Un situación insostenible

Todo podría ser mejor, pero también podría ser peor. Así que todo está bien”. Este pensamiento del novelista francés Henri Duvernois (1875-1937) podría resumir la actitud del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para quien las cosas pueden aguantar hasta el final de la Legislatura mientras la economía vaya bien y los catalanes se sientan comprendidos.

Esto explica que el Gobierno esté conduciendo en dirección contraria, sin tener en cuenta que ya se ha producido un cambio de paradigma en el mundo. Hasta ahora Europa había delegado su seguridad a los norteamericanos, mientras seguía fortaleciendo el estado del bienestar.

El cambio de paradigma en defensa debe ser pactado entre PSOE y PP

Pero esto ya no puede seguir así. España tiene que dedicar todos los años 6.000 millones más de los que gasta a defensa. Y así, durante cuatro años, para que en 2029 se destinen 25.000 millones más que ahora a proteger nuestro estilo de vida. Es decir, dedicar el 3% de nuestro PIB a seguridad. Se trata de un gasto estructural que irá aumentando.

Esta es una cuestión prioritaria. No porque vengan los rusos, ni porque Putin sea el paradigma del mal. Sencillamente, porque si la UE quiere convertirse en los estados unidos de Europa, necesita una moneda propia, un ejército y ligado a éste una política exterior común e independiente de EE.UU. Y esto es muy caro y matemáticamente imposible sin disminuir el gasto social o disparar los impuestos.

Este cambio de paradigma tiene que ser necesariamente pactado entre el PSOE y el PP, ya que son los dos partidos de Estado que se alternarán el poder en las próximas décadas. Si no se fragua este acuerdo, la política económica será insostenible. El problema es que si Sánchez pacta con Feijóo la política de defensa y la diplomática tendría que poner fin al gobierno de coalición progresista que ha dirigido España en los últimos siete años.

De hecho, este Gobierno de izquierdas ha quedado tocado del ala cuando Sánchez ha sido obligado a aceptar como prioritario el aumento del gasto en defensa. Sus socios ya le han dicho que esta política no es compatible con su ideología. Ha sido especialmente rotunda la líder de Podemos Ione Belarra. Sumar está en la misma línea, aunque la prioridad de su lideresa es seguir como vicepresidenta segunda. Al tratarse de un gobierno en minoría, Sánchez necesitará el apoyo de Bildu y ERC que no están dispuestos a un aumento del gasto presupuestario en armas.

Es decir, el modelo de gobernanza decidido por Sánchez para mantenerse en La Moncloa sin haber ganado las elecciones y a espaldas del Parlamento es insostenible desde un punto de vista democrático.

Alemania ha resuelto el cambio de paradigma con el acuerdo entre socialdemócratas y democristianos. Portugal lo resolverá en mayo. Francia espera enfrentarse a esto en dos años.

Lo que parece claro es que tras la gran incertidumbre introducida por Donald Trump, países como España no pueden añadir inseguridad al proyecto europeo.

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