Ya han pasado más de dos semanas desde que Sonia Ferrer contrajese matrimonio con el amor de su vida, el inspector de policía Sergio Fontecha, pero la presentadora sigue viviendo con ilusión sus primeros días de casada tras su divertida boda, llena de sorpresas y una romántica luna de miel en los paraísos africanos de Kenia y Zanzíbar.
Una boda en la que no faltaron las anécdotas y la lluvia como invitada inesperada en una ceremonia que salió tal y como la pareja soñó: en el campo, rodeados por sus familiares, sus mejores amigos y sus queridos animales. Todo salió a pedir de boca, salvo por un incidente que casi provoca que el día más especial en la vida de la pareja acabase en tragedia: una fuerte tormenta de verano que casi echa por tierra la velada.
Como toda novia ansiosa por la llegada de su gran día, la presentadora confiaba con que la naturaleza se pusiese de su parte y no quitaba ojo a las predicciones meteorológicas, dada la ola de calor que esos días estaba asolando a la península y con la ceremonia teniendo lugar al aire libre en la finca El Patio de Ángela, en Valdemorillo, en el corazón de la Sierra de Madrid.
Al tratarse de una boda de tarde, la presentadora y su pareja confiaban en que bajasen un poco las temperaturas y el calor fuese un poco más llevadero, pero con lo que desde luego no contaban era con que, pasadas las seis de la tarde, el cielo comenzara a nublarse y amenazara con una tormenta que se hizo efectiva poco después, arrasando el lugar con una tormenta de verano con muchísimo viento de más de dos horas de duración que casi termina en tragedia.
"Reaccioné bastante bien, había que resolver y lo primero era desmontar todo rápido", cuenta la presentadora, con respecto al incidente y agradeciendo el buen hacer de los trabajadores de la finca. Sin embargo, nadie estaba preparado para lo que estaba por venir, que por suerte terminó sin incidentes: el viento hizo que cayese una enorme rama de árbol justo en el lugar en el que momentos antes se encontraba Laura Vricella, hija de la presentadora fruto de su matrimonio con su exmarido, el especialista en estética italiano Marco Vricella; resguardándose con su poni. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos y se pudo retirar la rama.
Laura tuvo suerte de haberse apartado del lugar justo momentos antes del incidente
A pesar de la tormenta, los novios supieron sacar el lado positivo a lo sucedido e intentar tomárselo con humor, agradeciendo que no hubiese nada que lamentar y pudiesen seguir adelante con la ceremonia, aunque más tarde de lo planeado: "He tenido mucha suerte, sobre todo después de ver cómo mi hija se libró por los pelos de que se le cayese medio árbol encima".
Una ceremonia que terminó pasada por agua, pero a la que los novios supieron poner buena cara y mucho amor. La presentadora no dudó en incorporar un paraguas y botas a su estilismo nupcial para dar el "sí, quiero" al amor de su vida, el hombre con quien siempre soñó.