La vida de Isabel Pantoja ha sufrido muchos cambios en los últimos meses. La tonadillera se ha inmerso en una gira de 50 aniversario que le ha traído muchas alegrías, pero a la vez dolores de cabeza. Y es que, por problemas de salud y otros motivos ajenos a ella, tuvo que cancelar varios conciertos, trayéndole controversias con algún promotor.
Esto se une al bache por el que está pasando Anabel Pantoja y que está afectando de forma directa a toda la familia. La cantante se está volcando con su sobrina desde Madrid, llegando incluso a ofrecerle su bufete de abogados. Y es en esa misma ciudad donde reside desde hace tiempo, aunque no le acaba de gustar.
Isabel Pantoja y Agustín Pantoja
Tal y como ha podido saber Informalia, Isabel Pantoja no se estaría adaptando del todo bien a su cambio de aires. Fue en la madrugada del 18 de octubre de 2024 cuando se trasladó a lujosa urbanización madrileña de La Finca, abandonando Cantora, su base principal, para siempre.
1.000 m² construidos y 3.000 de jardín que parecen no contentar del todo a la tonadillera. “No está cómoda en la casa”, ha desvelado el mencionado medio, poniendo sobre la mesa que no siente que sea “un hogar”.
Isabel Pantoja no se acostumbra a la modernidad de su nuevo hogar
Parece que pasar gran parte de su vida en Cantora ha hecho que no pueda adaptarse a un nuevo entorno, pese a que tiene todo controlado. Y es que decidió mudarse a esta urbanización, entre otras cosas, por su seguridad. Tanto es así, que la prensa no puede acercarse a ella en ningún momento.
Aun así, sería la modernidad de su nuevo hogar lo que no acabaría de convencer a la tonadillera. Según ha relatado una fuente cercana al medio, ella hubiese preferido vivir en una casa más andaluza y no tan futurista. Un “impresionante” lugar en el que sí se ha acomodado su hermano Agustín Pantoja.
Isabel Pantoja
Un casoplón que ya contaría con una persona de confianza para sus cuidados, tal y como desveló Leticia Requejo en TardeAR: Mariángeles, la presidenta del club de fans de la artista en Valencia. Si bien se lo propusieron antes a Celeste, que rechazó la propuesta, la otra mujer estuvo dispuesta a trasladar su vida a Madrid.
“Está trabajando como asistente de Isabel de lunes a viernes, 8 horas, por el módico precio de, ya hay que ser cutre, 800 euros”, continuó la reportera. Un precio que ha hecho saltar las críticas en redes sociales y otros programas. “Isabel, que sabemos que eres un poco agarrada, primero la tienes que dar de alta y pagar su seguridad social. El salario mínimo por 8 horas son 1.260 euros, te faltan 400 euros. ¿Pero bueno esto que es?”, estalló Kiko Hernández en Ni que fuéramos shhh.