La inflación cerró junio en el 10,2%, con alimentos y carburantes disparados

Precios | IPC

Los precios no dan tregua: los cereales, pastas y leche suben por encima del 20%

Una compra en un supermercado

Una compra en un supermercado

Xavier Cervera

Los precios cerraron en junio con un aumento del 10,2% interanual, la tasa más alta desde 1985, por el tirón de alimentos y combustibles, según el dato que ha confirmado este miércoles el dato adelantado el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Entre los grupos más afectados, los alimentos crecen un 13,3% en un año. La fruta (sube un 19,3%), legumbres y hortalizas (14%), carne (13% el vacuno, 14% la de ave), pan (14%), cereales (28%), pastas (29%), leche (21%), queso (10,5%) o huevos (24%) siguen al alza. El otro gran culpable está en los carburantes. El grupo de electricidad, gas y otros combustibles se dispara el 40% anual. El transporte, por arrastre, se encarece un 19%.

También se paga mucho más por los viajes que en el año pasado: los hoteles, hostales y pensiones suben un 45% -se comparan con un año aún marcado por la covid-, los paquetes turísticos internacionales un 12%, los nacionales un 8,4%...

Es un dato "malo", una "inflación desbocada" que está sufriendo Europa, ha valorado este miércoles el presidente Pedro Sánchez en el Congreso, prometiendo hacer lo posible para reducirla. “Tiene mucho que ver con la actual situación de Ucrania, los precios de la energía y los alimentos”, siguió.

Mes sobre mes, los precios se encarecen el 1,9%. En el acelerón de precios, solo en junio ya se vieron incrementos notables en frutas frescas (11%), gasolina (10,8%) y gasóleo (9,2%). Asimismo, sobresalen la subida en paquetes turísticos por España (17%) y en los hoteles y alojamientos (9,3%). Así, el 2022 sigue siendo un año negro para el consumidor si se mira la evolución de los precios, imparable. Arrancando primero con la subida de la electricidad (el 33% anual) y los surtidores de las gasolineras, se ha ido extendiendo a toda la cesta de la compra.

"Los resultados han superado ampliamente las expectativas en casi todos los grandes grupos que componen el IPC", señalan desde Funcas. La inflación subyacente, la que no tiene en cuenta la energía o los alimentos frescos, esté igual de disparada. Se confirma en el 5,5%, tasa más alta desde agosto de 1993.

En este contexto, sigue expandiéndose la batería de medidas que ha aprobado el Gobierno para intentar paliar el impacto de la guerra de Ucrania y la subida de los precios en el cliente. Desde el tope al gas en el mercado eléctrico a la bonificación de 20 céntimos en el precio de la gasolina o el cheque de 200 euros para familias vulnerables, este martes se anunció la gratuidad en el tren de la red estatal a partir de septiembre. 

Tendencia

Funcas alerta que el IPC seguirá por encima del 10% en julio y agosto

Todo intentando aliviar los costes que enfrentan las familias, que a la hora de la verdad no les queda más remedio que recortar gastos viendo la menor evolución de los salarios -los sueldos de convenio suben un 2,45% hasta junio, lejos de la inflación-. "Los salarios necesitan crecer y se deben incluir cláusulas de revisión salarial en todos los convenios para evitar la pérdida de poder adquisitivo", reaccionaban este miércoles desde UGT. 

"En el escenario central, la tasa de inflación se mantendrá por encima del 10% en julio y agosto. En los meses posteriores descenderá hasta situarse en torno al 8% en diciembre", calculan en Funcas, que ha revisado al alza un punto su previsión de media anual, al 8,9%.

El gasoducto Nord Stream 1 a su paso por Lubmin, Alemania (Reuters)

Las importaciones energéticas se encarecerán con la caída del euro

Reuters

Por autonomías, la inflación más elevada se da en Castilla-La Mancha, con el 12,7%, seguida del 11,6% de Castilla y León. Hace un mes sólo la primera superaba el 10%. Hoy también lo hacen Galicia (11,1%), Aragón (11%), Murcia (10,9%), La Rioja (10,6%), Andalucía (10,5%), Asturias (10,3%), Melilla (10,1%) y Cantabria (10%). En Catalunya es del 9,7%, por el 9,5% de Madrid.

A todo esto se suma ahora la paridad entre el euro y el dólar, que amenaza con encarecer las importaciones energéticas de los países de la moneda común. A modo de ejemplo, les saldrá más caro el gas licuado que importan de EE.UU., hoy gran proveedor de España, o los derivados del petróleo. En definitiva, más presión para un mercado ya tensionado por la guerra en Ucrania. Repostar o poner el aire acondicionado en verano puede ser incluso más caro...

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