Los rebrotes alejan la recuperación y zarandean de nuevo a las bolsas
Emergencia económica
El Ibex cae un 3,4% y pierde los 6.700 puntos en un día aciago para los bancos
Las bolsas mundiales se pegaron ayer un batacazo descomunal por la evolución de la pandemia, el vencimiento de los derivados del pasado viernes y la preocupación por el futuro de los bancos. Todo cayó a plomo. En el caso del Ibex, que ya acumulaba un deterioro superior al de sus pares por el fuerte peso del sector financiero en el índice, el retroceso fue del 3,4%, lo que le llevó a cerrar justo por debajo de los 6.700 puntos.
Después de varios meses anodinos, en los que no ha logrado consolidar el rebote, el Ibex ha bajado ya al nivel de mayo y está muy cerca de los 6.107 puntos a los que llegó a mediados de marzo, es decir, en mínimos del 2012. Por otra parte, el pasado viernes coincidieron los vencimientos trimestrales de opciones y futuros sobre índices y acciones, lo que se conoce como cuádruple hora bruja. Las jornadas siguientes a este evento suelen estar dominadas por las ventas.
“Es muy posible que volvamos a ver al Ibex a la altura del peor momento de la pandemia, aunque yo creo que alrededor de los 6.500 puntos ya debería ir entrando dinero y detenerse la sangría”, comenta Kai Torrella, consejero delegado de Gesinter. En la sesión de ayer, IAG –el holding de British Airways, Iberia y Vueling– se hundió un 13%, liderando el castigo a las empresas relacionadas con el turismo: Amadeus, Meliá y Aena bajaron un 7,7%, 6,2% y 5,1%, respectivamente.
Pero la palma se la llevó la banca, que ya se encontraba deprimida y ayer volvió a protagonizar una jornada de sobreventa. El Santander, BBVA y Banc Sabadell perdieron un 6% cada uno y se comportaron algo mejor que Bankinter, que limitó los daños al 5%. CaixaBank y Bankia, con su fusión recién lanzada, solo bajaron un 3,5% y un 2,8%.
Miedo al confinamiento
El sector turístico y los bancos lideran las caídas ante una crisis sanitaria que no cede
En Europa, las entidades financieras vivieron una jornada negra, alimentada por las mismas preocupaciones que afectan al resto de las empresas cotizadas y por el factor añadido de posibles actuaciones de blanqueo de capitales de muchos de los grandes bancos. ING y Deutsche Bank se desplomaron un 9%, Societé Generale bajó un 7,7% y BNP Paribas retrocedió un 6,4%...
“Los alicientes para invertir en bancos son escasos, con su materia prima –los tipos de interés– haciendo casi imposible su rentabilidad, con riesgos al alza en sus balances y, para completarlo, graves problemas reputacionales”, apunta Gonzalo Lardies, gestor de fondos de Andbank.
El mal comportamiento de las entidades financieras, junto con el pesimismo general, provocó descensos del 3,4% en Londres, del 3,7% en la bolsa de París, del 4,4% en Frankfurt y del 3,8% en Milán. En el otro lado del Atlántico, Wall Street se abonó también a las pérdidas, aunque más moderadas, algo superiores al 2%. El índice MSCI, en el que pondera la evolución de las acciones de 49 bolsas mundiales, se contrajo ayer hasta niveles de principios de agosto.
Según los analistas, la corrección de ayer está relacionada con el descontrol que se observa en la crisis sanitaria de la pandemia –especialmente en España, Reino Unido y Francia–, lo que añade altos grados de incertidumbre en torno a la recuperación. “El aumento de casos de coronavirus podría llevar a algunos países a volver a determinadas restricciones que obliguen a paralizar la economía y a reducir el entramado productivo como ya vimos en marzo y abril”, explica Darío García, de XTB. Por otro lado, surgen dudas sobre la vacuna de Astrazeneca, ya que un segundo voluntario se ha visto afectado por una enfermedad neurológica desconocida.
Las dudas que vienen
La volatilidad se verá acentuada ahora por la proximidad de las elecciones en EE.UU.
Todo se complica y el futuro, al menos a corto y medio plazo, aparece repleto de un montón de dificultades por mucho que ahora se empiece a hablar ya de una nueva actuación de los bancos centrales, con el BCE a la cabeza, para volver a anestesiar a los mercados y evitar el pánico. Pero, aunque la financiación de las empresas y los estados sí que está respaldada por el dinero barato, no es seguro de que el manguerazo vuelva a funcionar por lo que respecta a las bolsas.
“La liquidez fue tremendamente eficaz en marzo, pero no puede ser la solución, ya que no arregla los problemas de solvencia”, insiste Lardies, de Andbank. Ahora, además, se echan encima las elecciones presidenciales de Estados Unidos, para las que quedan apenas 30 sesiones bursátiles. La volatilidad, habitual en las bolsas en esta parte final del año, puede dispararse en las próximas semanas por lo incierto del resultado y de su gestión por la administración Trump en caso de que todo esté muy parejo el 3 de noviembre.