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Maurice Greenberg, el impulsor del gran acuerdo entre EE.UU. y China

Perfil

El veterano empresario de Wall Street apuesta por un pacto de envergadura que acabaría beneficiando a todos

Greenberg en su despacho en Nueva York: a sus 94 años no piensa en jubilarse

William Taufic

Resumir la vida de Maurice Hank Greenberg en una página es una misión imposible. Hasta injusta.

No pasa todos los días poder conversar con alguien que ha luchado en la Segunda Guerra Mundial y ha visto con sus propios ojos la tragedia del Holocausto en el campo de Dachau; un empresario de éxito que en pocos años convirtió AIG en la primera empresa de seguros del mundo, con una capitalización bursátil de 180.000 millones de dólares; un economista respetado que ha presidido la Reserva Federal de Nueva York; un hombre de negocios que se ha relacionado con Henry Kissinger y que ha sido condecorado con la legión de honor de Francia; el ejecutivo que conoce China como la palma de su mano y que fue asesor del alcalde de Shanghai.

En la actualidad es presidente y director ejecutivo de CV Starr, una firma de servicios financieros. A sus 94 años, Greenberg no tiene intención de jubilarse. De hecho, estuvo en la Casa Blanca en la firma del último acuerdo comercial entre Pekín y Washington. “No será fácil, pero el pacto se pondrá en marcha. China está sufriendo por el coronavirus y eso puede influir en las negociaciones. Pero los líderes de ambos países son conscientes de que esto ayuda a ambas economías. Más importante aún, saben que la relación entre China y Estados Unidos es importante para los demás. Un mundo con ellos aliados es más seguro. Un mundo con ellos enfrentados es lo opuesto”, valora.

Experiencia

“Yo serví en dos guerras. Aprendí que la guerra no hay que condenarla, hay que evitarla”

Greenberg antes que nadie entendió la globalización y que Asia sería el centro de gravedad de los negocios. Fue de los primeros empresarios que montó negocios en China. En la actualidad, ve como la subida arancelaria y la guerra comercial hacen el planeta otra vez más pequeños, con barreras. Pero Greenberg considera que hay que poner las cosas en su contexto. “Tenemos que mirar a la historia de las relaciones internacionales. No es un secreto que EE.UU. ha sido generoso con sus aranceles con muchos países, con el objetivo de ayudar a los vecinos y también a los chinos”, sostiene. “Cuando acabó la guerra de Corea, en la que viví uno de los inviernos más duros de mi vida, nosotros ayudamos a los demás, abrimos nuestros mercados y muchos se aprovecharon de nuestra generosidad. Ahora la actual Administración quiere una relación con China que sea más equilibrada en estas relaciones comerciales. Por eso se subieron los aranceles”.

En lo inmediato, reconoce que el efecto del coronavirus es incierto y puede cambiar las relaciones de fuerza entre los dos países. “Es muy difícil saber qué pasará. Estoy en contacto con mi gente en China a diario. Pueden sufrir problemas de suministro. Habrá un efecto, pero estoy convencido de que lo superarán. Su gente es muy fuerte, está comprometida. Tomará su tiempo. Y el virus no sólo es cosa de China, golpea al resto del mundo, especialmente las economías asiáticas”.

Economía

“No veo nada que pueda interrumpir el ciclo económico positivo en EE.UU.”

Greenberg tiene confianza en los actuales líderes chinos. “Sus líderes han ido cambiando según las épocas, pero es cierto que durante muchos años no han querido ser dominados por firmas extranjeras, por eso hoy en día tienen tantas firmas estatales. Sin embargo, han introducido leyes recientes que facilitan el acceso a las compañías de fuera. No es algo perfecto, pero es mejor que lo que había antes y creo que ellos van a seguir”.

Este veterano inversor sostiene que la economía norteamericana, ante tanta incertidumbre, tiene la posibilidad de afianzar su liderazgo como motor del crecimiento mundial. Su balance de la presidencia Trump es positivo. “Nunca hemos tenido tanto empleo, los salarios suben. No veo nada que pueda interrumpir el ciclo actual, lo único puede ser la debilidad en Asia durante un par de años”.

Desde el puesto privilegiado que ofrece la sabiduría, Hank Greenberg se queda con esencial: “Los líderes tienen que hacer todo lo posible para evitar conflictos. Nunca hay ganadores en una guerra. Perdemos vidas y crecimiento económico. Una guerra en el futuro no sería como las del pasado, estamos en la era de las armas nucleares. No basta con condenar la guerra. Hay que evitarla”.

Desembarco en Barcelona

CV Starr consolida su expansión en España y acaba de abrir sus puertas en Barcelona. La firma hace negocios en todas las partes del mundo y proporciona pólizas de seguro comercial para empresas.

En la actualidad el grupo Starr, después de que Greenberg tomara las riendas casi de la nada, cuenta con 7.000 empleados y crece cada año. Según Greenberg, “muchas empresas catalanas pueden beneficiarse de nuestros productos financieros, pero ya que nuestra compañía fue fundada en China en 1919, tenemos muchas relaciones en el país. Si hay alguna empresa que necesita seguros o hacer negocios en China nosotros estaremos encantados de ayudarla. Le ofrecemos ambas cosas”.