Quien manda en Estados Unidos es el presidente Donald Trump para cientos de millones ciudadanos. En Europa, varios países tenemos un Gobierno central y varios gobiernos regionales que funcionan casi como gobiernos de un país. El número de políticos por habitante en Europa es muchísimo más alto que en Estados Unidos.
En el país norteamericano todos hablan el mismo idioma, han de cumplir las mismas leyes y pueden concentrarse en sus productos, su gran mercado y su extraordinaria logística. En Europa, hace ya muchos años que inventamos la Unión Europea para tratar de ser como Estados Unidos, pero la UE es un Gobierno más añadido a los montones de gobiernos nacionales y regionales.
La automatización crea desempleo: mejoran los resultados y aumentan los despidos
Por otro lado, avanzamos tecnológicamente y estamos introduciendo la inteligencia artificial y los robots que sustituyen a muchas personas. Si siguen avanzando la IA y los robots, no necesitaremos a la casi totalidad de los empleados en las fábricas o en las compañías distribuidoras. Parece que sectores como la sanidad o la educación aún mantendrán bastantes personas. Las empresas farmacéuticas investigan, fabrican y van ampliando su gama y mejorándola, y todavía esto lo hacen con personas. Otros sectores importantes como el del automóvil han avanzado más en la automatización de procesos. Los expertos en automatización son tan importantes como los de investigación, pues con su trabajo mejoran los productos y los resultados de su empresa, pero crean desempleo. En la prensa aparecen mejoras de buenos resultados y el despido de un número importante de empleados.
Ahora hablamos de reducir la jornada laboral. Esto ayudaría a mantener el número de empleados. Con más tiempo libre crecerán oportunidades de estudio y de emprendimiento de quienes han contribuido a desarrollar procesos para fabricar nuevos productos y ven que esos procesos permitirían también mejorar la fabricación de otros productos nuevos. Hay quienes han propuesto a su jefe diversificar y fabricar esos nuevos productos y la respuesta de su jefe ha sido “céntrate en tus productos y no pierdas el tiempo pensando en productos que no nos interesan”. Más de uno se ha ido tras esta respuesta y ha conseguido convencer a algún empresario para financiarle y montar una nueva empresa con el nuevo producto.
Hemos vivido unos años en los que las estrategias empresariales daban una prioridad a competir bien, fabricar bien, iniciar algo de internacionalización, primero exportando y luego abriendo alguna planta. Nuestra internacionalización se ha extendido a Latinoamérica, y sobre todo Europa. Pero ahora se nota que se está pensando en EE.UU., en África y, sobre todo, en China. El gigante asiático se ve como un país con un mercado enorme, con un buen crecimiento, y con muchas empresas importantes europeas y americanas muy bien establecidas y avanzando allí. Los mercados internacionales cada vez son más parecidos y los productos tienden a ser recibidos por sus consumidores o usuarios de la misma forma. Vivimos en un mundo que cada vez es más parecido a nivel global.