Doce años sin Carmen Ordóñez
Murió un 23 de julio
En el duodécimo aniversario de la muerte de ‘la divina’, recordamos los doce momentos clave en la vida de un personaje imprescindible de la crónica rosa
Cuando el 23 de julio de 2004 el cuerpo de Carmen Ordóñez fue hallado sin vida en la bañera de casa, comenzó el verdadero dolor para los suyos y se cerró para siempre una etapa de la crónica social en España. Carmen había pronosticado muchas veces en aquellas noches de farra interminable que no se veía cumpliendo los 50 años. No soportaba la idea de envejecer y agostarse. Aun así, ni siquiera los compañeros de excesos creyeron que fuese a tener razón. Aquel día, la prensa fue sacudida por un terremoto e incluso los más agoreros quedaron conmocionados. Ahora, cuando se cumplen 12 años de su muerte, queremos recordar a ‘la divina’ en los 12 momentos más clave de su vida.
Estirpe taurina
Carmen es hija de uno de los más relevantes toreros de la historia. Antonio Ordóñez, creador de la corrida goyesca en su Ronda natal e hijo también de un torero –El niño de la Palma–, frecuentó a Ernest Hemingway y Orson Welles en aquella aburrida España en blanco y negro. De hecho, las cenizas del director de Ciudadano Kane descansan en la finca familiar El Recreo. Ordóñez, que llamaba a su hija Carmuca, fue el primer diestro en recibir la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. La madre de Carmen, conocida como Carmina Dominguín era a su vez hija y hermana de toreros: Domingo González ‘Dominguín’ y Luis Dominguín, padre de Miguel Bosé. Carmen tenía una hermana, Belén, que falleció en 2012.
Boda con Paquirri
Carmen conoció al hombre de su vida en los toros. No podría haber sido de otro modo. Se casaron en febrero de 1973 en la Real Basílica de San Francisco el Grande de Madrid. Francisco Rivera ‘Paquirri’ tenía 25 años y ella, 17. En una época en que los ídolos no jugaban en el campo de fútbol sino que se la jugaban el albero, la boda entre el torero más prometedor del momento y una de las jóvenes de sociedad más bellas del país fue un acontecimiento social de primer orden.
Convicciones contradictorias
Aunque Carmen estudió en el Liceo Francés y su educación era liberal, su pensamiento político en los años de juventud era reaccionario. Existen fotos suyas en un acto de Blas Piñar con el brazo en alto y tocada con boina requeté. Después, dejó a un lado lo ultramontano para dedicarse a disfrutar de la vida sin dar cuentas a nadie, mucho menos a una moral vestusta. Lo que nunca dejó de llevar dentro fue la Semana Santa de Sevilla –era devota de la Esperanza de Triana– y la romería del Rocío.
Francisco y Cayetano
Francisco de Asís Rivera Ordóñez nació el 3 de enero de 1974 y Cayetano, el 13 de enero del 77, ambos en Madrid, aunque siempre estarían tan ligados a Sevilla y a Ronda (Málaga) como su madre. En la hemeroteca encontramos numerosas fotos de Carmen con sus hijos posando para la prensa del corazón antes aún de convertirse en personajes mediáticos de primer orden. Francisco debutó como novillero en Ronda, en 1992 y tomó la alternativa en Sevilla tres años después. Cayetano tardó en decidirse a probar suerte con el toro, pero debutó también en Ronda, 2005, y tomó la alternativa en Madrid, en 2008. A Carmen nunca le hizo gracia que su primogénito iniciase la senda del toro aunque no vivió para ver lo propio en el segundo.
La separación de Paquirri
Según cuentan a este diario, amor entre ambos no faltó nunca pero el diestro pensaba más en el toro que en su mujer y ella era un espíritu libre. Se separaron el mismo mes en que se casaron, en febrero, de 1979. Ella tenía aún 23 años. La pareja tramitó y obtuvo la nulidad eclesiástica en enero de 1983, tres meses antes de que él se casase, también por la iglesia con Isabel Pantoja.
Lolita, su íntima amiga
La hija mayor de la Faraona conoció a Paquirri cuando su relación con Carmen ya hacía aguas. Dicen que ella se enamoró perdidamente del diestro, si bien su relación no pasó de un breve idilio. Paquirri rompió con ella al conocer a Isabel Pantoja. Aunque Carmen también inició un romance con el exnovio de Lolita, Antonio Arribas, le molestó mucho enterarse por terceros de que su amiga se estuviese entendiendo con el padre de sus hijos. Terminada la relación entre Paquirri y la hija de Lola Flores, volvieron a ser tan amigas como antes. ¿Recuerdan la presunta maldición gitana que la Faraona echó a Isabel Pantoja? Aunque ha sido desmentida por la propia Lolita, sí hubo un desencuentro en la sala Florida Park de Madrid: Pantoja era la nueva en la vida del torero, la causante de la desgracia de su hija y Lola no soportó verla tan cerca sin que le hirviese la sangre.
