Armando del Río: “Estaría bien que pudiéramos dar un salto evolutivo”
Entrevista
El actor zaragozano está a punto de estrenar ‘El nudo’, en Atresplayer
Con 22 años, se estrenó en Jamón jamón. Y desde entonces, Armando del Río (49 años) ha estado en una veintena de películas –Historias del Kronen, Km. 0, Valentín, Dama de Porto Pim, Sinfín, Bellezonismo...–, ha hecho teatro y ha participado en series como Sin tetas no hay paraíso , Hospital Central, Gran reserva, Bajo sospecha o Amar es para siempre . Ahora tiene entre manos dos series, una película y hacer realidad su sueño de dirigir su primer largometraje.
Está a punto de estrenar en Atresplayer El nudo, donde es un personaje con muchas inseguridades… ¿usted lo es?
Los actores, en general, necesitamos la aprobación de fuera. Aunque con los años lo vas manejando porque estás más seguro con tu herramienta, que eres tú mismo.
Y en El último show, para la televisión aragonesa, es un inmaduro con predisposición al drama. ¿Hay algo de usted?
El personaje está bastante alejado de mí. Le gusta mucho viajar, tiene una novia 20 años mayor que él, que interpreta Luisa Gavasa, y proyecta una falsa seguridad.
Un hombre de casi 50 años que está con una mujer de casi 70 rompe muchos tópicos...
Y eso está muy bien. Realmente le interesa la otra persona por como es, por sus intereses comunes, más allá del físico.
¿Qué fue lo mejor de ser el inspector Torres y lo peor de Sin tetas no hay paraíso ?
Me divertí mucho. Mi personaje era muy interesante y me dio cierta notoriedad. Lo malo es que sólo hice dos temporadas.
Después fue malo malísimo en Gran reserva. Que prefiere, ¿ser chico bueno o malote?
Los malos son más divertidos siempre. De bueno ya haces en la vida diaria. El malo de Gran reserva era un malo con pocas luces, muy iracundo. Fue un poco desagradable interpretarlo.
Trabajar con Netflix, Amazon..., nos abre mercados, pero el riesgo es que te encasillen en papeles de narcos sudamericanos”
En Holanda estrena Penoza. Los españoles ya son habituales en películas internacionales...
Es la parte buena de la globalización. Trabajar con Netflix, Amazon..., nos abre mercados, pero el riesgo es que te encasillen en papeles de narcos sudamericanos. Para hacer de mexicano o colombiano les sirve un español, aunque sea rubio, como yo. De hecho casi prefieren a un mexicano más edulcorado que a uno más racial.
Sobre este filme, dice en Instagram: “Por una vez, me gusto en pantalla. ¿No se suele gustar?
Hay trabajos que sí y otros que no, pero no depende tanto de mí como de lo que estás rodando y cómo se está rodando, de que el director de fotografía te ilumine bien, que tu cara dé bien dentro del concepto de esa película... En Penoza voy vestido con ropas cool, buenos abrigos, buen peinado, una iluminación muy cuidada. Claro, te ves guapo. Y al rodar en inglés, me distancio más y no me juzgo tanto.
¿No tiene abrigos cool en su armario?
No suelo vestir así. Ahora llevo más camisas, pero no blancas ni de rayas, que me parecen un horror... Soy actor para disfrazarme, pero en mi vida diaria voy con vaqueros y camisetas.
Control total
Con su mujer, Laia Alemany, Armando del Río tiene una productora para hacer realidad sus propios proyectos como guionista y director. El último es el corto ‘Karma’, con Unax Ugalde
Con su mujer, la actriz Laia Alemany, también produce.
Cromagnom Producciones es la oportunidad de montar proyectos propios desde el principio y poder controlar tú todas las decisiones.
Su tercer corto, K arma , con Unax Ugalde, Alejandra Lorente, Fernando Ramallo y Laia Alemany cosecha éxitos en festivales…
Lo de la distribución de cortometrajes es un mundo muy complicado. Mi idea era tener un pequeño avance para un largometraje. Estoy terminando de pulir el guión, que va por la cuarta versión.
¿En qué o quién le gustaría reencarnarse?
En otro mundo, no es que este me entusiasme.
¿Qué tipo de mundo?
Uno más avanzado que este.
¿Reencarnación o paraíso?
Lo del cielo me parece lo menos científico que puede haber en el universo. Hay estudios de historias muy potentes que han sucedido, como las de niños que recuerdan a sus asesinos en otras vidas y por eso han podido pillarlos.
¿Dirigir fue su primera vocación?
Me gustan todos los palos de la producción audiovisual, desde la escritura hasta el montaje. En Zaragoza, en casa cuando tenía que estudiar, lo que hacía era escribir guiones de ciencia ficción. Luego dejé la escritura y me centré en actuar; para escribir necesitas mucha constancia y soledad, pero es muy divertido montar el puzle de una historia.
¿Cómo desconecta?
Últimamente desconecto poco, pero si puedo viajo o me voy a una casita de madera que tengo en Guadalajara.
¿Quién le ha dado el mejor consejo?
Si me los dan sin haberlos pedido no les hago mucho caso, no me gustan los consejos.
¿Qué legado le gustaría dejar a su hija Alma, que ahora tiene 4 años?
Que pensara por sí misma y no se tomara demasiado en serio todo lo que nos rodea, porque como es imposible cambiarlo, no hay que volverse loco.
¿Y usted qué cambiaría?
Hay que superar este supercapitalismo. La humanidad va a cambiar. Una parte de la sociedad podrán ser superhumanos y la otra no hará absolutamente nada, serán parados. Estaría bien que pudiéramos dar un salto evolutivo.
¿Qué superpoder le gustaría tener?
Hacer desaparecer a gente.
¿A alguien concreto?
A los hijos de puta. El problema no son los grandes hijos de puta, sino los pequeños, que son muchos más y que se unen a los grandes. La gente que no tiene moral no debería estar en una sociedad moral.