Mila Ximénez y Lydia Lozano, dos enemigas íntimas sin tregua a la vista
El origen de su conflicto
Ambas periodistas y colaboradoras del programa ‘Sálvame’ han iniciado una nueva guerra que desgasta aún más una relación deteriorada desde hace años
Que Lydia Lozano y Mila Ximénez no son amigas íntimas es algo que salta a la vista desde hace tiempo. Las periodistas comparten mucho tiempo juntas en plató, especialmente en el programa Sálvame , pero lo suyo es una relación fría que traspasa la pantalla hasta el punto de que el espectador es completamente consciente de que en los últimos años hay cero afinidad entre ellas, como lo demuestran sus continuados encuentros y desencuentros. Sus argumentos, gestos, rostros no mienten: la sensación es que directamente no se soportan, y eso que llevan trabajando juntas desde hace más de 12 años. Quizás que ambas sean verdad y naturales en su trabajo ayuda a formarse un puzzle más exacto del desecado hilo que las une.
Si atendemos al argumento de que en televisión se exageran todas las emociones- viene a ser algo así como cuando dos jugadores se calientan en un partido de fútbol- es posible que la emoción que les separa no sea precisamente el odio, pero está claro que ambas se sienten mucho más cómodas con otras compañeras de programa, y es algo que ni ellas se esfuerzan en disimular ni al programa le va del todo mal en su empeño de lograr broncas alternativas que se prolonguen durante una semana.
Tanto Lozano como Ximénez están cumpliendo perfectamente con ese timing desde que el viernes pasado, en una de sus penúltimas disputas, ofrecieron a la audiencia un menú basado en desconsideraciones mutuas que terminó con la primera llorando y abandonando un programa por primera vez en su vida profesional. Según Lydia, su enemiga íntima no le perdona la valoración más bien paupérrima que hizo de ella en los dos realities en los que Mila ha participado: Supervivientes (2016) y Gran Hermano Vip el pasado 2019. Así que la afrenta, vendría de lejos.
La gota que por ahora ha hecho colmar el paso de la paciencia de Lozano, en una semana especialmente complicada para ella con su programa resucitándole la polémica por sus informaciones asegurando hace años que la hija de Al Bano, Ylenia Carrisi, estaba viva, fue en el marco del nuevo programa de Mediaset, una última cena que si bien tubo una primera edición más light, se nota que la productora ya ha echado mano para que el menú no sea tan ligero. Y para ello no hizo falta llegar a los postres.
La acusación que más le dolió
Mila insinuó que Lozano programaba los lloros
Mila había insinuado previamente que Lydia Lozano lloraba o dejaba de llorar en función de la escaleta del programa, por lo que, según ella, tendría guionizadas sus emociones y sus llantos. Eso fue el detonante de una noche en la que Ximénez hacía de cocinera junto a Antonio Montero y, tras servir el primer plato, Lozano lo describió peyorativamente como “caldo de calcetín”, ya que estaba demasiado aguado, algo que a la improvisada chef tampoco le gustó un pelo.
Y ahí se calentó todo. Mila llamando a su compañera “resucita niñas”, en referencia al caso Carrisi, y Lozano abandonando primero el plató para ir al baño donde el programa siguió la conexión y, según parece, Ximénez aseguró de Lydia que “no se podía ser más puta”. Unas palabras que derivaron en su abandono del programa ante una desconcertante Mila que seguía considerando que lo suyo era teatro: “Le encanta hacer el numerito. Pero se va a cagar toda la semana. Me parece una falta de respeto la niñata esta”.
El pasado martes Sálvame las volvió a juntar a la dos en un plató intentando lograr una reconciliación que a Lozano se le hacía complicada, más después de que, según contó, diez minutos antes de empezar el programa la propia Mila le confesara que iba a escribir su habitual blog en Lecturas sobre ella y que se iba a emocionar de lo bonito que era. Irónicamente, esta claro. Y Ximénez que jamás se esconde, cumplió su palabra y escribió su sección que incluso fue destacada en portada por su revista.
“Mila es capaz de todo por esa audiencia que le apoya”. Es el titular que Lecturas destacaba en primera página sobre lo que la periodista pensaba de su compañera. Pero hay más joyas detrás de lo que, según ella, es un intento de “suavizar el profundo dolor de su compañera” pero que viste con una ironía tan mordaz que es inevitable pensar que más que pedirle perdón sigue regocijándose en sus llantos.
La califica de “obrera del show” que tiene como emblema “todo por la tele” y que “demuestra su solidaridad en el dolor y en la tragedia ajena” para referirse al caso de Al Bano: “Intento dar esperanza al desesperado”. Su texto termina sí: “Estoy dispuesta a agradecerle a Lili (así la llaman sus amigos) esa generosidad de intentar maquillarse como una emperatriz cuando sabe que, como todos, le tocará lavar los pies a la nueva sucesora”. Y le desliza este consejo: “Nuestro mejor flotador es no creernos a salvo de las aguas”.
Mila es capaz de todo por esa audiencia que le apoya”
Según otra revista, en este caso Diez Minutos, el marido de Lozano, conocido como Charly y con el que el 22 de junio celebrarán 30 años juntos, y del que se sabe poco porque no quiere entrar en el juego mediático de su mujer, habría pedido a Lydia que dejara el programa. Los propios colaboradores, sin ella en plató, se mojaron sobre esta información. “Si Lydia no deja ‘Sálvame’ creo que terminarán separándose”.
Por su parte, Mila aseguró lo siguiente: “Ni de coña le ha dicho eso, lo tienen clarísimo, mientras ella necesite estar aquí cinco horas, a ella le viene bien y a él también”, para añadir que ella sabía lo que Charly pensaba y que “no es bonito”. Otro comentario que, más allá de calmar los ánimos, seguro que provoca un nuevo incendio entre dos periodista que parecen estar cómodas en el conflicto mutuo.