El cultivo de insectos para la producción de harina es una práctica que va en aumento. Esta actividad, de bajo impacto ecológico y económico, se presenta como una alternativa de producción sostenible y fuente de proteínas adecuadas, por ejemplo, para elaborar pienso para animales. En este contexto, Insectius se posiciona como un actor clave en la evolución del sector agrícola y ganadero en España. Gracias a una reciente ronda de financiación de un millón de euros, la empresa, gestada en el TecnoCampus, está a punto de desplegar sus granjas contenedor de insectos por todo el país, y ofrecer así una solución accesible y rentable para emprendedores y propietarios de terrenos sin uso.
Esta actividad, de bajo impacto ecológico, se presenta como una alternativa de producción sostenible y fuente de proteínas adecuadas, por ejemplo, para elaborar pienso para animales de producción como aves, cerdos, piscifactorías o incluso para mascotas. Insectius es una granja biotecnológica que utiliza un modelo de producción circular, optimizado mediante tecnología, para criar mosca soldado negra o Black Soldier Fly (BSF).
El equipo de Insectius
Según explican desde Insectius, las granjas portátiles son una oportunidad única para emprendedores. Estas granjas están diseñadas para maximizar el uso de espacios infrautilizados, permitiendo a personas con terrenos disponibles incursionar en la producción sostenible de proteína. Este modelo no solo abre nuevas vías de ingresos, sino que también contribuye a la reducción de la huella ambiental del sector agropecuario.
“Queremos descentralizar la producción de insectos, ya que creemos que es la única manera de que el sector sea realmente rentable, facilitando que cualquier persona, independientemente de su experiencia previa, pueda iniciar un negocio rentable y ecológico”, afirma Raul Reyes, CEO de Insectius.
En este modelo, Insectius se compromete a comprar las larvas de sus granjas satélite, asegurando así un mercado para los productores y fomentando la estabilidad económica de las granjas asociadas.
Estas granjas contenedor incluyen la plataforma tecnológica de Insectius, que proporciona a los ganaderos datos en tiempo real sobre el rendimiento de sus granjas y facilita la toma de decisiones y mejorando la productividad.
Impacto positivo en el medio ambiente
La implementación de granjas contenedores de insectos proporciona beneficios económicos a los emprendedores a la vez que tiene un impacto positivo en el medio ambiente. La producción de insectos requiere significativamente menos recursos que la ganadería tradicional, utilizando menos agua y generando menores emisiones de gases de efecto invernadero. “La clave del negocio de insectos es el acceso a comida barata, que pueden ser vegetales, frutas o comida que antes de convertirse en residuo se puede usar para alimentar a las larvas, consiguiendo un coste de producción muy bajo”, explica Marcos Aguayo, CTO de Insectius.
Según estudios recientes, la producción de proteína a base de insectos puede reducir hasta en un 96% el uso de agua y en un 65% las emisiones de carbono comparado con métodos convencionales.
Las granjas de insectos son útiles para la bioconversión de residuos. Si se dispone de residuos orgánicos sin valorizar, las granjas contenedores ofrecen una forma eficiente y rentable de transformarlos en recursos con valor, lo que contribuye a una economía circular y reduce el desperdicio.
“La financiación recibida es un reconocimiento al potencial de nuestra tecnología y a la creciente demanda de soluciones sostenibles en el sector agropecuario. Estamos entusiasmados por el impacto positivo que tendremos en las comunidades locales y en el medio ambiente”, comenta Reyes.
Por el momento, la empresa se ha fijado el objetivo de entregar 40 granjas modulares para 2025, de las que ya tienen ocho confirmadas. Según Reyes, “tenemos muchas personas interesadas en probar nuestro modelo”.
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