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Una startup ojeadora en los eSports

Innovadores

Omashu usa la inteligencia artificial para mejorar el rendimiento de los jugadores y descubrir talento en clubes y marcas

La empresa se dirige tanto a jugadores y clubes, como a posibles anunciantes

LV

Aitor Mier trabajaba en el sector aeronáutico hasta que la irrupción de la pandemia de la covid le dejó sin trabajo. Aprovechó el máster en Dirección y Administración de Empresas que estaba cursando para cambiar de órbita. Animado por su profesor Enrique Schonberg Schwarz, Mier se propuso sacar adelante el proyecto empresarial que había presentado como trabajo final de máster. Al no contar ninguno de los dos con experiencia previa en la fundación de startups, alumno y profesor acudieron a la plataforma de impulso al emprendimiento AticcoLab, que les ayudó a constituir Omashu en diciembre del 2022.

“Analizamos, en tiempo real, el rendimiento de los jugadores de eSports durante las partidas para obtener recomendaciones matemáticamente demostradas y personalizadas que optimicen su rendimiento y les ayuden a ganar más”, explica Mier. La tecnología ideada por Omashu utiliza la inteligencia artificial, el big data y la blockchain para analizar datos biométricos, patrones de sueño y actividad física. “Ponemos las herramientas para que los jugadores que quieran demostrar que son unos profesionales lo puedan hacer”, añade el cofundador.

La solución de Omashu también se dirige a clubes que quieren fichar talento o a marcas que buscan jugadores de deportes electrónicos de referencia para publicitar sus productos. “En los eSports hacen falta jugadores que sean referentes; nosotros ayudamos a las marcas a encontrarlos, al mismo tiempo que facilitamos la entrada de nuevos patrocinadores en el sector”, afirma Mier. En la actualidad, la startup captura datos de unos 170 jugadores cada mes.

La compañía tiene su sede en un espacio de trabajo compartido de la Universitat de Barcelona, centro educativo para el que Omashu creó la primera competición universitaria en deportes electrónicos tras haber ganado una licitación. Además, coincide que las diez personas en nómina de la startup son todas investigadoras, destaca Mier. Fruto del trabajo de esta plantilla tan erudita, la empresa emergente acaba de publicar un artículo científico y está pendiente de la publicación de dos más.

Omashu ha requerido de una inversión inicial de 50.000 euros, aportados por Aticco, algunos empleados y lo que se conoce como las tres efes (del inglés, familia, amigos y entusiastas). El dinero ha servido para que les concedieran un crédito Enisa de 68.000 euros.

Por si se lo preguntaban, Omashu aprovecha el nombre de una empresa anterior y hace referencia a una leyenda japonesa.

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