Rodeados de montañas, con un valle de fondo y la cercanía del santuario de la Verge de Lluc, los Reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, hicieron ayer su primera aparición pública, juntos, de este verano en el corazón de la sierra de Tramuntana. La isla también tiene parajes lejos de las playas y ese fue el escenario elegido para resaltar los encantos de la Mallorca interior.
Al caer la tarde, s’hora baixa, cuando el sol se está poniendo, la luz ya no deslumbra y el calor del día empieza a dar un respiro, fue el momento elegido para recorrer uno de los lugares sagrados de la isla. No solo por ser destino de peregrinación, también por la tranquilidad que se respira. Los Reyes y sus hijas aparecieron con atuendos a juego con un mar situado al otro lado de las montañas.
El Rey, con pantalón azul y camisa color crema, acompañaba a la Reina, que eligió un vestido de loneta azul, conjuntado con una bolsa de tela de llengos y unas alpargatas de cuerda típicas de Eivissa. La princesa Leonor, más formal con vestido azul con dibujos en blanco, y la infanta Sofía con un mono corto blanco. Las dos hermanas coincidieron en lucir las mismas alpargatas de cuña de esparto.
El posado en Marivent se cambia por una excursión a la sierra de Tramuntana para promocionar la isla
Fue un paseo tranquilo por el considerado pulmón de la isla, un paraje que hace diez años fue declarado por la Unesco Patrimonio Natural. Otra cara, para muchos desconocida, de Mallorca. Los jardines del palacio de Marivent fueron el primer escenario del posado de los Reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía, tras el cambio de titularidad en la Corona. Desde el 2014, solo los cuatro, padres e hijas, el núcleo central de la familia real.
Lejos quedaron aquellas imágenes de los tiempos en los que en la foto de familia, rodeando a los reyes Juan Carlos y Sofía, estaban sus hijos, los cónyuges y los ocho nietos. La última imagen al completo fue en el 2007, poco antes de la separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar y antes, también, dal estallido del caso Nóos que obligó a la salida del grupo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin.
Tampoco el rey Juan Carlos estaba para muchas fotos; nunca se mostró muy cómodo en esas apariciones veraniegas, sobre todo cuando el entonces Príncipe y las infantas Elena y Cristina dejaron de ser adolescentes. Pero las tradiciones son las tradiciones y durante años se cumplieron hasta que fue mejor evitarlas.
Desde el 2008 hasta el 2013, los entonces Príncipes y sus niñas hicieron su posado particular; una aparición que siempre incluyó un mensaje. En el verano del 2009, poco después del atentado terrorista en el que ETA asesinó a dos guardia civiles en Palmanova (Calvià), Felipe y Letizia llevaron a sus hijas a pasear por las cercanías de la catedral de Palma para dar al mundo la imagen de una isla segura. Ya Reyes, entre el 2014 y el 2019, eligieron Marivent para el posado veraniego, excepto en el 2018 que la familia posó en una de las terrazas abiertas del palacio de la Almudaina.
En año pasado no hubo posado pero fueron varias las ocasiones en las que los Reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía aparecieron en público, siempre con mascarillas. Estuvieron en Petra, la localidad natal de fray Junípero Serra, fundador de las misiones californianas en el siglo XVIII; visitaron el barrio de Con Goteu, un barrio obrero y la otra cara de la Palma turística y, los Reyes, desde Mallorca, se desplazaron a Menorca e Eivissa. Todo para animar el primer verano marcado por la pandemia, como están haciendo este año, con mascarillas para que nadie olvide que el virus sigue ahí fuera.