido depresiones nerviosas, cinco intentos de suicidio y bulimia.

La Princesa de Gales y el actor estadunidense John Travolta, hicieron vibrar con su baile la Casa Blanca durante una cena de estado en 1985

Hemeroteca.

ADULTERIO

Mientras tanto, Carlos reanudaba su relación con su amor de toda la vida: Camilla Parker-Bowles, y Diana tenía amantes, entre ellos el capitán de caballería James Hewitt, con quien cometió el adulterio que acabaría confesando frente a las cámaras de televisión.

El 10 de diciembre de 1992, el primer ministro británico John Major anunció la separación oficialmente. Dos años después el príncipe Carlos confesaba su relación adúltera con su amante oficial.

NI FUERON FELICES, NI COMIERON....DIVORCIO

La separación terminó en divorcio el 28 de agosto de 1996.

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Durante los quince años de su matrimonio Diana cumplió su promesa y tuvo dos hijos, los príncipes Guillermo y Enrique.

El tiempo ha confirmado que el perfecto cuento de hadas jamás existió. Diana vivió acosada por la prensa que hizo de su vida un calvario. Falleció trágicamente en sospechosas circunstancias, víctima de los paparazzis en un accidente automovilístico el 30 de agosto de 1997. Muerta Diana, el príncipe Carlos, eterno heredero de la Corona británica, hizo realidad su sueño al contraer matrimonio con su amor verdadero, Camilla Parker-Bowles, ocho años después, el 2 de abril de 2005.

Carlos y Camila el día de su boda, el 9 de abril de 2005

Terceros

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.