La madre de Etienne Eto’o, el joven futbolista que ya no presume de padre, pide justicia
No le paga el colegio
Un juzgado cita al futbolista camerunés a un test de ADN que demostrará si Erika do Rosario es su hija. Entretanto, otras mujeres agraviadas levantan su voz contra él
“Cuando Samuel se enfada, rompe con todo. Y deja de cumplir aunque esté obligado a ello por una sentencia. Así castiga. Y cuidado, no me castiga a mí sino a su hijo”. Marián Pineda decidió presentar denuncia en julio de 2018, tras casi cinco meses sin recibir la pensión de alimentos que una sentencia fijó en 2003 para Etienne Eto’o Pineda, devenida firme el año siguiente.
Cuando la noticia se hace pública, Samuel Eto’o reacciona ingresando 12.000 euros, 4.400 menos de lo adeudado. A día de hoy, Eto’o adeuda a su hijo Etienne alrededor de 22.000 euros, entre mensualidades debidas y gastos extra.
Eto’o sabe que está denunciado. Marián se lo ha comunicado vía mail y telefónicamente pero sigue sin responder mientras ella espera resultados de una comisión rogatoria enviada a Catar, país desde el que Eto’o se retiró en septiembre pasado. Aun así, el juez que lleva el caso de Erika do Rosario , joven que reclama su paternidad, lo ha citado en el Instituto Nacional de Toxicología para someterse a un test de ADN el 16 de marzo próximo. Fernando Osuna, abogado experto en estas lides, ha cogido también el caso de Marián Pineda.
La deuda sigue creciendo
Eto’o adeuda a su hijo Etienne alrededor de 22.000 euros, entre mensualidades debidas y gastos extra, explica su madre
Marián es licenciada en Filología Hispánica y conoció a Samuel Eto’o siendo estudiante. En aquella época, uno de sus empleos eventuales fue el de azafata en el palco del RCD Mallorca, club donde militaba el camerunés. Eto’o tenía buen ojo no solo para el gol. Pidió su teléfono y ella aceptó una cita. Se enamoró. Salieron durante casi dos años como pareja formal y de su amor nació Etienne, un niño que Eto’o lo acunó en sus brazos. Todo estalló aquella tarde en que Marián lo sorprendió con otra mujer en un hotel de Palma.
Nuestra protagonista trabaja hoy como administrativa a media jornada. Después de comer, coge el coche para trasladar a Etienne a sus entrenamientos con el Atlético Baleares Juvenil. El chico tiene intención de comenzar el año próximo la universidad para estudiar Derecho y ADE pero el fútbol, que se le da considerablemente bien, es un plan B insoslayable.
“La sentencia especifica que si mi horario laboral hace necesario recurrir a canguros, taxis o alguien que se ocupe de Etienne, debe cubrirlo su padre. Pero si ni siquiera le paga la pensión… He preferido no estar todo el día en los tribunales y sacrificar mi vida profesional por mi hijo. Si él ha quedado con su novia para ir al cine, no podemos salir los dos. Mi salario da hasta donde da”.
Marián tiene 42 años. No ha vuelto a vivir con otro hombre. Ni quería que su hijo creciese acostumbrándose a alguien que mañana quizá no estaría ni que un día Samuel Eto’o pudiese argumentar algo como “me niego a sostener al novio de mi ex” para negarse a pagar la pensión de alimentos.
Jarro de agua fría
En 2016, Etienne se vio obligado a contactar con un amigo de su padre para rogarle que pagase la matrícula del colegio. En 2018, el futbolista le respondió vía SMS: “Si no puedes pagarte el colegio, ponte a trabajar”
En 2016, Etienne se vio obligado a contactar con un amigo de su padre para rogarle que pagase la matrícula del colegio, cuya montante se eleva a los 12.000 euros anuales. Entonces logró salvar una situación que habría de repetirse. La última comunicación entre ambos se remonta a diciembre de 2018. Y no fue agradable.
Viendo que las semanas pasaban y su situación de impago era ya muy incómoda en el centro educativo, Etienne contactó con su padre a través de e-mail para rogarle que abonase la matrícula del colegio. El futbolista le respondió vía SMS: “Si no puedes pagarte el colegio, ponte a trabajar”.
Etienne asiste a clase cada día y al salir, acude a su entrenamiento. No tiene tardes libres. “Merienda un batido y al llegar a casa, hecho polvo desde las siete de la mañana que se levanta, se pone con los deberes. Desde luego que trabaja”. Por eso, cuando el joven le mostró a Marián la respuesta de su padre, ella decidió explicarle el esforzado día a día de su hijo. Su respuesta fue: “Tú cállate, putita, que a ti nadie te ha preguntado”. No es una fabulación; este diario ha tenido acceso a ese mensaje y a otros más desagradables aún.
Desde que Marián y Eto’o rompieron, Etienne y su padre se han ido viendo esporádicamente. Cada vez menos. Aun así, el futbolista aparecía a veces como un rey Midas: Eto’o podía ser el mejor padre más generoso del mundo: “Nos pagó un viaje a Brasil, incluido el mejor amigo de mi hijo. Dos veces. En otra ocasión nos invitó a pasar doce días en Miami con todo pagado. O estando Etienne en Londres para verse con su padre, llevárselo a Harrod’s y la maleta con 10.000 euros de ropa”.
Que no falte de nada
Ese Eto’o despilfarrador no conocía límites. Aquel día que quiso que su hijo lo acompañase a ver partido entre el Paris Saint Germain y el Olympique le puso un avión privado”
Ese Eto’o despilfarrador no conocía límites. Aquel día que quiso que su hijo lo acompañase a ver partido entre el Paris Saint Germain y el Olympique, no había ningún vuelo Palma-París que llegase a tiempo. “Me contestó que me enviaría un avión privado. Naturalmente, me partí de risa y le pregunté que si se creía Richard Gere. Pues bien, al cabo de unos minutos, vuelve a llamarme y me da las instrucciones para subir a un jet en el aeropuerto de Palma. Acompañé a mi hijo, aterrizamos en París y mandó un cochazo a recogerlo en el hotel para llevarlo al estadio. Después, se fueron a comprar ropa en Christian Dior”.
En ninguna de esas ocasiones, el futbolista intentó propasarse con ella. Simplemente, Marián era la mejor canguro de Etienne.
Marián explica que este tipo de comportamiento, pasar de ser obsequioso en extremo a insultarla y dejarles en la estacada, le ha generado cuadros de ansiedad y estrés por los que ha recibido tratamiento psiquiátrico. Ella lo considera un maltrato psicológico continuado. “Puedes aguantar desprecios o que te insulte una vez, o dos, o lo que sea. Pero son casi 18 años y todo ello se va sumando a la mochila. Hasta que al final, pesa demasiado”.
También ha comprendido con el tiempo que todos aquellos gestos desmedidos tenían una explicación: Eto’o se había peleado con su mujer.
Hoy Etienne no presume de padre. No podría hacerlo. El joven ha creado una burbuja de silencio en torno a su relación ya incalificable con un ídolo de miles de chicos como él al otro lado del Mediterráneo.