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Carinsa huele a innovación

Mundo empresarial

La firma de Sant Quirze de aromas y fragancias patenta el primer chicle dual del mundo

Las hermanas Denia y Vanesa Martínez, vicepresidenta y directora general, frente al cromatógrafo

LV

El grupo Carinsa, especialista en aromas y fragancias, se sustenta sobre cuatro bases llenas de matices: internacionalización, diversificación, investigación e innovación, con convenios con centros tecnológicos. La firma de Sant Quirze del Vallès, fundada en 1993 por el ingeniero químico Alberto Martínez y dirigida desde su fallecimiento por sus dos hijas, Vanesa y Denia Martínez, ofrece cifras contundentes. Tiene 160 empleados y unos 600 clientes de sectores tan dispares como el alimentario o el de la limpieza. Cada división tiene unos 100 proyectos activos.

Trabajan con 3.000 materias primas y con equipos multidisciplinares de perfumistas, biotecnólogos y expertos en neurociencia. “A medio/largo plazo, tenemos unos 20 proyectos de alimentación y una quincena de perfumería. La innovación puede venir de una idea interna, de una necesidad del cliente o de un proyecto conjunto”, explica Vanesa.

Han ganado un proyecto europeo sobre capsulación tras 10 años de estudio, con una subvención de 1,6 millones. “El consumidor busca que una prenda mantenga varios días el perfume del lavado. La solución con que hemos dado es que pones a la fragancia una especie de capas, y a medida que se fricciona se libera el perfume. Además, es biodegradable, sostenible y no deja partículas secas que perjudiquen el medio ambiente. Y se ahorra un 15% en el lavado”, prosigue Denia.

Con 160 empleados, la empresa exporta a 56 países y prevé facturar este año 48,5 millones de euros

La facturación ha pasado de 44 millones de euros en 2017 a los 48,5 con que prevén cerrar 2019. Han invertido 12 millones en un nuevo edificio bioclimático en Sant Quirze, que abrirá en enero de 2020, y en tecnología punta con un cromatógrafo de alta precisión. “Nuestro padre era un visionario que detectó tendencias avanzándose a las necesidades de la industria y del cliente final en el sector cárnico, la perfumería y la higiene personal, entre otros. En estos 26 años, nos hemos especializado en un nuevo sector cada año y ya estamos en confitería, lácteos, sopas y conservas de pescado”, detallan. La internacionalización hacia Europa (un 35% de sus ventas), Asia, África y América ha sido clave para exportar a 56 países.

En Carinsa se respiran diferentes aromas –en alimentos– y fragancias. Pero, sobre todo, huele a innovación. El grupo acaba de patentar –y hará su presentación mundial en Francia este jueves– el primer chicle dual del mundo, como los soñados caramelos de Willy Wonka. “Es un chicle que empieza con un gusto y tras masticarlo, cambia a otro. Comenzamos con el de fresa que se transforma en menta. Y también tenemos uno que va de la piña a la piña colada y acaba en coco”, describe Denia. Otras patentes innovadoras que les ha ayudado a ser disruptivas son un embutido vegetal, o un fuet sin lactosa que protege también de otras intolerancias.