José Luis Escrivá: “Las empresas necesitan menos burocracia y más seguridad jurídica”

ENTREVISTA

El gobernador del Banco de España cree que el BCE ha llevado adecuadamente la lucha contra la inflación y que el objetivo del 2% está relativamente cerca. Se muestra cauteloso a la hora de anticipar los efectos de las decisiones de Donald Trump

ENTREVISTA A JOSE LUIS ESCRIVÁ, GOBERBADOR DEL BANCO DE ESPAÑA, FOTOGRAFIADO EN LA AZOTEA DE LA SEDE DEL BANCO DE ESPAÑA EN BARCELONA.

El gobernador del Banco de España, en la terraza del edificio que alberga la sucursal del Banco de España en Barcelona

Mané Espinosa

José Luis Escrivá, el gobernador del Banco de España, discrepa de los análisis que establecen que el crecimiento de la economía española en estos últimos años no incorpora aumentos apreciables de productividad y que solo lo hace por el crecimiento demográfico. Se muestra cauteloso a la hora de anticipar los efectos de las nuevas políticas aplicadas por la recién estrenada administración estadounidense de Donald Trump. Cree que el BCE ha conducido adecuadamente su lucha contra la inflación y que el objetivo del 2% está relativamente cerca. La entrevista con ‘La Vanguardia’ tiene lugar en la sede del Banco de España en la Plaza de Catalunya de Barcelona, un edificio de enormes proporciones que el gobernador reconoce que está infrautilizado y que, en colaboración con las autoridades catalanas y barcelonesas, admite otros usos diferentes o complementarios que, de momento, no concreta a la espera de estudiar a fondo las posibles alternativas. De momento, la sede en la capital catalana albergará un nuevo centro de innovación.

Plaza Catalunya

"Nuestro edificio está infrautilizado, lo vamos a hablar con las autoridades catalanas”

¿Qué planes tienen para la sucursal del Banco de España en Barcelona? Un edificio así, en un lugar privilegiado como es plaza Catalunya con portal de l’Àngel, ¿no está algo infrautilizado?

Así es, tenemos aquí un edificio de 28.000 m² claramente infrautilizado, yo mismo lo he constatado en estos días que lo he visitado y, además, en algunos aspectos no es apropiado para sus funciones actuales, como la distribución y el procesamiento de efectivo, por ejemplo, que exige un operativo muy complejo por estar en un edificio tan céntrico. Para buscar una utilización acorde con el sitio debemos hablar con las autoridades catalanas, para que se impliquen y que este edificio pueda tener una utilidad mucho mayor.

Y al mismo tiempo, estamos pensando en reforzar la presencia del Banco de España en Catalunya. La idea es que nuestro nuevo centro de innovación esté aquí, en Barcelona, aprovechando el gran talento tecnológico de esta zona. Será un centro para ensayar nuevas tecnologías en el ámbito de las finanzas y la economía, desarrollar entornos de pruebas de casos de uso de inteligencia artificial, tanto para nuestra institución como también para acompañar al sector bancario en el despliegue de la IA. En este marco, este jueves precisamente hemos firmado un acuerdo con el Barcelona Supercomputing Center para trabajar conjuntamente en este ámbito.

“Nuestro centro de innovación estará en Barcelona”

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José Luis Escrivá en Barcelona.

Mané Espinosa / Propias

¿Cuál es su análisis del contexto internacional? Los aranceles anunciados por Donald Trump, el giro de Estados Unidos ante la guerra de Ucrania… ¿Cómo puede afectar todo ello a la economía española y europea?

Yo creo que la expresión que mejor define la situación actual es extraordinaria incertidumbre. Es muy difícil calibrar los impactos de los acontecimientos que se van sucediendo. En este contexto, lo aconsejable es ser cauteloso, en particular, desde el punto de vista de la política monetaria, ir recabando información, esperar a que se despejen las dudas sobre algunos elementos, ver cómo se decantan las distintas dinámicas geopolíticas… Es una situación de mucha complejidad.

¿Está con Isabel Schnabel (consejera del BCE)? ¿Piensa que no toca seguir bajando los tipos de interés?

