Un carril bici conecta ya Esplugues con Barcelona
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El 14 de julio de 1969 se inauguró el tramo de autopista que une la Diagonal de Barcelona con Molins de Rei, la actual B-23. Esta infraestructura condenó a Esplugues de Llobregat al ostracismo e históricamente ha impedido que sus ciudadanos puedan trasladarse a pie hasta la capital catalana. El problema se agravó después con la construcción de la ronda de Dalt, que alejó aún más al municipio del Baix Llobregat de la vecina Barcelona. Desde ayer, la entrada en servicio de un nuevo vial para ciclistas y peatones ha logrado acabar con este aislamiento de casi 50 años.
El carril bici y peatonal supera el nudo viario de la ronda de Dalt y la B-23 y facilita la conexión del Baix Llobregat con la capital catalana. Son casi 900 metros de longitud de carril bici y peatonal que nace en uno de los accesos a la carretera de les Aigües, en Esplugues, y acaba en el parque Cervantes. Desde este punto, y aprovechando el talud del parque en el lado de la B-23, transcurre por debajo de la ronda y por encima del ramal de enlace entre la autopista y la misma ronda. Miradores y bancos completan el paseo.
La obra, financiada con 1,9 millones de euros por el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) y por los ayuntamientos de Barcelona y Esplugues, ha acumulado meses de retraso por su complejidad, al haber de superar las dos infraestructuras y tener que poner de acuerdo a todas las administraciones.
El arquitecto Enric Batlle, de Batlle i Roig Arquitectura, considera que el nuevo camino es capaz de repercutir más allá de su ámbito y de vertebrar el territorio metropolitano. Batlle explica que se ha utilizado un antiguo puente construido durante el desarrollo del plan Caufec destinado al tráfico privado para superar uno de los bucles de acceso a la B-23. “Estas mejoras en el espacio público son mucho más necesarias que la construcción de un parque central. El reto del urbanismo es ayudar a romper las barreras construidas entre espacios naturales y la ciudad”, aseguró.
El vicepresidente de Movilidad y Transporte del AMB, Antoni Poveda, destacó ayer que esta obra “es una primera piedra para superar la brecha que separa Barcelona y el Baix Llobregat”. En esta misma línea se pronunció la alcaldesa de Esplugues de Llobregat, Pilar Díaz, quien refirió el agravio histórico que ha sufrido el municipio al no poder acceder a pie hasta Barcelona “Por fin, cinco décadas después, se abre este nuevo vial que podrán utilizar estudiantes para llegar a las facultades o peatones que deseen acceder a la capital catalana”. Por su parte, la concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Mercedes Vidal, apuntó que pocas veces a la hora de planificar la movilidad en la ciudad se piensa en el peatón a pesar de que la mayor parte de desplazamientos se realizan a pie. También destacó que el nuevo vial es una oportunidad para la bici que no tiene porqué agotarse en la frontera de Barcelona.
La puesta en servicio del paseo se completará cuando los ayuntamientos de Esplugues y Sant Just Desvern completen su red ciclista. Ambas administraciones trabajan conjuntamente con el AMB para ejecutar la continuación del eje ciclista por la avenida Països Catalanas, Laureà Miró y la carretera Reial, ya en Sant Just. Falta solventar cómo hacer pasar un carril bici por el puente de Esplugues, una obra, según Díaz, que ya está en estudio.