Francia anunció este martes que ha propuesto congelar hasta diciembre de este año la entrada en vigor de la llamada tasa Google con la que se eleva sustancialmente la carga impositiva de los gigantes de internet. La medida se interpreta en los mercados como un gesto con Estados Unidos para buscar un acuerdo y terminar con la guerra comercial. La propuesta será discutida hoy en la reunión que mantendrán en Davos el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, con el secretario norteamericano del Tesoro, Steven Mnuchin.
En diciembre, Estados Unidos anunció que iba a imponer aranceles por valor de 2.400 millones de dólares –unos 2.200 millones de euros– para ciertos productos franceses en respuesta a esa tasa. Los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Estados Unidos, Donald Trump, hablaron el pasado domingo por teléfono y acordaron la tregua.
El presidente de Estados Unidos y la activista Greta Thunberg chocan por la crisis climática
Pese a esto, Trump continuó este martes amagando con nuevas hostilidades y dijo en una entrevista a The Wall Street Journal que si no hay un acuerdo con la Unión Europea pondrá aranceles al sector del automóvil. Este martes, el magnate se reunió con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en lo que calificó como “una buena charla”.
En el ámbito público, Trump aprovechó su intervención en Davos para presumir de su gestión económica y social y abordar la cuestión de la emergencia climática, el eje conductor de la presente edición del Foro Económico Mundial. No hay caso, ni emergencia, crisis climática o calentamiento global, según Trump. Sólo su gestión. El presidente se jactó de haber situado Estados Unidos como el primer productor mundial de petróleo y gas, las principales energías fósiles, y de ser totalmente autónomo en la energía. Esta es, dijo, “la revolución energética americana”. “Estados Unidos ya no necesita importar energía”, añadió.
Luego, Trump tiró de la historia para tratar de justificar su negacionismo. “Predijeron una crisis de sobrepoblación en los años sesenta, una hambruna masiva en los años setenta y el fin del petróleo en la década de 1990. Estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de nuestras vidas. Pero nunca dejaremos a los socialistas radicales destruir nuestra economía, nuestro país o acabar con nuestra libertad”, resumió.
Sacó pecho
“América está ganando como nunca antes”, lanzó Trump a las élites de Davos
En la primera parte de su discurso, Trump desgranó los datos económicos que le hacen sentirse más orgulloso y seguro de su éxito. “América está ganando como nunca antes”, lanzó a las élites de Davos. El mitin de Trump incluyó referencias a los más de 7 millones de empleos creados desde su elección en noviembre del 2016 y resaltó aspectos sociales: “No estamos concentrando la riqueza con el progreso de unos pocos, sino haciéndolo de forma inclusiva”, continuó. Pero no se detuvo ahí. El presidente recordó que lo logrado en el mercado de trabajo y en unas bolsas disparadas durante su mandato se ha conseguido a pesar de los palos en las ruedas de la Reserva Federal.
No importa que ya no esté Janet Yellen, la presidenta de su primer año, y que Jerome Powell abaratara tres veces el precio del dinero el año pasado: “La Fed subió los tipos demasiado lentamente y los bajó muy lentamente”, acusó. Pero es igual. Como resumió al final: “Para cualquier negocio en busca de un lugar para triunfar, no hay mejor lugar que Estados Unidos”.
Unas horas antes de que hablara Trump, la activista sueca Greta Thunberg, que asistió a la conferencia de Trump, había denunciado la emergencia climática y la inacción del mundo ante ella a pesar de la satisfacción de ver que el mensaje ha calado. Los hechos siguen siendo preocupantes para Thunberg. “Las emisiones a la atmósfera no se han reducido en el último año”, dijo. La joven aseguró en su segunda intervención del día que comprendía lo dura que es la transición ecológica, sobre todo económicamente, pero insistió en que no había excusas para ponerle remedio y trató de encontrar complicidades recordando que el beneficio o la reducción de pérdidas a corto plazo no puede detener este proceso imprescindible.
Con todo, su mensaje más duro fue contra los políticos, a los que se dirigió directamente para reclamarles que tomen cartas en el asunto. Según su opinión, tanto la derecha como la izquierda o el centro “han fracasado” en la lucha contra la emergencia climática. Es tiempo, remachó, de pasar a la acción.