No, no estoy diciendo eso. Digo que hay que ser cauteloso. Estoy de acuerdo con la forma en la que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, del que yo formo parte, está conduciendo la política monetaria. En particular, evaluamos todo el contexto macro-financiero y geopolítico reunión a reunión, teniendo en cuenta toda la información que llega y cómo afecta a las perspectivas de inflación en el medio plazo, y no tenemos una senda preestablecida para los tipos de interés a futuro. Al mismo tiempo hay que constatar que, al menos hasta ahora, nuestro escenario central para el área del euro, de reducción progresiva de la inflación hacia el objetivo del 2%, se ha ido materializando. La inflación se situó en enero en el 2,5%; aún queda, por tanto, camino hasta el objetivo del 2%, en parte porque la inflación de los servicios está mostrando una cierta resistencia a la baja. Veremos si, en los próximos meses, acelera su ritmo de moderación, como esperamos, apoyado en un menor ritmo de crecimiento de los salarios y en algunos efectos base estadísticos que presionarán a la baja. Esto se produce en un contexto en el que la demanda agregada en Europa sigue mostrando algunas señales claras de debilidad, aunque con notables diferencias entre países, lo que también es un elemento a tener en cuenta. También hay que prestar mucha atención al comportamiento de los mercados financieros. Por ejemplo, las bolsas, sobre todo la norteamericana, siguen estando con valoraciones muy altas. Da la sensación de que los mercados están poniendo muy poco precio a riesgos que, desde un punto de vista fundamental, pueden terminar generando dinámicas indeseables. Lo hemos visto con DeepSeek.

IA

“Europa debe potenciar su mercado de capital riesgo para apoyar a las startups”

¿Preocupa en el Banco Central Europeo este diferencial de tipos entre EE.UU. y Europa?

No necesariamente porque las dinámicas de crecimiento y de inflación en las dos regiones están mostrando algunas diferencias evidentes, por ejemplo, con un crecimiento mucho más robusto en EE.UU. que en el área del euro. Por tanto, es natural que, hasta cierto punto, las políticas monetarias en estas dos áreas también presenten algunas diferencias.

¿Europa se está quedando descolocada en la carrera de la inteligencia artificial?

Sí, Europa va con retraso. Tiene tres cosas que hacer: la primera, que está en lo que ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es el desarrollo de lo que llaman factorías de inteligencia artificial. De hecho, hay siete en Europa y una de ellas va a estar en Barcelona (la del BSC), y es un proyecto de enorme importancia. Estas factorías van a permitir llevar la experimentación en IA a las empresas. El siguiente paso son las futuras gigafactorías, que permitirán distribuir rápidamente el conocimiento generado y empezar a adoptarse sobre todo en las medianas empresas.

Políticas públicas

“Hay un considerable margen de mejora para mitigar el problema de la vivienda”

La segunda cuestión que debe abordar Europa es potenciar muchísimo el mercado de capital riesgo en nuestras startups. En Europa se producen ideas con un potencial de desarrollo muy grande, tantas como en EE.UU. y en China. Pero necesitan un mercado de capital riesgo que las financie para desarrollarse. La clave está en apoyar a nuestros innovadores, a las personas que están haciendo I+D.

Una tercera fundamental son los datos: con la IA, se han convertido en un factor clave. Europa tiene multitud de información estructurada y no estructurada, y esto ocurre de forma singular en el ámbito público. Es necesario desarrollar mecanismos para compartir la información, siempre con las suficientes garantías de anonimización, que permitan convertirla en una ventaja competitiva.

¿Pero, cómo podrá Europa asumir a la vez más gasto en armamento, inversiones en IA, ayudas a las startups, mantener su política social y cumplir con las reglas fiscales?

“Ante un eventual recorte, sería deseable dar amplia flexibilidad a las empresas” 

Con una aproximación europea en su conjunto. Hay países que no tienen espacio fiscal para estos proyectos, pero otros sí. Dado que hablamos de proyectos genuinamente europeos, Europa en su conjunto puede tomar iniciativas de financiación. El Plan de Recuperación es un ejemplo de eso, de actuación a nivel europeo. Si se toma este modelo y se afronta con liderazgo conjunto europeo, Europa en su conjunto tiene espacio fiscal para estas inversiones y, sobre todo, tiene que propiciar que desde el principio exista colaboración público-privada.

¿Comparte la crítica de que la economía española crece porque aumenta la población y tiene un bajo modelo de productividad?

El tema es mucho más complejo. De hecho, cuando uno mira el crecimiento de la economía española, en algunos ámbitos donde está creciendo más es, por ejemplo, en servicios no turísticos, con capital humano bastante cualificado, y también el sector industrial se está comportando mejor que en otras partes de Europa. Es decir, no crecemos solo gracias al turismo, aunque también está contribuyendo a nuestro dinamismo. E incluso en el turismo hay un uso más eficiente del capital existente, ya que está creciendo especialmente en los meses que antes eran más flojos y en las zonas de España donde había menos turistas. ¿Esto qué significa? Que el capital físico (hoteles y otras infraestructuras turísticas) se está utilizando de una forma claramente más eficiente y supone una ganancia de productividad.

Por otro lado, las energías renovables cada vez tienen más peso en nuestro mix de generación y eso nos da una ventaja competitiva en forma de unos costes de la energía eléctrica para nuestras empresas que en 2023 y 2024 han sido sensiblemente menores –en torno a un 30%-40% menores– que los que han enfrentado las empresas del área del euro en promedio.

