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Lucas Vidal se pone electrónico

Creador de bandas sonoras

El compositor presenta nuevo single y sigue embarcado en un sinfín de bandas sonoras

Lucas Vidal, delante de un Peugeot 2008 en la ría de Vigo

Lorena Cendón/Peugeot España

Desde bien pequeño, Lucas Vidal (35 años) sabía que quería ser músico. Recién cumplidos los 15 decidió algo más específico: sería compositor de películas. En el instituto, los jesuitas intentaron disuadirlo, pero sus padres le alentaron a cumplir su sueño. A los 28 se convirtió en el creador de bandas sonoras más joven de Hollywood, con la de Fast and Furious 6. En el 2016 ganó un Emmy por el tema musical de la cadena ESPN para los JJ.OO de Río de Janeiro y dos Goyas, por la canción principal de Palmeras en la nieve, junto a Pablo Alborán, y por la banda de Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet. Todos estos galardones los tiene sobre el piano.

Se sucedieron los proyectos con figuras internacionales , pero Vidal volvió a apostar por salirse de su zona de confort. Dio algunas calabazas al cine y ha dedicado los dos últimos años a preparar su primer disco, donde fusiona ritmos electrónicos con música orquestal. En unas semanas aparecerá su segundo single, Happiness, después de Run , cuyo videoclip protagoniza la actriz de Élite María Pedraza. Para junio espera presentar el resto del álbum, editado por Universal.

Es todo un reto poder llegar a gente que nunca ha escuchado música orquestal y a los que nunca han escuchado música electrónica”

Lucas VidalCompositor

El madrileño habla con La Vanguardia en Vigo, a donde ha viajado en calidad de embajador del Peugeot 2008, que se fabrica en la capital gallega para todo el mundo. “En el 2016, decidí darme un tiempo para explorar nuevos sonidos. Me apetecía juntar electrónica y música de violín, chelo, viola, clarinete y trompeta. Este año he vuelto al cine y estoy metido en muchas historias de televisión y en otros formatos”.

Lucas Vidal, durante un ensayo en el Teatro Real de Madrid

Iván Edredón

A Vidal le gustan los riesgos. “Un artista siempre tiene que buscar una zona donde no se sienta cómodo. Es importante para mí explorar sonoridades nuevas y aprender todos los días. Siempre me ha gustado mucho la música electrónica, pero nunca había tenido tiempo para desarrollar canciones mías o un álbum completo. Es todo un reto poder llegar a gente que nunca ha escuchado música orquestal y a los que nunca han escuchado música electrónica”. Ese salto, lejos de cortarle las alas, le permitió trabajar con Raphael en su disco Resinphónico, que actualiza sus grandes éxitos.

El compositor explica que como músico también necesita el silencio. “Me gusta dormir tranquilo, sin absolutamente ningún ruido”. ¿Y en un coche, dónde encuentra el confort? “También en el silencio, me gusta que esté bien acondicionado acústicamente y me sirva de burbuja. Peugeot tiene una insonorización estupenda. Puedes escuchar música clásica con muy buena calidad de sonido”. Pero no sólo le va la clásica: “Me gusta mucho el islandés Ólafur Arnalds o Solomun, más electrónico, Rosalía me parece muy interesante, es una pasada”. En Los Ángeles, Vidal tenía un Fiat 500 eléctrico, “que tenía que recargar constantemente, un engorro”. Ahora conduce un Peugeot 2008 y espera ansioso tener su versión eléctrica, “que es el futuro”.

Vidal, que pasó 16 años en Estados Unidos, nueve de ellos en Los Ángeles, explica que “en Hollywood son pioneros del show business, controlan muy bien el marketing, y son muy buenos a nivel técnico, pero en España hay un tracto más humano; creo que se no tenemos nada que envidiar al cine americano. Los americanos alucinan con el cine que hacemos aquí”. Por eso hace dos años que se ha instalado en Madrid. Viene y va a Estados Unidos, pero España es un lugar más amable para criar a su hija, de 16 meses. De paso, se ha matriculado en Antropología por la UNED.

