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Famosos con causa... y con acceso al poder

Solidaridad

Las oenegés cuentan con la ‘diplomacia de las celebridades’ para captar la atención pública y política

Leonardo DiCaprio en la cumbre sobre el clima de París en el 2015

Getty

Un único retuit de Leonardo DiCaprio ha bastado para que el presidente ruso Vladímir Putin se decidiera a pedir a su Gobierno que solucionase las precarias condiciones de cien ballenas que tiene cautivas desde hace más de un año y que pretendía vender a China. El clamor popular duraba meses, pero Putin sólo ha movido ficha tras ver la repercusión del tuit del actor: “Por favor, firmad esta petición y uniros a mí en contra de la inhumana captura de orcas y belugas en Rusia”.

DiCaprio, que tiene su propia fundación, dedica casi el mismo tiempo a su carrera de actor que a su lucha contra el cambio climático. Ha participado en proyectos y documentales para concienciar sobre el tema e incluso ha hablado ante la asamblea general de la ONU. Es un caso similar al de Angelina Jolie, muy volcada en los refugiados. Como embajadora de buena voluntad de Acnur desde el 2001, ha viajado a lugares como Darfur, Sierra Leona, Tanzania o Pakistán. Su visita más reciente, a Perú, donde venezolanos le relataron su calvario tras dejar su país, sentó como un tiro al presidente Nicolás Maduro, que la calificó de “agente de la CIA”. También el actor y director Ben Stiller colabora con Acnur y ha estado esta semana en los campos de refugiados sirios en Líbano.

Son ejemplos de lo que se conoce como celebrity diplomacy (diplomacia de los famosos). Agencias de la ONU como Unicef o Acnur y las oenegés más grandes, como Amnistía Internacional u Oxfam, tienen departamentos centrados en seleccionar los mejores perfiles para que difundan sus causas, como Millie Bobby Brown, la actriz de Stranger things que se acaba de convertir, con 14 años, en la embajadora más joven de Unicef, o Emma Watson, que hace lo propio en defensa de los derechos de las mujeres y que hace un mes se reunió en el Elíseo con Emmanuel Macron y varios premios Nobel de la Paz.

Las organizaciones tienen departamentos que seleccionan los mejores perfiles para difundir sus causas

Son fichajes (sin cobrar, se entiende) que generan más atención mediática hacia causas que si no pasarían prácticamente inadvertidas. Con ellos se movilizan conciencias y se consigue donaciones. Pero hay un segundo motivo para contar con celebridades como aliados humanitarios: dan acceso a políticos influyentes, un acceso que sin ellos sería más complicado.

Un científico seguro que sabe más de medio ambiente que DiCaprio o que Javier Bardem, que colabora con Greenpeace para defender el Ártico. Y un experto en crisis humanitarias sabe más cómo combatir los estragos del hambre que Helen Mirren, embajadora de Oxfam. Pero... los políticos prefieren fotografiarse con las celebridades, y tras estas fotos puede que después se sientan obligados a actuar sobre asuntos que antes de la visita del famoso no necesariamente eran prioritarios en sus agendas.

Un caso extremo de esta política de los famosos es el de Kim Kardashian, que el año pasado logró en tiempo récord, tras un encuentro con el presidente Donald Trump, el indulto para una mujer que llevaba encarcelada dos décadas por un delito de drogas. A principios de este año, logró que liberasen a una víctima de tráfico sexual condenada a cadena perpetua por matar a su agresor. Desde entonces, Kardashian ha mantenido varias reuniones en la Casa Blanca para cambiar la legislación penitenciaria de EE.UU. Obvia decir que la estrella de la telerrealidad no ha cursado ni una sola asignatura de Derecho.

Millie Bobby Brown, actriz de ‘Stranger things’, tiene 14 años y es la embajadora más joven de Unicef

También Richard Gere se ha codeado con un buen número de mandatarios de todo el orbe. En apenas tres años, el actor, representante de la fundación Rai para los sintecho, se ha reunido con los alcaldes de Madrid y San Sebastián. Tal es su carisma que inmediatamente después de verse con la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, su Gobierno cedió diez viviendas a personas sin hogar. Gere también visitó el Congreso en octubre y se reunió con el presidente Pedro Sánchez, que se comprometió a incluir la aporofobia (odio a los pobres) en el Código Penal.

Hay famosos que también cuentan con sus propias oenegés, como Shakira, que, demás de su fundación Pies Descalzos, es embajadora de buena voluntad de Unicef, o los actores Dani Rovira y su pareja, Clara Lago, que con Ochotumbao impulsan proyectos para mejorar la vida de los más desfavorecidos, conservar el medio ambiente y defender a los animales.

Y hay incluso celebridades como Bono, que está tan comprometido con tantas causas y con acceso privilegiado a tantos poderosos que ya no se sabe si su prioridad es el activismo o ser el líder del grupo musical U2.