La compañía de centros de formación de programadores Ubiqum, creada en Barcelona a principios del 2016, tiene previsto un fuerte plan de expansión en los próximos tres años que le llevará a más que duplicar el número de ciudades en las que está presente en la actualidad. La empresa de code academies –como se las conoce en el sector tecnológico– acaba de desembarcar en Madrid tras haber comprobado la buena aceptación de sus servicios en Amsterdam y Berlín, además de la capital catalana.
“Este año abriremos en una segunda ciudad alemana para ir después a Londres y París y, ya en el 2021, iniciaremos nuestro desarrollo en Estados Unidos y Canadá”, asegura Sebastián Barajas, fundador y consejero delegado de Ubiqum. La diversificación geográfica se produce después de probar y perfeccionar el modelo de negocio. Ubiqum ofrece cursos de 800 horas para desarrolladores de software y analistas de datos. En los últimos tres años, cerca de 500 personas han pasado ya por sus centros y se ha colocado en poco tiempo a más del 90% de los alumnos.
Ubiqum
El grupo concederá quince becas de formación a mujeres para aumentar su presencia en el sector
Ashley Cramer, licenciada en ADE, acabó hace dos años y se declara muy satisfecha con el rendimiento obtenido: “He estado trabajando como jefa de proyectos informáticos en una consultoría que trabaja para InmoCaixa y ahora me voy como jefa de producto a una start-up”, afirma. Su caso es el de muchos de los alumnos de Ubiqum: personas sin demasiada proximidad a la tecnología que se sienten atraídos por ella y, en poco tiempo, acaban trabajando en compañías del entorno digital.
Ubiqum facturó 1,7 millones de euros en el 2018 y confía en llegar a los cuatro millones este año. Sus previsiones pasan por duplicar o triplicar la cifra del 2019 en los ejercicios siguientes. “La idea es llegar a más sitios y ampliar la oferta de nuestros servicios”, explica Barajas. En la agenda para este año está el inicio de una oferta de cursos para personas que están trabajando y no pueden permitirse dedicar ocho horas al día para formarse.
Las academias de Ubiqum se organizan a través de grupos de trabajo que simulan la vida de una empresa. Los alumnos aprenden a programar programando, siempre bajo la tutela de los formadores.
“No hay que estudiar, pero tampoco es un curso pasivo; lo que se pide a todos es que derriben la supuesta barrera de entrada al sector y aprovechen su oportunidad de convertirse en programadores”, insiste Barajas. Uno de los objetivos de Ubiqum es ayudar a mejorar la presencia de las mujeres en un sector –el de la tecnología– dominado por los hombres. Por eso, la empresa dará quince becas reservadas a mujeres.