Davos y los números
En el reciente encuentro del WEF en Davos han resonado tres números: en el 2030, el trillón
(el americano, nuestro billón) y el 4. Y si es cierto, como dice el profesor De Debò de La Compètencia, que los números nos hablan, ¿qué nos quieren decir?
El 2030 ha salido en varias conferencias como horizonte: el año en que estaremos muy cerca de una IA general (aquella capaz de realizar cualquier tarea cognitiva humana); el año de la 5.ª Revolución Industrial, que nos dará las herramientas para afrontar los retos globales, entre ellos el cambio climático y revertir el calentamiento global; el año en que todo el mundo estará conectado; y el año que habremos terminado con las desigualdades porque los beneficios de la tecnología llegarán a todo el mundo. El 2030 es también la constatación de que hemos retrasado diez años (una vez más) los propósitos que teníamos para el 2020.
La otra cifra es la del trillón americano. Ha salido en relación a China, referida a las inversiones del gigante asiático en infraestructuras, en relación al valor del Amazon chino Ali Baba, y la hemos visto en la calle Promenade en un cartel gigante, en donde el primer ministro indio Narendra Modi nos invitaba a invertir en su país. Unos y otros tienen las bases de datos más grandes del mundo de sus ciudadanos: China mediante los pagos móviles de Ali Pay y WeChat y la India con los datos biométricos de más de mil millones usuarios de su Catsalut. La cifra es la constatación del mundo multipolar que llega con China disputando la supremacía tecnológica a EE.UU. La imagen en una pantalla gigante del WEF de un mapa centrado en el Pacífico, con EE.UU. a un lado y China a la otra, y Europa perdida en un rincón arriba a la izquierda es su visualización.
Y este nuevo orden mundial nos lleva a la cifra protagonista de la edición de este año de Davos: el 4 de la Globalización 4.0. La Globalización 3.0 –la que unió Europa en un mercado único, la que llevó a la caída del muro de Berlín, la que dio un mercado global a Japón y a los tigres asiáticos, la que hizo crecer el PIB de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a niveles históricos y la que ha permitido a EE.UU. liderar la economía digital global– ya no sirve en una economía basada en la información. En los países de la OCDE los salarios se han desacoplado de la producción, la misma tecnología que sirve pera unir personas sirve también para dividirla (lo comentaba Tim Berners-Lee en Davos), y la robotización y la IA sustituyen trabajos repetitivos más rápido de lo que no pensábamos: combustible prémium para populismos, nacionalismos y proteccionismos. La paradoja de la globalización.
Recuérdenme dentro de diez años que escriba sobre el 2040, el trillón (esta vez de nuestro) y sobre la globalización 5.0.
Davos: 2040, un trillón y 4.0. Los números de la esperanza o del fracaso.