Poder sobre el escenario. Eso irradia cuando sale a cantar. Agarrada al micro como si de una lanza de guerra se tratase, impone su ley y el público la jalea. Si Chenoa (Mar del Plata, Argentina, 1975) ya consigue ese efecto en cualquier foro, mucho más si actúa en casa y con un tema como La flecha del tiempo. Y para ella la Cadena Dial es su familia. Sucedió la noche del jueves durante la gala de los premios Dial Tenerife, que por 29º edición rindieron homenaje a Celia Cruz y reconocieron a artistas de la talla de Rosario, Estopa, Dani Martín, Amaral, Antonio Orozco, Edurne, Manuel Carrasco, Pablo López, Álex Ubago, Vanesa Martín, David de María y la propia Chenoa, entre otros. La gala fue conducida por Leire Martínez.
Creo que he recogido la cosecha del trabajo; me permito estar contenta pero muy atenta

Chenoa habla al recoger su premio.
Nominada como presentadora en los premios Iris y en los PRODU, se llevó en otoño un ARTE por su trayectoria y pronto estrenará The Floor, un nuevo programa en TVE. “No creo que se haya dado una confluencia sino que he recogido la cosecha del trabajo. Pero es curioso porque a veces no he obtenido frutos, así que cuando ocurren estas cosas me lo tomo con temple. Me permito estar contenta pero muy atenta (risas)”, dice Chenoa en conversación con La Vanguardia.
Y por una canción´de Luis Alberto Spinetta
Se llama María Laura por una corista de Julio Iglesias y Chenoa como cierto antiguo poblado indio

Vista del escenario en el Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife.
Se llama María Laura por una corista de Julio Iglesias y por una canción del rockero argentino Luis Alberto Spinetta y Chenoa por lo bonito que suena el nombre de cierto antiguo poblado indio. Muy cerca de cumplir los 50 y pese al título de su último éxito, no nota que los días pasen ahora más rápido que a los 16: “Dicen que la ansiedad es anticiparte y la depresión, ir para atrás. Mi trabajo a nivel espiritual o de vibraciones es estar donde estoy y en este momento es hablando contigo, sé cómo te llamas y estoy muy atenta a lo hago. Y en cuanto a mi edad, a mi momento actual, me encuentro templada, en paz y me gusta quien soy, creo que eso es importante”. Tan en paz, como para hablar tranquilamente de una creencia poco común en la era de la IA: la interpretación de las líneas de la mano.
Dicen que la ansiedad es anticiparte y la depresión, ir para atrás. Mi trabajo a nivel espiritual es estar donde estoy

Imagen de su single 'La línea del tiempo'.
“Es cierto que siempre he tenido como una buena onda con cuarzos, con palos de santo, con la quiromancia… Me producen sensación de paz, me relajan y me resultan tan útiles como si tú si vas a la iglesia. Y una creencia no es peor que la otra, se trata de formas de meditación. Las líneas de la mano no dicen ‘qué va a pasar’ sino que son una guía de qué puede pasar, si bien jamás pregunto por temas de salud. Creo que mucha gente peca de soberbia y trata de imponer su fe mientras que yo no quiero influir ni ser referente para nadie como no lo han sido conmigo”.
Las líneas de la mano no dicen ‘qué va a pasar’ sino que son una guía de qué puede pasar, si bien jamás pregunto por temas de salud
Chenoa juguetona
Arriesga en música y presentará un concurso en TVE
La letra de La línea del tiempo (Julia Medina, David Santisteban y Ludovico Vagnone) evoca a una mujer independiente y luchadora, entre Juana de Arco y Jason Bourne, por ponernos tan épicos como la estética de su portada. “Cuando me llegó a las manos flipé porque me tocó el corazón. Me dije ‘no sé si va a funcionar’ porque he hecho canciones que podrían haber funcionado y luego te pegas un chasco, pero sabía que en mí iba a funcionar y ya me daba igual si funcionaba en los demás. Es muy importante equivocarse en música porque si no te equivocas es que no estás arriesgando o no estás jugando de verdad: hay que salir a jugar. Y esto es muy rollo Los juegos del hambre”.
Su siguiente proyecto más inmediato es el estreno de The Floor, un nuevo concurso de TVE en el que hará de maestra de ceremonias. “Yo veo concursos desde el Un, dos, tres, evidentemente, como todos los de mi quinta, y me encantaba el de los gallifantes. Alberto de la Puerta es el director y Nina, subdirectora. Los tres hemos hecho muy buen equipo y he aprendido mogollón a presentar de una manera diferente. Tengo la sensación de que a veces da la impresión como que sé hacerlo, pero me gusta que me digan ‘muy bien si vas por aquí’, entonces soy un perro con un hueso, no lo suelto. Necesito el refuerzo, y ellos lo captaron enseguida. Es un concurso muy dinámico y es divertido. Hay cosas que parecen obvias en las que fallan y no te lo explicas (desde fuera dices ‘¿pero qué ha pasado?’) y muchos factores sorpresa".
La relación de Chenoa con la prensa no ha sido fácil en muchas ocasiones. Por eso lleva tanto tiempo sin conceder entrevistas, deferencia que le agradecemos. “Me molesta el clickbait, el titular por el titular, el todo vale y como no hay consecuencias, si me pasa tres veces, no hablo con nadie más. Podemos tener una charla estupenda y es una pena perderla. De cara al periodismo es una traición a tu propia profesión, no a la mía”. Desde luego, motivos le siguen dando para pensar así. Hace apenas unos días un programa de televisión reventó el que estaba llamado a ser su refugio secreto, una casita en un discreto pueblo segoviano. “Encima, no sé quién decía ‘pero si es una casa de 70 m2, que es Chenoa’. Como si fuera una mierda. Y me dolió mucho porque nunca he sido ostentosa. Todavía tengo mucho que pagar y que currar para permitirme estas pequeñas cosas. Siempre me ha llamado la atención que la gente se meta en la vida de los demás o con quién duerme, por elegir lo que a ti te da placer. Es como meterse en tu misma casa sin permiso”.
Podemos tener una charla estupenda y es una pena perderla. De cara al periodismo es una traición a tu propia profesión, no a la mía
Chenoa está en paz consigo misma y como no le gusta mirar atrás, no quiere borrar nada de su pasado. Ni relaciones de pareja –su matrimonio con Miguel Encinas duró poco más de un año– ni equivocaciones profesionales: “Todo lo que he sufrido y lo que he disfrutado va junto; creo que la temperatura de la vida se toma con las experiencias de los malos momentos para valorar los buenos y los calmados, que también son maravillosos. Yo no creo en la felicidad de las 24 horas: de 365 días hay 300 rutinarios y 65 muy puntuales en los que pasan cosas muy buenas y muy malas a veces. Y hay que agarrarse fuerte a lo que te pasa bueno porque luego vienen curvas. Esto es la vida. Si alguien no se ha enterado todavía se va a enterar”.
Llegados a este punto, le preguntamos cómo se presentaría si tuviese que enviar su currículo: “Pues sobre todo que soy muy entregada, porque es verdad que lo soy y a la vista está. Tengo plantas y un perro. Claro. Soy responsable hasta donde pueda llegar para cuidar y responsable de lo que voy a entregar. Entonces, con esa responsabilidad me hago cargo de todo lo que yo luego miro y tengo alrededor. Pues tengo plantas y un perro”.