Javier Santos: “Quiero pensar que mi padre se ha acordado de mí desde su mansión”
Con motivo de la pandemia
Aplazada la sentencia que decidirá definitivamente la filiación, nuestro protagonista se aferra a una entrevista que Julio Iglesias acaba de dar a una radio argentina
El 22 de abril de 2020 era el día previsto para que la Audiencia Provincial de Valencia se pronunciase sobre el recurso de apelación interpuesto por Julio Iglesias contra la sentencia que declara a Javier Santos como su hijo legítimo. Suspendida la actividad judicial a causa de la pandemia, la filiación de Santos continuará todavía durante un tiempo indeterminado en el limbo jurídico: Javier es hijo del cantante pero no a todos los efectos.
Javier Santos lleva más de 40 esperando que Julio Iglesias lo reconozca como hijo suyo. Lo intentó su madre, María Edite Santos, en 1992, cuando reveló la historia a los medios de comunicación y acudió a la justicia para demostrarlo.
Una sentencia en primera instancia lo reconoció hijo del cantante si bien la Audiencia Provincial de Valencia, en una sentencia que ratificó el Tribunal Supremo en 1999, tiró por tierra sus sueños.
Sentía esa ansiedad por dentro pero cuando mi abogado me comunicó que se aplazaba, se me fueron un poco los nervios”
Hemos contactado con Javier Santos para conocer cómo ha recibido la noticia de que su ansiado triunfo se ha visto pospuesto por la pandemia. Desde Valencia, responde amablemente a la llamada de La Vanguardia:
“Bien, llevo más de 40 años esperando, así que no pasa nada por esperar un poco más. Si que es verdad que sentía esa ansiedad por dentro, y ya no sabe uno si es por el confinamiento o por la sentencia de la Audiencia Provincial, pero cuando mi abogado me comunicó que se aplazaba, se me fueron un poco los nervios. En fin, lo importante es que cuando llegue sea positiva. Eso es lo verdaderamente importante”.
Cuando el Tribunal Supremo tumbó sus expectativas, fue al considerar lo siguiente: que el intérprete no se hubiera sometido a la prueba de paternidad no era motivo suficiente para declarar ese vínculo entre ellos. Más tarde lo intentó el propio Javier en su nombre pero tampoco tuvo éxito.
La jurisprudencia ha experimentado un giro copernicano desde entonces y, casi 30 después, Fernando Osuna, abogado del demandante confía en que con Javier tendrá el mismo éxito que con Manuel Díaz ‘el Cordobés’. El caso es prácticamente idéntico.
En esa entrevista también decía que quiere verse en el espejo de su alma y contemplar una vida dedicada a no hacer daño. Estaría bien que empezase por su propio hijo”
Preguntamos a Javier Santos si su padre (todavía solamente biológico) se ha puesto en contacto con él recientemente. Quizá la dureza de la pandemia con España haya ablandado su corazón como no ocurrió nunca durante todos estos años.
“No, no se ha puesto en contacto conmigo. Me hace gracia que me hagas esa pregunta, justamente el otro día, mi padre dio una entrevista a un amigo suyo argentino y en ella decía sentirse un privilegiado por vivir en una mansión cerca del mar. Y se acordaba de todas esas gentes que viven en un piso pequeño con hijos, como es mi caso. De alguna manera quiero pensar que sí se acordó de mí. Ah, en esa entrevista también decía que quiere verse en el espejo de su alma y contemplar una vida dedicada a no hacer daño. Estaría bien que empezase por su propio hijo”.
Lo que prevalece es la prueba científica y esta arroja un resultado de un 99,9 %.No sería lógico que habiendo quedado demostrado que Javier es su hijo biológico, por una cuestión de forma procesal se sentenciase finalmente que no lo es”
Javier Santos no pierde la esperanza de poder entenderse con su padre antes de que el recurso de apelación resuelva, quizá para siempre, un litigio que los separa aún más. ¿Podría perder Javier en segunda instancia? Nos responde su abogado:
“Lo que prevalece es la prueba científica y esta arroja un resultado de un 99,9 %. La otra parte estaba en su derecho de recurrir, obviamente, pero no sería lógico que habiendo quedado demostrado que Javier es su hijo biológico, por una cuestión de forma procesal se sentenciase finalmente que no lo es. Y es que la ciencia y el Derecho tienen que ir de la mano”.