Además, como resultado de las políticas migratorias que se han desarrollado, España está en una situación relativamente mejor que la de otros países de nuestro entorno respecto a posibles cuellos de botella en algunos sectores que no encuentran mano de obra.

¿Hasta qué punto es grave que España siga sin presupuestos generales del Estado?

Sin devaluar la importancia de los presupuestos, lo que necesitamos es reforzar los mecanismos que nos ayuden a planificar y a tener una visión a medio plazo de nuestras cuentas públicas. En ese sentido, el Plan Fiscal y Estructural de medio plazo tiene un papel clave, aunque hubiera sido deseable mucha mayor concreción en algunos aspectos, sobre todo en las inversiones públicas que se priorizarán para impulsar un mayor crecimiento a medio plazo.

Poco crítico con el Gobierno...

Política monetaria

“El objetivo del 2% de inflación se ha ido materializando, aunque aún queda camino”

Mi trabajo y el de mi equipo no es ser crítico con el Gobierno, sino documentar los principales factores que están detrás del comportamiento de la actividad económica en nuestro país, y destacar y analizar cuáles son los retos estructurales más importantes en los próximos años. En este sentido, existe un considerable margen de mejora en las políticas públicas, por ejemplo, para incrementar de forma sostenible el crecimiento de la productividad. También para mitigar los crecientes problemas de accesibilidad en el mercado de la vivienda y que tienen incontables ramificaciones tanto en la esfera social como en la puramente económica. Asimismo, y como he dicho antes, falta una planificación de medio plazo de las cuentas públicas. No solo para reforzar su sostenibilidad, sino para mejorar la “calidad” de las cuentas públicas. Con esto quiero decir que es imprescindible que la composición de los ingresos y gastos públicos se revise de forma integral tratando de encontrar una combinación que sea más eficiente y favorecedora del crecimiento. Es fundamental que entendamos por qué la inversión privada no está traccionando en nuestro país. Aquí hay muchos ámbitos en los que las políticas públicas tienen mucho margen de mejora. Por ejemplo, para proveer una mayor seguridad jurídica, para reducir la carga burocrática y regulatoria que enfrentan las empresas, y para garantizar la unidad de mercado en nuestro país.

Queda el tema de las pensiones. Se acerca el mecanismo de ajuste, usted es el padre de la reforma…

Lo importante es que este nuevo marco se empiece a aplicar y eso sucederá este año con la evaluación que realizará la Airef de la sostenibilidad del sistema. El elemento más importante de la reforma es que pone números concretos a lo que tenemos que entender por sostenibilidad del sistema: este cálculo sería que el promedio del gasto público en pensiones de 2023 a 2050, descontando las medidas adicionales de ingresos para asegurar la sostenibilidad, no puede superar el 13,3% del PIB. Esta es la clave, tenemos un número al que nos anclamos, y que es un nivel de gasto en pensiones asumible, similar al de nuestros países homólogos y acordado con las autoridades europeas. Vamos a constatar cada tres años que todos los elementos que determinan esa proyección, que es incierta y que hay que ir actualizando, se va materializando y, si no se materializa, se tomarán medidas.

Hablemos de banca. Está sobre la mesa la opa del BBVA sobre el Sabadell.

Es otra autoridad, la de Competencia (CNMC), la que tiene que pronunciarse, y estamos a la espera de lo que dictamine.

¿Pero cree que hay margen para aumentar la concentración bancaria en España?

Yo creo que no tenemos que ser muy dirigistas en todo esto desde el ámbito público. Y, desde luego, son las autoridades de competencia las responsables de analizar todos los aspectos relativos al grado de concentración bancaria y sus implicaciones.

Sobre el salario mínimo, ¿hemos llegado al límite de subidas?

Desde 2018, el salario mínimo ha aumentado en España casi un 60% impulsado por el acuerdo del Gobierno con los agentes sociales. Hay que evaluar los efectos sobre el mercado de trabajo, pero debemos ser conscientes que es básicamente una medida muy eficaz de predistribución de renta y, por tanto, de reducción de la desigualdad salarial. Si eso implica algunos costes, hay que ponderarlos frente a ese objetivo principal. En cualquier caso, las subidas de los últimos años han coexistido con un mercado laboral particularmente dinámico.

La reducción de la jornada laboral ha enfrentado al Ministerio de Trabajo con las patronales. ¿Cree que puede tener un impacto negativo?

En las últimas décadas, se ha producido una considerable reducción de la jornada laboral media. Dicha reducción ha sido muy heterogénea por sectores y empresas, lo que ha permitido adecuarla a sus características específicas. Esta heterogeneidad debe mantenerse de cara al futuro. Ante una eventual reducción por ley de la jornada, sería deseable que las distintas empresas y sectores dispusieran de una amplia flexibilidad para acomodar dicho cambio normativo si se quieren evitar los posibles efectos negativos sobre los costes laborales, la productividad y el nivel de empleo.

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