La inversión en start-ups está de moda entre las estrellas del deporte. Cada vez son más los jugadores de fútbol y básquet que destinan una pequeña parte de sus fortunas a empresas emergentes.
El caso más sonado esta semana ha sido el de Lionel Messi, que ha lanzado Play Time Sports-Tech, un fondo de inversión con sede en San Francisco que invertirá en empresas de Silicon Valley del sector digital y las comunicaciones. Recientemente, los hermanos Gasol también han anunciado su entrada en el accionariado de varias start-ups . Pau Gasol ha invertido en Colvin, una plataforma barcelonesa de reparto de flores, y en Indya, una firma valenciana de nutrición para deportistas que también ha recibido el apoyo de los pilotos Aleix Rins y Aleix Espargaró. Mientras, su hermano, Marc Gasol, acaba de entrar en el accionariado de Dux Gaming, una firma barcelonesa de videojuegos deportivos, y también en la compañía de bicicletas Kleta, que también ha recibido financiación del futbolista Marc-André ter Stegen.
La lista es larga. Gerard Piqué siempre ha sido el futbolista de Barcelona más activo en el mundo empresarial. A través de su compañía Kosmos controla varios negocios en el mundo del deporte y audiovisual y ha invertido en start-ups de videojuegos como Sorare y Goals. El año pasado, sus colegas Sergi Roberto, Cesc Fábregas, Saúl Ñíguez y Chris Smalling entraron en el accionariado de Heura, una start-up de Barcelona que comercializa carne hecha con proteína vegetal. Mientras, Andrés Iniesta ha lanzado recientemente Never Say Never una compañía que invierte y asesora a firmas emergentes del mundo del entretenimiento y el deporte. Este año, Iker Casillas también ha lanzado una aceleradora de start-ups , Sportboost, que cuenta con el apoyo de Wayra (Telefónica).
A pesar de la tendencia, entre el 75% y el 95% de los ahorros de los deportistas se destina a activos financieros e inmobiliarios
“El interés de los deportistas de élite en empresas emergentes es una tendencia al alza y no creo que sea una moda pasajera. La tecnología está muy presente en la vida de los jóvenes y para ellos es natural invertir en compañías tecnológicas, especialmente si están relacionadas con los e-sports o si los negocios van alineados con sus valores. Además, los principales clubs deportivos tienen hubs de innovación y la tecnología está cada vez más cerca del deporte”, constata Antonio Matilla, responsable de negocio de deportistas profesionales de Banca Privada de CaixaBank en Madrid, quien apunta que antes los deportistas invertían este dinero en restaurantes, bodegas y franquicias.
Matilla explica que lo más sorprendente sobre esta nueva tendencia es el elevado riesgo que conlleva la inversión. “La probabilidad de fracaso en una start-up es alta y hasta la fecha los futbolistas solían gestionar sus ahorros de forma muy conservadora, intentando preservar al máximo su fortuna dado que su principal fuente de ingresos termina a una edad relativamente temprana, cuando se retiran de la práctica deportiva”.
Sin embargo, la inversión en empresas emergentes tiene un peso poco significativo en la gestión de su fortuna. Según Matilla, las estrellas del deporte suelen invertir entre el 40 y el 50% de sus ahorros en activos financieros, entre el 35 y el 45% en activos inmobiliarios y entre el 5 y el 25% en inversiones alternativas. Es dentro de esta última área donde se encuentra la financiación a start-ups . “Antes, los jugadores destinaban este dinero al sector de la hostelería, una actividad que ahora han sustituido por el mundo tecnológico”. El responsable añade que los jugadores siempre cuentan con asesoramiento especializado para minimizar el riesgo y que suelen invertir cantidades pequeñas de dinero –de varios millares de euros, muy por debajo del millón de euros– en empresas que se encuentran en fases iniciales.
El interés por la tecnología crece en los deportistas y las ‘start-ups’ los utilizan como reclamo para su propio crecimiento
Además del atractivo intrínseco del sector, la entrada en start-ups también es vista como una salida profesional. “Muchas veces los jugadores no solo ejercen de inversores, sino que se involucran en el negocio como asesores y eso puede ser una buena opción profesional una vez abandonen el club”.
En cuanto a las empresas, Matilla dice que la entrada de una estrella del deporte en el accionariado suele ser útil por su experiencia como consumidores, pero sobre todo por el atractivo y el reclamo de su imagen en el mercado.