Arturo Fernández: “Si hay que ser de derechas, Franco a mi lado era comunista”
Tiene tablas
El veterano actor interpreta a un sacerdote en la obra ‘Enfrentados’, que trae al teatro Apolo de Barcelona. Entre la confesión y la hipérbole, se desnuda para nosotros hablando de teatro y de política
Arturo Fernández trae al teatro Apolo de Barcelona su obra 'Enfrentados'.
La parte fácil de entrevistar a Arturo Fernández es que los titulares brotan como setas en otoño. Lo difícil es seleccionarlos. A sus 87 años, el actor asturiano se siente más allá del bien y del mal. Nunca ha escondido sus convicciones políticas, menos ahora, por más que escuezan al que las oye. Arturo Fernández (Gijón, 1929) trae a Barcelona la obra Enfrentados, que podremos ver en el teatro Apolo desde el 21 de septiembre y en la que el veterano actor interpreta a un sacerdote tradicional –cuyo clerygman le ha sido confeccionado a medida, obviamente– que debe enfrentarse a un joven y rebelde seminarista (Bruno Ciordia). La obra ha recibido el premios Molière en Francia así como los Theatre World y Drama Desk en EEUU. En España la produce el propio Fernández, cuya compañía es la más veterana en la historia del teatro de nuestro país. Desde los romanos.
En Enfrentados se convierte en un sacerdote católico tradicional. Estoy seguro de que el clerygman le sienta tan bien como un traje pero ¿cuál es su relación con la Iglesia?
Soy católico, por supuesto, pero a mi manera. Me encanta entrar en una iglesia, egoístamente, si está vacía. El silencio es lo único bello que todavía nos queda. La Iglesia como institución tiene la vista cansada y el colesterol alto. Hay que revisarla. Esta obra no es un canto a la Iglesia.
Cumplidos los 87 años, ¿por qué siente aún la necesidad de subirse al escenario?
Esta es una profesión en la que tienes la suerte de retirarte cuando tú quieres. También te retira el público y, en ese caso, debes de tener la suficiente sensibilidad para saber que ya no interesas. Creo que, afortunadamente, aún no me está ocurriendo a mí. Y es que el clerygman me sienta que es la leche.
¿Qué papel cree que ha sido más importante en su vida? Me refiero a aquel sin el que el usted actual se sentiría incompleto.
Amo por encima de todas las cosas mi profesión. Así, es muy difícil fracasar. He tenido uno y fue culpa mía, porque la obra era francamente buena. Pero el público no quiso verme porque era demasiado dramática y yo quizá demasiado joven. Eso me sirvió para saber lo que el público quiere de mí. Antes de decidirme por una comedia sopeso muchísimo. Los éxitos no son cuestión de suerte. La palabra suerte la inventó un fracasado para justificar que él no triunfaba. No creo en ella sino en las personas, la tenacidad, el empeño y ser serio en lo que haces.
Cuando usted era joven, los actores y actrices cuidaban mucho su vestimenta; era parte del oficio. ¿Qué piensa de las jóvenes generaciones que acuden hoy a su propio estreno como si fuesen a comprarse otro chándal?
La escala de valores se ha perdido. Tantas cosas… El vestir ya no es un problema tuyo, que sí, sino de respeto hacia los demás. Si un actor recibe la admiración del público, tú debes corresponderles, no puedes ir de cualquier manera. Cuando veo a alguien de espaldas mal vestido siempre pienso que es un actor. ¡Joder, y no me equivoco! En mi época a lo mejor no tenías para un café pero un actor iba impecable. Por dignidad. Porque es una profesión que incluye la admiración. Al menos, ve limpio, hombre.
En mi época a lo mejor no tenías para un café pero un actor iba impecable”
¿Por qué no le vemos en una serie en televisión o en el cine pero sí en el teatro?
Me encantó hacer Truhanes y La casa de los líos pero trabajar 12 y 13 horas como se trabaja actualmente en televisión... Hace poco me propusieron un par de películas y no me veo. Echaría de menos el teatro. Soy un actor netamente de teatro y no dejaría mi compañía por una serie.
Tras separarse de Isabel Sensat, se unió a Carmen Quesada, con quien lleva nada menos que 35 años. A pesar de su fama de seductor, usted es hombre de una sola mujer. De una en una, vaya.
Cada quince días (risas). No, esto de la seducción es algo que me ha divertido siempre aunque en realidad creo que nadie ha conquistado menos que yo. Ten fama y échate a dormir.
Usted es hijo de la clase trabajadora: de un mecánico de la CNT que tuvo que exiliarse a Francia, y una limpiadora que quería que fuese oficinista. Pero decidió ser actor y de derechas. ¿Fue por llevar la contraria?
(Risas) Yo soy un hombre de orden, de respeto y de disciplina. No se trata de ser de izquierdas o de derechas; si la izquierda maneja bien el país, seré de izquierdas. He vivido exclusivamente para mi profesión y hoy soy el empresario y actor que más tiempo ha estado arriba de un escenario desde que existe el teatro en España. Mi compañía es la que más lleva encima de un escenario. Me he ocupado toda la vida del público. Lo que soy, poco, mucho o nada, se lo debo a él, para él vivo en cuanto a levantar el telón. Por respeto. Esa es mi derecha. Y si hay que ser de derechas te diré que Franco a mi lado era comunista. Pero nos hemos convertido en un país de cobardes, de ignorantes y, sobre todo, de analfabetos a la hora de votar.
La corrupción es tan antigua como la prostitución”
¿Se vota mal?
Muy mal. Aún no se ha aprendido que la cabeza sirve para algo más que llevarla sobre los hombros. No se han enterado. No sé si habrá terceras elecciones; eso le preocupa a los políticos. A las personas normales… No es que nos traigan sin cuidado pero nos hemos acostumbrado a que quieran mandar todos. Nos iremos a hacer puñetas.
Independientemente de a quién vote, ¿a qué político compraría usted un coche usado? ¿De quién se fía más?
Yo voto al PP y no conozco a nadie en el PP. Pero es un partido cuyo equipo está preparado, más que los demás. Mariano Rajoy es un hombre honrado y un presidente muy considerado en Europa. Y si somos la cuarta economía de Europa, se debe al PP. ¿Por qué hay que quitar a Rajoy? ¿Adónde hay que echar entonces a los que han perdido? El PSOE tiene que volver a ser importante, si ha gobernado más años incluso, y es una lástima que haya decaído de esta forma. Estoy de acuerdo en que gane el PP o el PSOE ayudados por alguien. Excepto por Podemos
¿No le preocupa pues la sucesión de casos de corrupción que afectan al PP?
Verás, chatín, la corrupción es tan antigua como la prostitución. Nunca hubo más corrupción que en la última época de Felipe González.
Mi padre era de la CNT y andaba siempre a hostias con los comunistas”
Entiendo que no se tomaría usted una cerveza con Pablo Iglesias.
¿Por qué no? Seguro que es simpático. Y es un hombre inteligente, cuidado. Yo hablo políticamente. En ese sentido, no puedo entender cómo puede haber un partido comunista. Un comunista pisa la hierba y ya no crece más. El caballo de Atila debía ser comunista también. Pablo Iglesias es un hombre inteligente: de la nada, aunque apoyado sin duda por los medios de comunicación, ha convencido y tiene cinco millones de votos. Eso un tonto no lo consigue. Pero el comunismo… Si ya casi ni queda en Rusia. Hay que pensar hacia delante. Mi padre pertenecía a la CNT y andaba siempre a hostias con los comunistas. El comunismo es el fracaso del mundo.