El carril bici de Esplugues supera todas las expectativas
El alto número de usuarios que está registrando el carril bici que une Esplugues y Barcelona, inaugurado hace poco más de un mes, ha sorprendido incluso a sus promotores. Un contador instalado en uno de los extremos registra el número de bicicletas que pasan a diario y la cifra no hace más que crecer. Desde su puesta en marcha, el 19 de marzo, hasta el pasado viernes 27 de abril, había contabilizado 26.350 bicis.
El muro mental y físico entre el Baix Llobregat y la capital catalana que representaban la autopista y la ronda de Dalt ha caído. El carril bici que supera el nudo viario ha resquebrajado la frontera existente hasta ahora para peatones y ciclistas y ha abierto una nueva vía de comunicación metropolitana. La llegada de la primavera y el buen tiempo hace que continuamente se vayan superando las cifras de usuarios diarios. El tráfico medio en las dos primeras semanas era de 500 bicis, al alcanzar el primer mes en funcionamiento ya eran 571 y en la última semana ha superado las 600 bicis por día.
Aún huele a nuevo pero ya se ha convertido en un itinerario habitual para ir al trabajo o al centro de estudios para centenares de personas. Un día laborable cualquiera, a primera hora de la mañana, se puede ver un goteo constante de bicis en ambas direcciones. Mientras tanto, ese punto en el que la autopista B-23 se convierte en la Diagonal acumula las clásicas retenciones de cada día en hora punta. Las bicis urbanas y plegables son las protagonistas a primera hora de la mañana, sobretodo en dirección a Barcelona y luego, a lo largo de la tarde, de regreso al Baix Llobregat.
La vía ciclista tiene un carril bici bidireccional y un espacio para el paseo, con bancos y algunas sombras. A media mañana, en lugar de ciclistas, son mayoría los jubilados de Esplugues que pasean a pie hasta el parque de Cervantes, cuya rosaleda estos días luce espectacularmente. También se registra un uso más ocioso y festivo del carril bici los fines de semana. De hecho, el récord de usuarios en un solo día se alcanzó un soleado domingo de primavera, el 15 de abril, con 1.599 bicis. El segundo día que más bicicletas registró el contador fue también un festivo, el Lunes de Pascua, cuando 1.224 personas pasaron por allí antes o después de comerse la mona.
El éxito del carril bici ideado por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) queda empañado por el trabajo de los ayuntamientos en los extremos. Cuando el ciclista que viene de Esplugues llega a Barcelona, a la altura del parque Cervantes, se encuentra con que pasa de una impoluta vía de asfalto a una zona de tierra en la que sobresalen las raíces de los árboles. Son apenas 300 metros hasta conectar con el carril bici de la Diagonal que son especialmente molestos los días lluviosos. Además, en el punto en el que se acaba el asfalto del nuevo carril bici y empieza el tramo de tierra se está creando un agujero cada vez más grande que puede provocar daños en las bicicletas e incluso desestabilizar a algún despistado.
En el otro extremo, Esplugues sí que ha hecho los deberes. Pese a que las obras de un colector del futuro barrio Porta Barcelona (más conocido como plan Caufec) obligan al ciclista a realizar un incómodo rodeo por pasos de cebra, poco después enlaza con un carril bici bidireccional recién estrenado que incorpora una sorprendente novedad implantada por primera vez en la metrópolis barcelonesa: un botón para que el semáforo del ciclista se ponga verde y así poder superar con seguridad una rotonda con mucha circulación a la que llegan a gran velocidad los coches que salen de la autopista