El truco de las marcas en el súper para que pagues más sin darte cuenta
Consumo
La OCU denuncia "un fenómeno curioso" que está enmascarando una subida de precios
¿Puede un comercio rechazar los pagos en efectivo?
La inflación llega al supermercado de formas inapreciables a primera vista. Los fabricantes están reduciendo el contenido de sus envases entre un 5% y un 10%, ofreciendo menos cantidad por el mismo precio o con rebajas menores, según ha denunciado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Es la shrinkflation o reduflación: dar algo menos de producto sin trasladarlo al precio.
En el estudio sobre supermercados que publicó recientemente la OCU se detectó que un 45% de las referencias bajaron su valor, pero en algunos casos "las bajadas son solo aparentes, ya que ocultaban un fenómeno curioso", por el que se reduce la cantidad de producto en mayor porcentaje que el precio.
Así, la asociación habla de "productos que reducen la cantidad incluida en el envase para camuflar la subida del precio", como lomos de merluza de Pescanova, que ha rebajado el coste el 5,6%, pero el envase trae un 10% menos -pasa de 400 a 360 gramos-. "Pagas menos, pero también recibes menos. El precio en realidad ha subido", se expone.
Ejemplos
De los yogures al pescado, pasando por la pasta
La lista de ejemplos va creciendo. Un bote de Cola-Cao ha perdido 40 gramos y el precio se ha rebajado el 8%, pero con la pérdida de peso la rebaja queda en el 3,1%. Un yogur natural de Danone se abarata el 0,2%, pero trae un 4% menos, por lo que en la práctica el precio sube el 4%. De su lado, un Activia ve subir su precio un 0,5%, pero trae un 4% menos (5 gramos menos), por lo que la subida real es del 4,7% en el precio. Si uno se fija en la margarina de Tulipán ve que el envase se ha reducido un 10% (50 gramos menos) y sube el precio el 3,4%, por lo que finalmente el consumidor está pagando un 14,8% más.
En otro caso destacado, en los espaguetis y macarrones de Gallo los paquetes han subido un 3,7% y un 4,1% al pasar por caja respectivamente, pero traen un 10% menos de producto, lo que implica en la práctica un encarecimiento real del 15,2% y el 15,7%.
A inicios de mes La Vanguardia ya había informado de reducciones en paquetes de pasta, cremas de cacao, yogures o galletas. Esto permite a las marcas combatir el alza de sus costes, con las materias primas disparadas en algunos casos, sin trasladarlo al precio final que paga el consumidor. Es un alza de precios, se incide desde la OCU.
Más allá del impacto en el bolsillo del consumidor, la organización apunta que las bajadas que enmascaran realmente subidas pueden afectar al cálculo del IPC. Si se tienen en cuenta los cambios en el peso, los precios de productos de marca pasarían de subir del 1,1% actual al 1,8%, se explica.