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Michelle Obama admite estar deprimida por el virus y la situación social en EE.UU.

Crisis del coronavirus

En la segunda edición de su podcast, la esposa del primer presidente negro en la historia de este país reconoce que sufre una caída en su estado emocional

Memorias y podcast.Durante la presentación de Mi historia , sus memorias en una librería de Washington, el pasado noviembre (arriba), Y anunciando en su Instagram el segundo podcast con la periodista Michelle Norris, de invitada y donde habló de su depresión (derecha)

NICHOLAS KAMM / AFP

A muchos estadounidenses –excluidos los trumpistas, por supuesto– les encantaría escuchar una noticia bomba.

Joe Biden, candidato demócrata en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, ha de anunciar en los próximos días qué mujer ha elegido para ser su compañera de viaje, en condición de vicepresidenta. Se barajan varios nombres, pero hay uno, que, según las encuestas, despierta más entusiasmo y logra un consenso general entre los diferentes sectores: Michelle Obama.

“Levantarme cada día con estas noticias me ha llevado a experimentar un peso que jamás había sentido”

La ex primera dama no está en las quinielas porque ella misma se ha descartado.

Pero Michelle Obama mantiene una gran capacidad de influencia en Estados Unidos. Una de sus últimas confesiones ha puesto voz a una preocupación general en estos tiempos convulsos e, incluso, no pocos encuentran alivio en su confesión.

En la segunda edición de su podcast, la esposa del primer presidente negro en la historia de este país reconoce que sufre una caída en su estado emocional.

Durante esta entrega, habla de los cambios que ha habido en su familia, en otras y en la comunidades al afrontar las consecuencias de la pandemia.

“Sé que estoy lidiando con alguna forma de depresión de bajo grado”, asegura. “No solo por la cuarentena, sino también por la lucha racial. Y, viendo esta administración, observando su hipocresía, día a día, es desalentador”, sostiene esta mujer, con antepasados que sufrieron la esclavitud.

Este malestar psicológico le afecta a la hora de dormir. Se despierta en medio de la noche debido a que “me preocupa algo o noto una carga”, aclara.

“He transitado por estos altibajos emocionales que pienso que cualquiera experimenta, donde no te sientes a ti misma y a veces, ha habido un punto débil en el que tuve que rendirme y no ser tan dura conmigo”, añadió.

En los momentos en que el coronavirus atacaba más fuerte, Michelle Obama fue una más de las que se implicó en hacer llamadas a los vecinos de Washinton, en nombre la alcaldesa Muriel Bowser, para que la gente se quedara en casa y combatir la Covid-19. Esa petición, en ese momento, era casi un mensaje subversivo para el presidente que sustituyó a su marido, que ninguneó y ningunea el virus como algo que “desaparecerá más pronto que tarde”.

Por contra, la ex primera dama considera frustrante que haya gente que rechace ponerse la máscara. Trump, el primero.

El contagio se ha llevado por delante la vida de cerca de 159.000 estadounidenses –en especial de las minorías–, ha contagiado a 4,8 millones, destrozado otros muchos millones de puestos de trabajo, forzado el cierre de miles de negocios que nunca regresarán, el desahucio de cuantiosas viviendas, las protestas contra el racismo en las calles y sí, el desasosiego interior.

Pese a disponer de una existencia privilegiada respecto a la gran mayoría, Michelle Obama reconoce estar “exhausta” por despertarse a diario con las informaciones de “negros deshumanizados, heridos o asesinados”, mientras siguen las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter a lo largo de EE.UU. que se iniciaron el pasado mayo con la muerte de George Floyd.

“Tengo que decir que levantarme cada día con estas noticias de cómo esta administración ha respondido o no respondido,..., me ha llevado a experimentar un peso que no había sentido jamás”, subraya en su alocución.

“Parte de esta depresión es el resultado de las protestas, de este continuada agitación racial que ha afectado a ese país desde su fundación”, remarca.

Tanto ella como su marido han sido víctimas de insultos y desprecios desde los medios de la derecha. Ella también hace referencia a las reacciones de malestar que observaron al tomar posesión de la presidencia un hombre negro: “Vimos las señales”.

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