Emily Ratajkowski se ha convertido en uno de los personajes de la actualidad. La modelo está triunfando en lo profesional, sobre las pasarelas de Paris y Milán ; pero también en lo personal, ya que aparentemente habría recuperado la ilusión tras su divorcio con el padre de su hijo, el productor Sebastian Bear-McClard, con nada menos que Brad Pitt, con quien estaría viéndose "en secreto", según la prensa estadounidense.
Tras unas semanas muy ocupada, la modelo ha decidido tomarse unos días de descanso y ha escogido para ello la isla de Mallorca, donde ha llegado junto a su padre y a su hijo, el pequeño Sylvester Apollo, de un año. Todo, para cumplir un sueño: rememorar sus propias vacaciones de niña en la isla balear.
Así ha querido compartirlo a través de su cuenta de Instagram, donde ha publicado algunas imágenes con su hijo pequeño en las mismas ubicaciones en las que ella misma estuvo en su momento durante toda su infancia, ya que veraneó con su familia en la localidad de Sant Joan hasta los 14 años; y en cuyas calles incluso ha revelado que aprendió a andar.
Además, la modelo sorprendía a sus seguidores con una habilidad inesperada: haciendo uso de su mejor catalán para escribir un mensaje acompañando a las imágenes.
La modelo, con su hijo, Sylvester Apollo.
"Mallorca és màgica. Cada vegada que torno tinc la sensació que torno a casa. Tinc la sort de tenir aquesta illa com a part de la meva vida i ara també la del meu fill" ("Mallorca es mágica. Cada vez que vuelvo tengo la sensación de que vuelvo a casa. Tengo la suerte de tener esta isla como parte de mi vida y ahora también la de mi hijo"), escribe la modelo.
Ratajkowski está disfrutando de los encantos de la isla, y está aprovechando para descansar y comer.
La modelo ha cumplido un sueño junto a su hijo, Sylvester Apollo.
No es la primera vez que la modelo demuestra su dominio con el catalán, y es que la británica es una enamorada de la isla, y siempre que tiene la oportunidad regresa para pasar algunos días disfrutando de los encantos del Mediterráneo.
"Pasé cada verano de mi infancia hasta que cumplí los 14 años en un pequeño pueblo llamado Sant Joan, en el medio de Mallorca. No había vuelto en 10 años, y regresar para redescubrir la isla como un adulto ha sido una experiencia increíble.", escribía en 2019, en un viaje junto a su entonces marido, Sebastian Bear-McClard, con quien recorrió Santanyí, Sa Calobra, Banyalbufar, Cala Deià o Palma: "T'estimo Mallorca, tens un lloc especial al meu cor (te quiero Mallorca, tienes un lugar especial en mi corazón)".