La compra on line de alimentos parecía abrirse paso de forma acelerada a raíz de la pandemia, con abundancia de analistas que aseguraban que ya no había marcha atrás y el ascenso del comercio electrónico era algo imparable. Pero lo cierto es que estas predicciones no se han cumplido. Los consumidores han vuelto al supermercado físico y cada vez son más los que abandonan la tienda digital.
Así, la compra física sube cinco puntos porcentuales en España, la compra mixta –aquellos que combinan canal físico y digital– pierde casi 5 puntos, mientras que la compra solo online se mantiene estancada, indica el VIII Observatorio de Comercio Electrónico en Alimentación de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), que ha presentado el informe este miércoles.
La compra en el canal físico sube un 5% y la online pura se estanca
El estudio, elaborado por María Puelles, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, y Gonzalo Moreno, profesor asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, confirma la tendencia ya observada el año pasado de un regreso a la tienda física como una manera de controlar el gasto en un contexto de encarecimiento de los alimentos.
La inflación de la cesta de la compra se disparó en el 2022, de manera que el Gobierno tuvo que aplicar medidas de contención como la reducción del IVA en un grupo de alimentos (expira este mes). Pese a que el encarecimiento se ha ralentizado, la subida de precios continúa mes a mes y en abril fue responsable, junto al IVA del gas, del repunte de una décima de la inflación, hasta situarse en el 3,3%, con lo que se encadenan dos incrementos consecutivos. En concreto, los alimentos se encarecieron un 4,7% en abril, lo que supone cuatro décimas más que en marzo.
Los alimentos frescos, fuera del e-commerce
El informe destaca que la mayoría de los consumidores regresan al canal físico sobre todo porque así pueden comparar con más facilidad productos y precios. El trasvase a este canal es más acusado si cabe en el caso de los alimentos frescos. Hasta el 49% de los encuestados afirma no comprar ya nunca alimentación fresca o congelada a través del comercio electrónico.
Por otro lado, un 21% de los consumidores que ha probado el canal online afirma que ha dejado de hacerlo o lo hará muy pronto. En el caso de los fieles al comercio electrónico en alimentación, buscan, sobre todo, conveniencia, “lo que responde a un tipo de consumidor caracterizado por un alto poder adquisitivo y un estilo de vida urbano”, señala el informe.
Más compras y más pequeñas
Por lo que se refiere a las estrategias de ahorro que han puesto en marcha los consumidores en un año todavía marcado por la crisis de costes en alimentación, destaca el cambio de hábitos en los productos frescos. Así, el 19% de los encuestados ha sustituido ciertos tipos de carnes por otras de menor valor; el 30% afirma haber reducido el consumo de pescados y mariscos; el 30% busca frutas y hortalizas en establecimientos “diferentes del habitual”; y, por último, aparece el cambio de marca o producto.
El análisis del gasto en alimentación también arroja resultados que apuntan a una “conducta de ahorro” por parte del consumidor. Así, la frecuencia de compra aumenta una media del 14,8%, destacando los compradores del canal físico, que van 65 veces al año a hacer la compra (algo más de una vez por semana). Por su parte, el gasto por carro desciende una media del 15,9%