Existen tres factores que explican el actual auge de la IA: la disponibilidad de datos en internet, el aumento de la capacidad de computación y las ingentes cantidades de dinero que las grandes tecnológicas tienen para invertir. Observen que son indisociables; cualquiera de los tres es consecuencia de los otros dos. El auge es tal que hoy la IA es también un fenómeno de cultura pop.
Tenemos un ejemplo en el sainete que han protagonizado el ejecutivo jefe de OpenAI Sam Altman y la actriz Scarlett Johannson por culpa de una voz de ChatGPT que recordaba sospechosamente a la suya. Todo parece haber sido fruto de una serie de malas decisiones por culpa de las prisas por querer presentar novedades antes que Google. De todo lo que presentó Google —no cabe en esta columna— destaca la nueva versión del buscador Google, donde las páginas de resultados ofrecen resúmenes generados por IA. Se prevé que tenga un impacto negativo en las visitas a las fuentes originales. Los medios que dependan exclusivamente de la publicidad deben empezar a repensar su modelo de negocio (gracias 151.000 suscriptores de La Vanguardia).
Google, Windows, Facebook y Apple llevan la IA a productos de uso generalizado
Microsoft ha hecho un anuncio menos mediático, una presentación en su campus que no fue retransmitida, pero de igual o mayor fuerza: el Copilot+, una nueva línea de PC con la IA de serie integrada en todas las tareas cotidianas; desde leer el correo a analizar un Excel pasando por la compra online. Destaca su función Recall, una especie de capturador de pantalla continuo que permite buscar cualquier cosa que haya pasado; una especie de memoria infinita de todo lo que hacemos en nuestro PC. Para nuestra tranquilidad (relativa), Microsoft garantiza que nada viaja a la nube.
Y menos mediático en el ámbito de la IA es Meta. Podríamos hablar del anuncio de su nuevo modelo abierto Llama y nos quedaríamos bastante igual. Pero la cosa cambia si decimos que las aplicaciones de Meta —Facebook, Instagram, Whatsapp— tienen integrado el chatbot Meta AI, una suerte de ChatGPT con quien compite y que también integran diversos modelos de gafas Ray-Ban.
La IA cambia de escala
Google, Windows y Meta son marcas de gran consumo: todos los días hacemos 8.550 millones de búsquedas en Google, 1.400 millones de personas trabajan con PC con Windows y más de 3.000 millones utilizan productos de Meta. Al fenómeno pop aún falta sumarle Apple, que ha firmado con OpenAI y que en unos días presenta novedades. En el mundo existen 1.500 millones de usuarios de iPhone.
El ChatGPT acapara muchos titulares y es el culpable de que la IA sea un fenómeno pop, pero tiene tan solo 180 millones de usuarios. Un pequeño cambio en una de estas plataformas –multiplicado por estos porcentajes tan elevados de población humana– tiene consecuencias imprevisibles a nivel global. Con la llegada de la IA en las grandes plataformas, la imprevisibilidad cambia de escala.
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