La separación de Julio José Iglesias y Charisse Verhaert va camino de convertirse en un acontecimiento mediático, lejos del divorcio amistoso que en un principio el hijo de Isabel Preysler y Julio Iglesias aseguró. Tras la presentación de la demanda por parte de la modelo belga, Julio Iglesias Jr. ha rechazado las peticiones de su expareja y está dispuesto a tomar cartas en el asunto.
Según la exclusiva de la revista Semana, el cantante y modelo español ha planteado una contrademanda. Mientras su todavía esposa argumenta que “dejó a un lado su carrera como modelo para convertirse en ama de casa a tiempo completo”, Julio asegura que no es cierto y que durante su matrimonio ambos acumularon distintos bienes de forma independiente que deben ser repartidos teniendo en cuenta las leyes de Florida (Estados Unidos).
"Es poco probable que la modelo consiga el uso exclusivo de la vivienda, y la pensión seguramente será temporal", asegura una abogada de familia
Charisse solicita el uso exclusivo de la vivienda conyugal de Miami Beach, una mansión valorada en un millón de dólares, además de 9.000 euros mensuales: 7.000 para cubrir “todas sus necesidades” y 2.000 por impuestos de la casa. Una abogada de familia en el país americano, Sandra Hoyos, ha declarado a Semana que, según su opinión, “es poco probable que ella pueda conseguir el uso de la vivienda de manera definitiva, y con respecto a la pensión que pide, seguramente será de manera temporal, por un periodo no mayor de tres o cuatro años, puesto que solo han estado casados ocho años”.
Concretamente, además del dinero para los impuestos de la casa, la modelo belga pide 714 euros para comida; 200 para restaurantes; 100 para el teléfono; 400 para el coche; 700 del seguro médico; 600 para el cuidado personal; 700 para la comida de su mascota y 4.300 para las vacaciones, el vestuario, sus aficiones, el gimnasio y artículos cosméticos y de aseo. Todo ello de manera mensual.
Julio José asegura en la contrademanda que varios de los bienes que posee son previos al matrimonio y considera que “ella no tiene derecho a pedir el uso y disfrute de su casa de forma definitiva”. El próximo 22 de abril tendrá lugar la próxima vista en la Corte de Miami para tratar de aclarar las condiciones del divorcio.