España apuesta por el hidrógeno

Opinión

España apuesta por el hidrógeno

Si se compara la forma de obtener energía de Alemania, Francia y España está muy claro que han optado por modelos distintos. El más industrializado necesitaba para sus industrias intensivas en energía centrales de ciclo combinado basadas en el gas que importaba de Rusia y el carbón. Tiene tres centrales nucleares y por el bloqueo de los suministros de Rusia ha decidido abrir dos de las nucleares y las de carbón. Recientemente ha contratado con Qatar el suministro de gas natural, pero solo representa el 3% de su consumo. 

Francia es el modelo opuesto. EDF cotizaba en bolsa y tenía más de 80 centrales nucleares. Finalmente, la República la ha nacionalizado (tenía ya la mayoría de las acciones). Se están reparando las plantas oxidadas o con filtraciones y el 77% de la producción de electricidad seguirá siendo nuclear, el 8% por ciclo combinado de gas y el 7%, energía hidráulica.

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Costa, Von der Leyen, Sánchez y Macron 

Kai FORSTERLING / EFE

España tiene siete nucleares y debía cerrarlas en el 2027, pero se decidió alargar su vida hasta el período 2030-2035. Por los últimos acontecimientos parece que el Gobierno apuesta por la energía verde (el hidrógeno). Primero firmó un protocolo con una de las mayores navieras del mundo (Maersk) y a pesar de tener la compañía danesa otros siete grandes proveedores, uno en China, escogió España para instalar en Andalucía y Galicia dos plantas de producción de hidrógeno verde. Producirían al año dos millones de toneladas, creando 85.000 empleos. Cepsa, por su parte, invertirá 3.000 millones de euros para producir en Andalucía 300.000 toneladas anuales de hidrógeno verde. Y el H2Med, que enlazará el puerto de Barcelona con el de Marsella, puede transportar el hidrógeno que se produzca en Barcelona a Francia. Francia tiene una extensa red de tuberías que abastecerán al puerto de Rotterdam y desde allí llegará a las redes de Alemania y Austria.

Euskadi y Navarra se habían anticipado a los proyectos de energía verde con el denomina “valle del hidrógeno”. Para producirlo se necesita el suministro de las renovables y la compañía CAF ha resuelto la tracción de máquinas de los trenes de mercancías utilizando como carburante el hidrógeno verde. Los ferrocarriles pueden prescindir de las locomotoras diésel y sustituirlas por las de hidrógeno verde. Y todas las flotas de autobuses urbanos de España podrían funcionar con hidrógeno. Catalunya no tiene suficientes renovables, necesarias cuando la industria necesita tener energía “de proximidad”. Hoy por hoy solo contribuyen con el 8%. 

Pero hay soluciones para combinar los carburantes verdes con las renovables que aprovechan día y noche las ráfagas de viento y las nucleares permiten dar un suministro continuado, porque las renovables tienen una producción que puede ser sincopada según el viento y las noches.

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