Nadie quiere recordar ya aquellos días de duro confinamiento en 2020, pero de no haber sido por esa situación extrema, es muy probable que hoy, a la hora de hacer un pedido online, pongamos una cortina para la ducha o un ventilador para mitigar el calor del verano, o bien no encontraríamos el producto exacto que buscamos, o bien tardaría en llegarnos bastante más tiempo del que nos hemos acostumbrado a esperar.
Lo que sucedió en pandemia al tener que comprar casi todo por internet, supuso un antes y un después en la organización de las empresas, sobre todo, en lo relacionado con la logística, que llegó a convertirse en la pieza clave de la gestión empresarial y que ya crece a un ritmo imparable, un 4,4 % cada año, según datos de la EPA. Los consumidores tienen nuevas preferencias, por lo que el desarrollo de productos y servicios tiene que ser cada vez más ágil y rápido. Además, la demanda es una montaña rusa según la época del año o las circunstancias: no es lo mismo el flujo de trabajo en un almacén tres semanas antes de Navidad que en vísperas de vacaciones de verano.
Las industrias deben, pues, comportarse como auténticos camaleones y adaptar su producción lo más rápido que puedan. Esto implica que los procesos de almacenamiento, distribución y transporte necesitan transformarse para garantizar las cadenas de suministro, tan imprescindibles para la sociedad. Esta transformación pasa por la automatización de esa cadena de suministro, la digitalización y la incorporación de nuevas tecnologías, que, según las previsiones, podrían reducir los costes logísticos a la mitad antes de 2030, según un estudio de Manpower.
Estas máquinas inteligentes se encargan de las tareas más monótonas y pesadas
De no haber sido por la pandemia, es muy probable que hoy, a la hora de hacer un pedido online, o no encontraríamos el producto o tardaría más tiempo en llegarnos
Más allá de estar a la última en tecnología, hay que saber integrarla entre sí para que todas y cada una de las piezas del proceso productivo funcionen como un todo: el robot que reconoce paquetes y los coloca, ordenadamente, en la caja del pedido debe coordinarse a la perfección con otro autómata que recoja esa caja y la conduzca hasta el camión de reparto, sorteando -punto importante- los obstáculos que se vaya encontrando por el camino, sobre todo, si son humanos.
Este tipo de soluciones son las que ya está ofreciendo a la industria la compañía Siemens desde su recién inaugurado centro de experiencia digital en DFactory, el clúster de industria 4.0 que inauguró en Consorci de la Zona Franca de Barcelona hará cerca de tres años para aglutinar las compañías punteras en tecnologías digitales aplicadas a la industria.
“En este showroom, que es más que eso, centralizamos y consolidamos la información de todos los proyectos globales. Nuestros clientes pueden probar soluciones digitales en un entorno parecido a la industria, donde se han simulado diferentes escenarios que podemos encontrar en los procesos productivos. Desde aquí les aportamos valor añadido con nuestra tecnología y conocimiento y así pueden llevar estas soluciones al mercado”, explica André Jablonski, Horizontal Manager Flexible Production en Siemens Global.
Lo que hacen estas máquinas inteligentes es encargarse de las tareas más monótonas y pesadas para que el personal pueda dedicarse a cuestiones de más valor, como la gestión de pedidos o la estrategia de compras. Por no hablar de la ganancia en seguridad que suponen los robots, encargados de las tareas más peligrosas y agotadoras.
“El Santo Grial de la robótica sería que un robot imitara los movimientos de una persona y cogiera una pieza sin tenerla registrada de antemano. Y ya lo estamos haciendo”.
Todas estas soluciones se pueden aplicar en industrias tan variopintas como la intralogística, alimentación y bebidas o la automoción, entre otras. Entre las novedades tecnológicas que se pueden probar en este Digital Experience Center (DeX) de Siemens en DFactory, destacan dos: las destinadas a los Automated guided vehicles (AGVs) y a los Autonomous mobile robots (AMRs). Los AGVs son vehículos automatizados que se utilizan en distintos entornos, como fábricas o almacenes. Su misión es transportar cualquier material de un lugar a otro sin la necesidad de intervención humana directa. Por ejemplo, en un centro logístico, se encargan de hacer multitud de pesados viajes empujando carros y así permiten que el personal se concentre en otras actividades de mayor valor añadido.
