Al ‘annus horribilis’ de Paulina Rubio aún le quedan dos meses

Si 2020 está siendo un año muy difícil para todos, Paulina Rubio debe sumar un cúmulo de problemas que posiblemente lo hayan convertido ya en el más complicado de su vida. Su apuro más reciente es la querella interpuesta en un juzgado de Miami por una empresa de créditos que le reclama 24.450 euros de deuda. El programa ‘Ventaneando’ de la mexicana TV Azteca ha dado la exclusiva.

La noticia tiene dos caras, ambas negativas: que Paulina deberá enfrentarse a un nuevo juicio –a no ser que llegue a un acuerdo extrajudicial– y que sus cuentas se han adelgazado tanto como para solicitar dinero a un prestamista.

La pandemia de la Covid-19 afecta a la economía mundial con especial incidencia en algunos sectores, la cultura y el entretenimiento, entre los más castigados. La cantante no ofrece conciertos desde septiembre de 2019 –ha asistido como invitada a un par en todo 2020– y sabido es que de royalties muy pocos artistas pueden vivir hoy. Menos aún con su alto nivel de gastos mensuales: a su tren de vida debe añadir los derivados de la manutención de sus dos hijos, Andrea Nicolás y Eros, y la pensión de divorcio que paga a su exmarido, Colate Vallejo-Nágera, alrededor de 6.000 euros mensuales.

Hay mucho más: aun cuando por el momento Paulina ha sido capaz conservar el equilibrio sobre la cuerda floja, es consciente de que el juez podría retirarle la custodia de Andrea Nicolás, según pretende Colate. A primeros de mayo de este año, Colate interpuso una demanda solicitando la custodia del pequeño –cumplirá 10 años el 17 de noviembre– y que la cantante se sometiese a un test psicológico tras varios episodios de comportamiento errático.

Sostenía Colate que el niño sufre ansiedad y cuadros de náuseas y vómitos a causa de los deficientes cuidados de su madre mientras que la funcionaria supervisora que vela por los intereses del menor, cree que debería recibir terapia pues se huele que el niño oculta información para no complicarle la vida a sus padres. Así, si bien el juez decidió desestimar la demanda de Colate, la situación podría variar en el futuro: la sombra del consumo de drogas planea sobre ella, según las sospechas del propio juez, el honorable Spencer Multack.

Todos recuerdan el lamentable vídeo que Paulina Rubio subió durante el confinamiento en el balbuceaba “yo me quedo en causa” (en lugar de en casa) y desaparecía de plano para volver a levantar la cabeza con cierta euforia. Así, aprovechó el marco del conflicto judicial con su exmarido, para someterse voluntariamente a una prueba de detección de drogas que su abogado presentó ante el juez.

El mismo programa ‘Ventaneando’ explicó los resultados: “Es un panel de nueve distintas sustancias y la única que salió fue el THC. Puede salir alcohol, cocaína y un sinfín de sustancias controladas, pero en el caso de ella aclaremos que no fue así y tomó lugar (la prueba) un día después de la audiencia del 7 de mayo’. El THC, principio activo de la marihuana, fue consumido en febrero durante una breve estancia en California, lugar donde no es ilegal, argumentó su abogado.

La medida le resultó un show a su exmarido: “Nadie le ha pedido que se haga un análisis de drogas, me ha parecido que la audiencia fue absurda. He sacrificado muchas cosas para que mi hijo tenga a su papá y a su mamá cerca y así voy a seguir”, dijo en unas breves declaraciones tras salir de la vista, refiriéndose a que decidió instalarse en Miami con tal de estar cerca de Andrea Nicolás.

Aun cuando la justicia sonríe a la artista, no fue ese vídeo la única demostración de que algo no anda bien en Paulina. Durante la última emisión de la gala Latin board, el pasado 21 de octubre, olvidó la letra de una de sus canciones en pleno directo.