La ley fija 12 meses de impago antes de proceder a la ejecución hipotecaria, si la hipoteca está en la primera mitad del plazo, y 15 si ocurre durante la segunda mitad. Aun así, cuanto más tarde se actúe, las opciones para salvar la situación se agotan y las consecuencias se agravan.
Al preguntar a los expertos de Housfy Hipotecas al respecto, lo primero que sugieren es anticiparse a la situación: “Si te esperas a que el banco te tenga que llamar porque llevas meses sin pagar, no va a estar tan receptivo a negociar”, avisa David Espiago, director de negocio bancario de la empresa de intermediación financiera.
Ayudas al pago de la hipoteca
Actuar con antelación abre puertas a más opciones. A saber, si el titular ha pagado religiosamente, pero avecina dificultades en su economía, puede solicitar una ayuda pública a la hipoteca. Las hay en casi todas las regiones del Estado, con sus requisitos y condiciones específicas.
La Agència de l’Habitatge de Catalunya, en particular, ofrece unas ayudas para sufragar cuotas de hasta 800 €, por circunstancias sobrevenidas no previsibles, siempre que no haya habido impagos en los 12 meses anteriores a la solicitud.
La Generalitat de Catalunya, además, pone a disposición de la ciudadanía un servicio de asesoramiento para personas que tienen dificultades para pagar su préstamo hipotecario. Puede ser esta una alternativa gratuita para negociar soluciones de primera mano con la entidad bancaria, que sería la siguiente de las vías a considerar.
Negociar con el banco
La realidad de quien no pueda pagar su hipoteca es, en principio, un episodio económico inesperado, como lo sería una desregularización del empleo.
El consejo más valioso será sentarse a encontrar una solución desde una sala de la sucursal bancaria, exponiendo la situación del titular, desde el humanismo y la comprensión.
Al banco le interesa mucho más negociar que empezar todo un proceso judicial
Las opciones son múltiples y dependen del caso y de la predisposición de la entidad. Son posibles una carencia —pagar solo la cantidad de intereses durante un tiempo—, una renegociación del acuerdo que haga viable el retorno del préstamo, o dejar la vivienda en forma de dación en pago, a veces incluso con la oportunidad de vivir en ella en régimen de alquiler social.
Son unos cuantos los requisitos que el titular debe reunir para poder acceder a estas alternativas, por lo que será preciso analizar la situación de cada uno con precisión y cautela.
Cambiar la hipoteca de variable a fijo
Un salvavidas ante el encarecimiento de las hipotecas
Con las subidas de los tipos de interés, muchos temen que a medio plazo el pago de su hipoteca llegue a ser un problema. Como las previsiones sobre el euríbor no vaticinan bajadas reales hasta mediados de 2024, el Gobierno aprobó un Real Decreto-ley por el que se modifica el Código de Buenas Prácticas creado en 2012.
Entre otros puntos, se suspenden durante 2023 las compensaciones y comisiones para pasar de tipo variable a fijo, con el fin de incentivar el cambio.
Desde Housfy Hipotecas, afirman que hay otras opciones para mejorar las condiciones de un préstamo igualmente válidas y a veces más eficientes, relacionadas con la subrogación a otra entidad bancaria o la cancelación de la deuda y la apertura de una nueva hipoteca fija.
Vender la vivienda para cancelar la deuda
Aquellos que no lleguen a un acuerdo sólido con el banco aún tienen una vía que agotar: poner el inmueble a la venta y, con las ganancias, cancelar la hipoteca.
En condiciones financieras difíciles, tomar la decisión de librarse de la vivienda trae consigo una retahíla de emociones profundas y fatigosas de digerir. Pero la realidad es que sanearse la hacienda puede ser más conveniente antes que acumular retrasos en los pagos y entrar en un círculo vicioso todavía más laborioso de vencer.
Una de las ventajas de vender el inmueble es la posibilidad de liquidar el activo más allá de la deuda. Eso pasa especialmente cuando, anticipándose a la situación, el titular puede vender sin prisas el inmueble revalorizado por un precio superior a la deuda pendiente. Esperarse al último momento, de lo contrario, puede llevar a una mala venta.
Si, aun así, el propietario tiene urgencia para vender su piso, existen servicios de ‘iBuyer’ que compran inmuebles en tiempo récord. Con ellos, el propietario a menudo recibirá una oferta, a más tardar, en 48 horas y podrá liquidar su activo en siete días.