Desde este centro en DFactory se muestra a los clientes soluciones de simulación mediante un gemelo digital
Por su parte, los AMRs son robots inteligentes, capaces de moverse y operar de manera autónoma en distintos entornos. “Un AGV puede seguir una ruta predefinida, pero un AMR es incluso capaz de tomar decisiones en tiempo real para llegar a su destino. Esto, adaptándose a los cambios en el entorno sin necesidad de ser reprogramado (por ejemplo, sorteando obstáculos)”, apunta Sergio Otero, Technical Account Manager Flexible Production en Siemens EMEA. Para lograrlo, están equipados con sensores, avanzados, cámaras y software de inteligencia artificial que les permite realizar una navegación autónoma.
“Si la robótica tuviera un Santo Grial consistiría en que un robot imitara los movimientos de una persona con un brazo robotizado y cogiera una pieza sin necesidad de tenerla registrada de antemano. Esto ya lo estamos haciendo con una nueva tecnología que utiliza la visión artificial para poder detectar y agarrar cualquier pieza”, añade Otero.
Otra de las soluciones disruptivas que estamos trabajando es el Siemens Copilot, una especie de ChatGPT para la industria. “En cooperación con Microsoft, empleamos la inteligencia artificial para generar código de programación de sistemas de automatización sin conocimiento previo: sólo explicando al Copilot la tarea que debe hacerse, este programa el código automáticamente”, añade Jablonski.
Además de trabajar con los AGVs y los AMRs, desde este centro en DFactory se muestra a los clientes soluciones de simulación mediante un gemelo digital. Este traza virtualmente cualquier flujo que puede producirse en un almacén tipo para evitar cuellos de botella o colapsos en todo el proceso.
DFactory o el ecosistema para estar cerca de los socios
Ya existían medio centenar de DeX por todo el mundo y ahora la compañía alemana, considerada la mayor empresa de fabricación industrial de Europa, con 190 sucursales a lo largo del mundo, ha elegido a España para instalar este centro de competencia nacional e internacional: “Siemens lleva mucho tiempo apostando por España con la creación de nuevos centros de competencia y hubs en los últimos años. El objetivo no es más que atender las necesidades de digitalización de la industria española y de los países cercanos”.
El hecho de haber aterrizado en DFactory responde al objetivo de crear un ecosistema de la tecnología para la intralogística industrial. “Nos gusta estar cerca de nuestros socios para poder llevar nuestras soluciones al mercado de la mano de ellos, que dan un valor añadido al producto final”, dice André Jablonski. Por ejemplo, HP, ubicada en la misma planta baja del clúster, a pocos metros del DeX, ha instalado en su showroom la solución intralogística completa de Siemens y cada día les dan su feedback sobre cómo pueden mejorarla. “Iremos de la mano con DFactory, aprovechando su plan de crecimiento para expandir más nuestro ecosistema”, concluye el Horizontal Manager Flexible Production de Siemens, que actualmente opera en cuatro sectores principales: el industrial, el energético, la salud y las infraestructuras y ciudades (sí, ya no fabrica los teléfonos móviles que todos recordamos).
Siemens, actualmente opera en cuatro sectores principales: el industrial, el energético, la salud y las infraestructuras y ciudades
“Estamos generando esta capacidad de relacionarse entre todas las empresas de DFactory para que se conozcan y colaboraren en proyectos exitosos y que crean puestos de trabajo”
En otoño de 2021, el Consorci de la Zona Franca de Barcelona construyó el complejo DFactory Barcelona con el objetivo de albergar a compañías dedicadas a la industria 4.0. Tres años después, “podemos decir que lo hemos logrado: ya hay más de 30 empresas establecidas, y que, además, están satisfechas de estar aquí, porque esto se ha convertido en algo que no existía antes y que no existe en la mayor parte del mundo: una comunidad donde se generan proyectos conjuntos en industria 4.0”, explica Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona.
“El primer beneficio que obtienen las compañías de instalarse en DFactory es el entorno, este edificio emblemático arquitectónicamente, lo cual les ayuda a su imagen, pero el mayor efecto positivo es que estamos creando comunidad. Las empresas instaladas no sólo están trabajando en su cubículo, sino que aquí hay constantemente jornadas, cursos, presentaciones de las nuevas compañías que van llegando… Estamos generando esta capacidad de relacionarse entre todas ellas para que conozcan las actividades de cada una y puedan colaborar en proyectos que no sólo son conjuntos, también exitosos y que crean puestos de trabajo”.