Joana Sanz no para de recibir malas noticias. La mujer de Dani Alves está atravesando uno de los momentos más difíciles de su vida debido a la reciente muerte de su madre por un cáncer y a la detención de su marido por un presunto delito de abuso sexual.
A esta lista de desgracias hoy se le ha sumado la pérdida de uno de sus compañeros más fieles, su perro Coco, un bulldog francés negro de casi doce años que alegraba los días de la modelo y de su familia.
Coco era uno de los protagonistas de la cuenta de Instagram de Joana. En ella podemos encontrar varias publicaciones dedicadas al peludo, donde se le puede ver con una silla de ruedas adaptada debido a que tenía una hernia discal y melanoma múltiple.
La actriz declaró en junio de 2022 que el perro se estaba sometiendo a un tratamiento de quimioterapia que lo mantenia vivo y quiso destacar que, pese a que las patitas traseras le fallan, Coco puede correr y seguir animado gracias a la silla de ruedas.
Despedida de Coco en Instagram
Esta tarde, sobre las 20 horas, Joana Sanz ha subido una historia a Instagram donde ha dado a conocer a todos sus seguidores que su fiel compañero Coco ha fallecido: ''Adiós, querido amigo'', ha escrito en la foto.
También ha aprovechado esta oportunidad para recordar a su madre, fallecida hace tan solo un mes: ''Ahora serás otra estrella en el cielo cuidándome junto a mamá''. Es conocido por todos la estrecha relación que mantiene la modelo con todos sus perros, puesto que recientemente ha hablado de cómo el estrés de la situación y la prensa en su puerta está afectando también la salud de sus mascotas.
Una sonrisa cada vez más difícil
Con la pérdida de su madre y lo difícil que se ha vuelto la defensa del futbolista brasileño, Joana tiene muy pocas razones para mantenerse positiva y sonreír. La modelo se ha refugiado unos días en París y más tarde en las Islas Canarias para huir del foco mediático, pero la situación es la misma.
La pérdida de Coco es un escalón más en la escalera de infortunios de la mujer de Alves. Su 2023 empezó de las peores formas posibles y parece que no remonta. Pese a todo esto, ella lo tiene claro: hay que agarrarse a cada rayito de luz al final del túnel y celebrar los días buenos entre tantos malos.