Dos gotas de agua

A Lucas Vidal le divierte su parecido con el actor Ashton Kutcher: “Aunque creo que él debe de pensar: ‘El feo este se piensa que es como yo pero, qué más quisiera’”

Sonríe cuando se le hace notar su parecido con el actor Ashton Kutcher. “Lo conocí en un rodaje. Antes no me veía para nada como él, pero cuando le vi, pensé que éramos iguales. Aunque creo que él debió de pensar: ‘El feo este se piensa que es como yo pero, qué más quisiera. Y claro, tenía razón”, explica riendo.

El pasado julio firmaba la música de La Liga que sonará en todo el mundo antes de los partidos de esta competición. Y sigue vinculado al chat que nació del rodaje con aficionados de todos los equipos. “El chat de 42 pasiones de la Liga es una maravilla, viendo los comentarios uno se da cuenta de que hay más cosas que nos unen de las que nos separan. Me parece maravilloso que gente del Espanyol y del Barça se hagan íntimos, que aficionados del Madrid y del Atlético queden, y comenten las jugadas… es algo que hace diez años hubiera sido totalmente inimaginable. El fútbol puede unir”.

Ahora está inmerso en la banda sonora de las series Dime quién soy –“ una apuesta superdiferente a nivel musical”, Alguien tiene que morir , del creador de L a casa de las flores, y de Los favoritos de Midas , de Mateo Gil. También hará la música de la película de acción Extremo , de Daniel Benmayor, con el que ya había trabajado, y sigue con Élite . “Es un momento muy bonito en España para los que nos dedicamos al cine”.

El compositor Lucas Vidal en Vigo

Lorena Cendón/Peugeot España

Hay una banda sonora que le hubiera gustado que fuese suya, la de Magnolia, de Paul Thomas Anderson. “Me hubiera encantado hacer esa peli, pero si tuviera que quedarme con una película para ver una y otra vez, esa es Cinema Paradiso. Para poner música al paisaje de Vigo, en un día soleado de invierno eligiría “cualquier canción española de los años sesenta o setenta, no sé por qué pero me da muy buen rollo.”

Para componer, Vidal explica que lo interpreta “como un puzzle, es un juego, me lo paso muy bien trabajando. Es mi hobby, mi trabajo, mi vida. El silencio es una parte fundamental de esta ecuación. Por qué quito una nota y dejo un suspense, qué emoción quiero mostrar...” La primera idea de la que tira es la lectura del guion, de ahí vienen los primeros sonidos… También hablo con el director, me documento sobre la época donde transcurre la historia...me parece muy interesante que cada proyecto sea un mundo. Pero yo soy muy práctico, el director se llama director porque es quien dirige, es su visión, su proyecto”.

El mejor consejo se lo han dado sus padres: “Hacer en la vida lo que te guste, siempre me han apoyado, y animo a los padres lectores a que dejen volar a sus hijos. Yo decidí no seguir una rama más convencional y ellos me apoyaron. Como a mi hermano, que tiene los restaurantes 80 grados. Le costó encontrar su camino, pero le han dejado que haga lo que quiera y le va muy bien”.

Con 18 años Vidal se fue a estudiar a Estados Unidos, con 21 ganó una batalla al cáncer. Y está contento de que sus padres no lo sobreprotegieran. Habla con orgullo de su padre, cirujano, y de su madre, que trabajó en Aviaco, fue enfermera y ahora es voluntaria de Aviación sin Fronteras y acompaña a niños de países desfavorecidos que vuelan para recibir tratamientos médicos en Europa.

Para estar en forma, Lucas Vidal practica body pump –“me hace gracia que seamos sólo tres hombres en casa”, explica– y yoga. Y para combatir el bloqueo creativo, “me tomo un té, ando un poquito, me voy a dormir pronto”. Eso sí, en total silencio.