La gran obsesión de Hollywood con la imagen corporal desde los últimos tiempos ha servido de trampolín para el uso desemesurado del Ozempic, un medicamento recetado que contiene semaglutida y que en principio está destinado a pacientes con diabetes tipo 2.
Sin embargo, el fármaco ha ganado una gran popularidad por su efectividad para la rápida pérdida de peso, provocando incluso su desabastecimiento; una situación que ha llevado a los propios endocrinos a pedir el uso de recetas digitales para su consumo con el objetivo de controlar el dispendio del mismo.
Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) los efectos secundarios más comunes de Ozempic pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago y estreñimiento. En ocasiones y por circunstancias del paciente, el cuadro de reacciones puede volverse agudo, tal y como le sucedió a la actriz norteramericana Amy Schumer, que convive con el gen propenso a la naúseas, GDF15, y cuyo consumo del fármaco se convirtió en un auténtico infierno.
“Probé Ozempic hace casi tres años y quedé postrada en la cama. Vomitaba y no tenía energía”, ha relatado la intérprete para el popular programa de radio de Howard Stern.
Schumer ha reconocido que, a pesar de haber logrado perder rápidamente más de 14 kilos, se vio finalmente forzadada a abanadonar el tratamiento, ya que su consumo no le permitía hacer vida normal."No tenía fuerzas ni para levantar la cabeza de la almohada”, ha recalcado.
La actriz ha aprovechado también con su testimonio para hacer una crítica sobre aquellos famosos que consumen el medicamento sin reconocerlo públicamente. “Todo el mundo dice: ‘Como porciones más pequeñas. Cállate la boca. Estás tomando Ozempic o algo por el estilo”.