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La economía resiste y sigue creciendo a un ritmo anual del 2%

Balance trimestral

La creación de empleo pierde fuerza en el tercer trimestre, con 332.000 puestos más

El consumo y la inversión mantienen el avance del PIB

Mané Espinosa

Entre julio y septiembre, la economía mantuvo un ritmo de crecimiento anual del 2%, el mismo que en el trimestre anterior. También repite un avance intertrimestral del PIB del 0,4%, apuntalado por el consumo y la inversión. Según el avance del INE, el consumo privado recupera fuerza con respecto a meses anteriores, con una mejora del 1,7% con respecto al mismo periodo del año pasado. Toma aire el gasto de las familias, que crece un 1,5%, casi un punto más que entre abril y junio, encadenando prácticamente seis años al alza. Y sigue por encima del 2% el consumo de las administraciones públicas.

También hay señales de estabilidad en la inversión de las empresas (sube un 2%, duplicando el registro del trimestre anterior); en especial, de maquinarias y bienes de equipo. Mientras, la inversión en vivienda afloja y presenta la primera caída desde principios del 2016.

A pesar de la incertidumbre internacional, la demanda externa aún contribuye al aumento del PIB, en este caso con 0,2 puntos. Las ventas en el exterior marcan su mejor registro del último año (+2,3%), mientras que las importaciones salen de terreno negativo y vuelven a crecer al 2%.

La economía de la eurozona vuelve a crecer un 1,1%, según adelanta Eurostat

El mercado laboral ofrece, en cambio, signos de mayor deterioro en el crecimiento. En este tercer trimestre, el empleo crece al 1,8%, frente al 2,5% registrado entre abril y junio. En términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, alcanzan los 332.000 –con respecto al trimestre anterior, el aumento es apenas del 0,1%–. Cada vez queda más lejos un ritmo de creación de empleo de 450.000-500.000 al año. En cuanto a los salarios, la remuneración por asalariados y los costes laborales presentan un aumento similar, por encima del 2%.

Por sectores, la evolución de la actividad económica se beneficia del incremento de la industria (un 1,8%, el nivel más elevado desde finales del 2017) y de un crecimiento un poco más suave en los servicios. Al tiempo, la construcción reduce sensiblemente su ritmo de crecimiento, al pasar
de un registro de entre el 5% y el 6% de los últimos trimestres a sólo una subida del 2,4%. Es el peor dato en cinco años.

Tal y como no dejan de insistir desde el Gobierno, los datos sobre los componentes de la economía española reflejan una evidente ralentización pero son sensiblemente más elevados que los del conjunto de la UE. Ayer, en una primera estimación, Eurostat publicó que la actividad de la eurozona mejoró un 0,2% con respecto al trimestre anterior y la Unión Europea, un 0,3%. De esta forma, mantiene un ritmo estable de crecimiento que, en términos interanuales se traduce en un aumento del 1,1% para la zona euro y del 1,4% en la Europa de los 28.

“Nadie ve a corto plazo riesgo de crisis y menos en España, que crece al doble de la media de la Unión Europea”, aseguró la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, en La Sexta. “España está capeando mejor que otros esta situación”, si bien “en un entorno de ralentización, se está creciendo menos que el año pasado”, aseguró. Además, puso el acento en el hecho de que la demanda interna y externa se están “turnando para tirar de la economía” y en que las exportaciones están “manteniendo un pulso fuerte a pesar de la desaceleración mundial”.