El bajo del pantalón

OBITUARIO, José Antonio Llorente, socio fundador y presidente ejecutivo de LLYC

El bajo del pantalón

"Paren los relojes y silencien los teléfonos", nos dice el poeta británico W.H. Auden para momentos como este. Han pasado 20 años pero todavía lo recuerdo como si fuera ayer. Me había comprado un traje en el Zara de la calle Princesa con el dinero de un amigo. Mi economía ese mes estaba al límite y lo necesitaba para ir a trabajar al día siguiente, porque los consultores en Llorente & Cuenca (hoy LLYC) iban de traje. Entonces nadie te arreglaba el bajo en 24 horas y entre mis compañeras de piso y un servidor hicimos lo que pudimos.

A la mañana siguiente cogí el autobús y llegué a Hermanos Bécquer, 4. La primera sede de LLYC, situada frente a la embajada de los EE.UU. Toda una declaración de intenciones. La leyenda de esa pequeña calle de Madrid nos decía a los de provincias que allí vivió “la collares”, la mujer de Franco -y cierto es que alguna vez vimos a Pocholo Martínez-Bordiú, al igual que saliendo para comer un bocata en el José Luis, en una casa contigua al despacho, a Leandro y su característico bigote, el hijo bastardo de Alfonso XIII. En ese entorno volaba tu imaginación. Antes de entrar a la oficina, junto al logo de la firma y con una iluminación muy cuidada, se indicaba de manera solemne “Consultores de Comunicación” como si fuéramos letrados. Ese enfoque también era una gran novedad. Nos organizábamos por colores: el rojo, el azul, el equipo oro. La metodología, todo, era muy especial. En aquel lugar mágico soñábamos con construir el futuro. Así lo sentíamos cuando subíamos de una planta a otra con nuestros Informes. Y realmente lo era. Como lo es en Lagasca.

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José Antonio Llorente, socio fundador y presidente ejecutivo de LLYC, ha fallecido este domingo, 31 de diciembre de 2023, a los 63 años 

LLYC / EFE

Pues bien, en plena puerta, sin piedad, el bajo de mi pie izquierdo capituló. Intenté, agachado, arreglar el dobladillo como pude. Se me caía el mundo encima, mientras notaba que alguien entraba como una exhalación. Ese primer día no quería moverme ni del escritorio. El bajo de mi pie era kilométrico. Sin embargo, el protocolo en LLYC requería conocer a los jefes. Subí a la sexta planta y allí estaba el CEO tomando un café. Sonrió y me dijo: “Hombre, tú eres el del bajo del pantalón”. Esa fue la primera vez que vi a José Antonio Llorente y se paró el reloj.

Nos hicimos muy amigos. Y me dio el mejor consejo de todos: lo prioritario es no quedarse quieto. La era de las soluciones sencillas a los problemas sencillos se terminó. Y en muchas de nuestras conversaciones a lo largo de los años salieron historias que protagonizaban dos personas extraordinarias, que con veintipocos y muy jóvenes, lideraban las operaciones y la expansión de la compañía por toda América Latina: Alejandro Romero y Luisa García, los actuales líderes de LLYC. Hoy son la primera firma de marketing, comunicación y asuntos públicos de España, Portugal y América Latina, cotizando en bolsa. La mejor.

Esta historia es la de muchos jóvenes, porque José Antonio fue mucho para todos los que empezamos en Madrid antes y ahora. Pero también para periodistas, empresarios y profesionales de todas las generaciones durante más de 30 años. Un hombre excepcional con unos valores e inteligencia muy elevados. Por eso, paren los relojes, silencien los teléfonos. Se va el mejor de los mejores. Demos un enorme abrazo a su esposa Irene Rodríguez, a su hija Mara, a su nieto, a su madre y a sus hermanos. Se va mi padre profesional, una persona formidable. Y vuelvo a mirarme el pantalón del bajo, amigo. Y sonrio y miro al cielo.

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