Discreta ceremonia de entronización del nuevo Aga Khan V
Líder los ismaelitas
Sus predecesores en el cargo celebraban un fastuoso acto en el que recibían su peso en oro y diamantes
El príncipe Rahim, el nuevo Aga Khan, el pasado sábado en el entierro de su padre, en Lisboa
Los ismaelitas ya tienen a su nuevo imán. Tras el fallecimiento la semana pasada de Karim Aga Khan IV, a los 88 años, esta mañana se ha entronizado al nuevo líder, el príncipe Rahim Aga Khan V, de 53 años. El acto ha tenido lugar en Lisboa, en una ceremonia privada a la que han acudido los familiares y los líderes musulmanes ismaelitas de todo el mundo.
El acto se ha celebrado en el palacete Henrique de Mendonça, sede global del imanato ismaelita, y aunque ha sido a puerta cerrada se ha retransmitido a todos los jamatkhanas (lugares de reunión) en más de 35 países.
Los Aga Khan gobiernan a la vez una comunidad espiritual, la corriente musulmana ismaelita, y una gigantesca corporación económica con negocios por todo el mundo, que les convierten en una de las grandes fortunas. Por eso las ceremonias de sucesión siempre han tenido un gran boato como si se tratara de la realeza. Pero esta mañana el nombrado 50º imam de los ismaelitas ha roto con la tradición y ha preferido un rito discreto y sobrio.
El palacete Henrique de Mendonça, sede global del imanato ismaelita, junto al céntrico parque de Eduardo VII, en Lisboa, donde ha tenido lugar la entronización del príncipe Rahim Aga Khan V
Nada que ver con la entronización de su padre, el Aga Khan IV, celebrada en Dar Es Salaam (Tanzania) el 19 de octubre de 1957. Karim era un estudiante de Harvard de sólo 22 años y la ceremonia incluyó un gran cortejo, fuegos artificiales y la presencia de 30.000 fieles de todo el mundo. El nuevo líder recibió un anillo, un collar, una capa y un turbante decorados con oro. El acto en Dar Es Salaam solo fue el primero de sucesivas ceremonias por todo el mundo, que se prolongaron durante varios meses. Pese a todo, la ceremonia no alcanzó la fastuosidad de sus predecesores, que hasta entonces eran sentados en una balanza y recibían el equivalente a su peso en oro y diamantes. Una parte del origen de la inmensa fortuna de la familia viene de aquellas balanzas.
El príncipeRahim al-Hussaini Aga Khan V con sus dos hijos los príncipes Sinan e Irfan en Egipto esperando los restos de su padre para enterrarlos
En la discreta ceremonia de esta mañana el príncipe Rahim ha pronunciado su primer discurso como Aga Khan V y ha prometido “dedicar su vida a cuidar el bienestar espiritual y material de la comunidad ismaelita” y ha recordado los principios y la práctica de esta fe, y de la importancia de mantener el equilibrio entre los asuntos mundanos y espirituales. También ha pedido a los fieles que sean “ciudadanos activos y leales” de los países en los que viven y les solicitó que den ejemplo en cuestiones relacionadas con el cambio climático.
El nuevo Aga Khan homenajeó a su padre, el príncipe Karim Aga Khan IV y agradeció a los gobiernos de Portugal y Egipto, donde ha sido enterrado su padre, por haber reconocido las contribuciones de su antecesor y haber facilitado las gestiones para su funeral y entierro.
Al funeral del Aga Khan IV, celebrado el sábado en el Centro Ismaelita de Lisboa, acudió el rey emérito de España, Juan Carlos I, amigo de la infancia desde que coincidieron en un internado suizo. También el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ya que su padre, Pierre Trudeau, abrió la puerta de su país a miles de ismaelitas que huyeron de Uganda en los años setenta del siglo pasado. Además desde el 2014, Toronto es sede del museo Aga Khan IV.
Se calcula que hay entre 12 y 15 millones de ismaelitas en el mundo repartidos entre 35 países de Asia Meridional y Central, Oriente Medio, África, Norteamérica y Australia. Portugal acoge una de las mayores comunidades ismaelitas de Europa, con entre 8.000 y 10.000 personas.
Llegada del barco por el Nilo a Asuan son los restos del Aga Khan IV para ser trasportado hasta el mausoleo en lo alto de la montaña
Los imanes no tienen control sobre ningún territorio en concreto, pero ejercen su influencia a través de la fundación Red de Desarrollo Aga Khan (AKDN, por sus siglas en inglés) y son tratados como jefes de Estado.