El mundo de la seguridad es también una batalla continua por el valor añadido, los márgenes y la rentabilidad. Levantado sobre el negocio tradicional del vigilante de a pie, muy intensivo en fuerza laboral, Prosegur hace progresos en esta particular contienda y se ha convertido en algo así como el grupo prémium del sector. Ha logrado ir más allá del bajo coste gracias a la tecnología y también a una apuesta internacional que le ha llevado a Latinoamérica, Estados Unidos, Alemania o Australia. El resultado es una empresa que bate en rentabilidad a la inflación y que, tras la pandemia, ha quedado posicionada en negocios clave, incluido el de la ciberseguridad.
Creado en 1976 por Herberto Gut para transportar dinero en furgones, el grupo dio un primer paso hacia la seguridad privada al que siguió años después, en 1987, su salida a bolsa. En 1995 dio el salto a Latinoamérica, y en el 2004, Cristina Revoredo, viuda del fundador, tomó las riendas de la compañía, que no ha dejado de crecer y que en el 2017 sacó también a bolsa su filial de gestión de efectivo, Prosegur Cash.
La familia fundadora mantiene el control, con un 59% de Prosegur y un 79% de Prosegur Cash
Con Christian Gut, hijo de Herberto Gut y Cristina Revoredo, como consejero delegado, Prosegur tiene ahora una orientación muy tecnológica. Se ha aliado con Movistar para disputarle a Securitas Direct el negocio de las alarmas y ha lanzado nuevos negocios, a cada cual más orientado hacia la innovación. Su valor en bolsa supera los 850 millones de euros, mientras que el de Prosegur Cash, en la que Prosegur tiene un 79% del capital, alcanza los 925 millones. Toda esta progresión se ha dado sin que la familia fundadora, que tiene el 59% de las acciones de Prosegur, pierda el control.
A cierre del año pasado, el grupo tenía presencia en 31 países y empleaba a 150.000 personas. Sus ingresos rondaban los 4.200 millones de euros, mientras que el beneficio neto se situaba en 65 millones. También tenía 100.000 vigilantes, 100.000 cajeros automáticos repartidos por todo el mundo y 10.000 vehículos, aparte de 835.000 alarmas.
Uno de los retos está en convertir esta gran estructura de personal en una máquina rentable. Por cada 64 euros que Prosegur factura, apenas uno se convierte en beneficio neto, lo que da cuenta de la complejidad operativa del negocio y de la batalla céntimo a céntimo por la eficiencia. Por eso, en tiempos de subidas de precios, batir a la inflación se convierte en una gran victoria.
“Nuestro extraordinario crecimiento supera a la inflación y al aumento del PIB”, fue uno de los principales mensajes de su directora financiera, Maite Rodríguez, ante los analistas en la reciente presentación de los resultados semestrales del grupo. “La tendencia es de crecimiento resistente en nuestras áreas de negocio más relevante” y de “crecimiento orgánico sin elevar la deuda”.
Los ingresos del primer semestre aumentaron un 9,7%, hasta los 2.196 millones de euros, mientras que el beneficio se situó en 35 millones, un 13,7% más. El beneficio bruto de explotación (ebitda) fue de 244 millones, un 11,9% más.
Los resultados son buenos y dejan por completo atrás las dificultades de la pandemia. En tiempos de inflación rampante, desde la empresas destacan el aumento de la rentabilidad, la fuerte progresión del flujo de caja y algunos avances como la aprobación de la compra de activos en Australia. Son los grandes hitos de una compañía que, tras entrar en Estados Unidos, no piensa en grandes adquisiciones, sino en una gestión lo más eficiente posible.
Tras ganar un 13% más, el grupo descarta grandes adquisiciones y confía en crecer de modo orgánico
Los pasos los está dando ahora Prosegur con un pie en Latinoamérica, donde es líder, y otro en la tecnología, en la que confía para aportar el valor añadido que resulte diferencial para el negocio. La actividad en Latinoamérica, con 1.087 millones de ingresos y una progresión del 43% en moneda local, no solo es la que más aporta al grupo, por delante de la de España y del resto de Europa, sino que además lidera ahora el crecimiento.
La diversificación también se da a través de las diferentes áreas de negocio. En términos orgánicos, la filial cotizada de gestión de efectivo Prosegur Cash crece un 33%, mientras que la de seguridad lo hace un 20%, la de alarmas un 42% y la tecnológica Avos un 11,9%. Solo va a la baja el área de ciberseguridad, Cipher, con un retroceso del 5,2%.