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El Supremo deja a Rato al borde de prisión al confirmar las penas por las ‘tarjetas black’

Tarjetas black

Las ‘tarjetas black’ se repartieron entre consejeros y directivos para gastos al margen de sus retribuciones, con un quebranto de 12 millones de euros

Rodrigo Rato

Dani Duch

El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de cuatro años y medio de prisión impuesta por la Audiencia Nacional a Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, por el caso de las ‘tarjetas black’, desestimando su recurso. El dictamen lo deja al borde de prisión, ya que si bien puede recurrir al Tribunal Constitucional es difícil que dicha vía prospere.

Rato es condenado por un delito continuado de apropiación indebida por su participación en el entramado que permitió la emisión y reparto de tarjetas fuera del circuito legal, opacas a Hacienda, entre directivos y consejeros de la entidad.

Con las ‘black’ se gastaron más de 12 millones de euros en consumos personales. Según el Supremo, los implicados disponían “a su antojo” del dinero de la entidad. En este sentido, la instancia ha confirmado asimismo la condena a otros 63 exdirectivos de la entidad, cuyas penas oscilan entre cuatros meses y cuatro años y medio de cárcel.

El papel de Blesa y el funcionamiento del entramado

La sentencia desestima los recursos que habían presentado Rato y otros de los más de sesenta implicados por la sentencia de la Audiencia Nacional. En el caso del también ex director gerente del FMI, considera proporcionada su condena ya que “se lucró indebidamente y permitió el lucro de los demás”.

De total de 12 millones defraudados, 2,6 millones corresponden a la etapa de la presidencia de Rato, entre febrero de 2010 y mayo de 2012, mientras que el resto, el grueso, se dio cuando estaba al frente Miguel Blesa, ya fallecido, 1996 y 2010, bajo la denominación de Caja Madrid.

El dictamen, largamente esperado, pone fin a años de uno de los juicios más mediáticos y que tuvo entre sus grandes protagonistas al fallecido Miguel Blesa, definido por la Audiencia Nacional como el ideólogo e impulsor de esas tarjetas. Según la instancia, la llegada de Blesa, predecesor de Rato, a la entidad, normalizó el uso de tarjetas opacas para directivos y consejeros al margen de sus retribuciones.

Rodrigo Rato y Miguel Blesa, presidente entre 2003 y 2010

Pool / Reuters

De los 12 millones de euros que se gastaron con las tarjetas, 9,3 millones de euros se dieron en la etapa de Blesa como presidente de Caja Madrid. El sistema, empero, se remonta a 1988, cuando cargos de Caja Madrid planificaron un sistema de funcionamiento opaco para uso del presidente, miembros de órganos del banco, el Consejo de Administración y la Comisión de Control, recoge el Supremo.

Era un sistema ya “pervertido en su origen y en su traslado a la práctica”, que Blesa y Rato “mantuvieron y ampliaron”, incluido el uso personal, “actuando como si fueran dueños del dinero, en cuya cuantía se perjudicó al patrimonio de la entidad”.

Desconocimiento del delito

Las tarjetas quedaban al margen de los documentos oficiales de la entidad, los contratos, las dietas y las declaraciones de impuestos -no se liquidaban- y tampoco se exigía justificación de los gastos. No había más que el límite de gasto mensual o anual que se fijara.

Algunos acusados intentaron justificar el gasto con el argumento de que no sabían que lo que hacían era ilegal. “Ninguna persona con una formación mínima, lo que se podría identificar con el hombre medio, podría entender de forma mínimamente razonable, que unas percepciones dinerarias que funcionaban con tal grado de ocultación y opacidad, también a efectos fiscales, pudieran estar justificadas en las normas aplicables”, reprocha la sentencia, denegando el atenuante o eximente.

Rebaja de la condena de Sánchez Barcoj

Entre el resto de implicados, las condenas oscilan entre los cuatro meses y los cuatro años y medio, al tenerse en cuenta la restitución del dinero que hicieron algunos de los implicados o la consignación de lo reclamado como fianza. En todo caso, no se aplica a Rato, que devolvió el dinero que utilizó con su tarjeta, ya que su responsabilidad alcanzaría una cantidad mucho mayor.

El exdirectivo de Caja Madrid Ildefonso Sánchez Barcoj ve rebajada su condena de 2 años y 6 meses de prisión a un año menos un día de prisión por el mismo delito que se atribuye a Rato, tras descartarse una doble condena por dos delitos (uno como cooperador necesario y otro como cómplice) por los que le condenó la Audiencia.