El grupo Seat, a través de su consejero delegado Wayne Griffiths, quiere alertar hoy en un acto público en Barcelona de los riesgos para el empleo y la producción de coches del bajo impulso del vehículo eléctrico en España. Lo hará en presencia del ministro de Industria, Jordi Hereu; los presidentes autonómicos de Catalunya, Salvador Illa; Valencia, Carlos Mazón; y de Navarra, María Chivite, en un acto denominado “Cumbre para el impulso de la movilidad eléctrica en España”.
Junto con Griffiths estarán presentes sus homólogos en Volkswagen Navarra, Michael Hobousch, y en la fábrica de baterías valencia PowerCo Spain, Javier Rivera.
Fuentes sindicales explicaron de la preocupación existente en la empresa porque el bajo impulso del coche eléctrico acabe afectando a la producción de coches tradicionales de combustión. Si no hay ayudas al coche eléctrico (desaparecieron la semana pasada con el rechazo al decreto ómnibus en el Congreso) y no se invierte en puntos de recarga es posible que se vendan menos coches eléctricos. Y si se venden menos coches eléctricos se fabricarán menos. Y si se fabrican menos desde este año, los productores también deberán ensamblar menos de combustión. Y en este punto es donde se puede afectar a la producción en la planta de Seat en Martorell y en la de Volkswagen en Navarra.
El viernes Seat informó que prevé duplicar el número de cargadores de vehículos eléctricos en sus instalaciones en Martorell durante el primer trimestre, y superar los 250. Así, Seat contará con “casi cinco veces más” puntos de carga por vehículo eléctrico que la media de la red nacional, y enmarcó esta ampliación en su voluntad de convertir España en un hub del vehículo eléctrico en Europa.
La marca española del grupo Volkswagen explicó que “está fomentando” el uso de este tipo de coches entre los trabajadores: los más de 450 integrantes de la dirección se desplazan en vehículos electrificados, y estudia cómo facilitar el uso de estos coches entre el resto de la plantilla.