Aquella tarde en Pozoblanco
Paquirri fue cogido en Pozoblanco (Córdoba) el 26 de septiembre de 1984. El toro Avispado le seccionó dos venas y la arteria femoral. Las limitaciones de la enfermería instalada en la plaza, una hemorragia masiva y un camino de más de 90 kilómetros hasta el hospital Reina Sofía de la capital cordobesa se llevaron al torero. Aunque llevaba un año casado con Isabel Pantoja, cuentan voces autorizadas que murió nombrando a Carmen.
Julián Contreras
Tras algunos romances de poco fuste, llegó a su vida el cantante y compositor Julián Contreras. Se casaron en Miami, en 1984 y mediante una ceremonia civil que luego celebraron eclesiásticamente en Madrid con su hijo Fran y su amiga Lolita como padrinos. Hacia 1990 se instalaron en Marrakech, un lugar que siempre la enamoró, con su tercer hijo, Julián Conteras Jr. Contreras padre le dio la estabilidad necesaria pero no era el alma gemela que ella necesitaba. Los negocios que ella le ayudó a abrir en el país vecino, merced a su buena relación con las autoridades marroquíes no fraguaron. Tampoco su matrimonio. Se separaron en 1994. Ella continuaría bajando a Marrakech y a Tánger, donde pensó incluso instalarse permanentemente.
La boda de Fran y Eugenia
Uno de los momentos más felices de su vida fue la boda de su hijo Francisco y Eugenia Martínez de Irujo. Se celebró en la catedral de Sevilla, el 23 de octubre de 1998, y ante 1.400 invitados. Lo más elitista de la sociedad andaluza estuvo allí. Las lágrimas de Carmen, vestida de azul de los pies a la mantilla, mientras su hijo daba el sí, quedarán para el recuerdo.
Ernesto Neyra
Así se llama el gran error de Carmen. Se conocieron en el Rocío y se casaron casó el 7 de noviembre de 1997 en un cortijo sevillano. Se separaron dos años después. Uno de los colaboradores del programa ‘Crónicas Marcianas’, muy amigo de la Divina, fue el primero en decir lo que otros sospechaban: en Zahara de los Atunes (Cádiz), en verano de 1999 Ernesto Neyra le habría dado una paliza y tuvieron que llevarla a Chiclana para hacerle pruebas de rayos X. Carmen, sentada a su lado con la mirada baja, lo dejaba hablar. Por fin, se decidió a contarlo todo sollozando. Sin embargo, el bailarín siempre negó las acusaciones y ella no pudo demostrarlo en un juzgado.
“A mí, plin”
Dicen todos quienes la conocieron que era imposible no reírse con ella. Carmen era muy graciosa, además de fresca, natural y generosa a más no poder. Nos quedamos con dos de sus frases más celebradas. Una era una celebración de la vida, de la suya propia, adaptación de un eslogan de la marca de colchones Pikolin. Cuando alguien le afeaba la conducta o reclamaba su atención para cualquier tema que no le interesase, respondía “A mí plin, que soy Ordóñez Dominguín”. La otra la pronunció en un arrebato ante los fotógrafos que, pese a mantener con ella una relación óptima en la inmensa mayoría de ocasiones, cierta vez le colmaron la paciencia y Carmen, muy suya, bramó para la historia de este género chico: “¡Desahogaos, que sois unos desahogaos!”. Por cierto que si la recordamos como ‘la Divina’ es, precisamente, por usar al adverbio “divinamente” con inusitada frecuencia.
El Rocío
Enamorada de Andalucía, afirmaba que podría pasar sin la Feria de Abril, pero jamás sin la Semana Santa y la romería del Rocío. Carmen no faltaba un año a su cita con la Blanca Paloma, vestida de gitana y peregrinando como hermana de la Esperanza de Triana, pasión que ha heredado su hijo Francisco. Allí se bebió la vida con Pepe ‘el Marismeño’, María Jiménez y su grupo rumbero, los Chuli, Pay, Cabra, Dr. Keli y Antonio Díaz. Llegó a bajar incluso para disfrutarlo un solo día: fue en 2002, en que debió abandonar precipitadamente para continuar con un tratamiento de desintoxicación a los barbitúricos. Sus cenizas descansan repartidas entre las marismas de Doñana, Marrakech y Ronda.