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La excepción del padre conciliador

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Francisco Osuna repasa algunos casos tras la paz de Carlos Baute con su hijo

Carlos Baute formó familia numerosa junto a Astrid Klisans, pero antes, con solo 15 años, se convirtió en padre de José Daniel

Instagram

Carlos Baute proclamó la semana pasada la reconciliación con su hijo José Daniel, al que tuvo cuando solo tenía 15 años y con el que sostuvo por mucho tiempo una tensa relación y varios pleitos por no querer reconocerle legalmente.

“Te pido perdón por mis errores y de ahora en adelante vamos a recuperar el tiempo perdido. Te quiero hijo”, escribió Baute en Instagram junto a la fotografía de ambos. El anuncio se produjo durante el Día del padre en Venezuela y sumó un agradecimiento a su esposa y madre de sus otros tres hijos, Astrid Klisans, por su “apoyo incondicional”. José Daniel no fue reconocido por Baute hasta el 2012, y casi una década después el artista demuestra ser un padre orgulloso.

El abogado Osuna llevó los casos de Julio Iglesias y El Cordobés y aconsejó al vástago del músico venezolano

En conversación con La Vanguardia el abogado Fernando Osuna, experto en representación de hijos no reconocidos y que durante un tiempo fue el representante legal de José Daniel, se deshace en halagos hacia el cantante por su cambio de actitud. Osuna recordó sobre este caso que “la cuestión económica era importante, porque el hijo tenía un trabajo muy precario. Pero hablé con mi cliente y llegamos a la conclusión que lo primordial era construir y no destruir”. Entonces, él le aconsejó que retirase la demanda . “Le dije ‘puede ser que tu padre recapacite así y haya una reconciliación’. No me equivoqué y así se produjo. Carlos Baute ha dado un ejemplo grandísimo de generosidad. Sentimos una gran admiración por él”.

Osuna reconoce que este tipo de reconciliaciones son algo muy poco común, casi anecdóticas. Actualmente su bufete está defendiendo los intereses de alrededor de 600 hijos no reconocidos y algunos procesos se alargan hasta siete años. Osuna llevó demandas de paternidad tan mediáticas como la de El Cordobés o la de Julio Iglesias, pero también defiende casos de anónimos y de otros famosos que han conseguido llevar el asunto en secreto, “estamos hablando de exministros, empresarios, deportistas y artistas”. En este tipo de demandas el machismo y el clasismo están muy presentes porque “el prototipo de perfiles son el de un progenitor varón con un elevado nivel económico y una madre y un hijo débiles en cuanto a formación y recursos”.

Erika do Rosario y su madre Adilnelsa do Rosario junto al abogado Fernando Osuna llegando a los juzgados por la supuesta paternidad de Samuel Etoo en Madrid. 

Daniel González/GTRES

El método de Osuna para conseguir que sus clientes sean reconocidos pasa por realizar una prueba de ADN. Un detective privado se encarga de recoger una muestra del presunto padre y se presenta una prueba de paternidad positiva ante el juez y “hay que hacer poco más, es la ciencia”. Como sucedió con el caso de El Cordobés, que se dirimió en menos de siete meses y en un juicio de apenas siete minutos.

Según el abogado, hay casos que se demoran por la dificultad de conseguir ADN del padre, como ocurrió con el caso de Julio Iglesias, quien “lleva más seguridad que un jefe de Estado”. En su lugar tomaron la muestra de su hijo Julio José, pero, aunque se demostró el parentesco, la justicia no se pronunció al considerar que el caso ya había sido juzgado en los 90.

Otra paternidad que aún está por dirimirse es la del futbolista Samuel Eto’o sobre Erika Do Rosario. El deportista no acudió al juicio ni a hacerse la prueba, por lo que aún tiene la causa pendiente. “Tarde o temprano se le notificará y si viene a hacerse la prueba muy bien y si no viene, también”, porque a los padres que no acceden a hacerse la prueba se les atribuye la paternidad del demandante, como le ocurrió a Pepe Navarro.