Los países nórdicos y los destinos turísticos del sur de Europa estaban conectados por la aerolínea islandesa de bajo coste Primera Air hasta esta media noche, cuando la compañía ha cesado sus operaciones tras declararse en quiebra. La decisión ha dejado a miles de pasajeros en tierra a la espera de una solución.
Primera Air, con sedes en Copenhague (Dinamarca) y Riga (Letonia), conectaba los países del norte de Europa con una decena de destinos en España (unos 40 en el sur del Viejo Continente). Además, hace un mes anunció nuevas rutas que conectarían Europa con América del Norte desde Madrid. Nueva York, Boston y Toronto iban a ser las conexiones que la aerolínea iba a realizar a partir de 2019 con un precio inicial de 149 euros cada trayecto. Durante el año que viene también tenía que inaugurar vuelos directos desde Fráncfort hacia las Nueva York, Boston, Toronto y Montreal. Aun así, el aeropuerto londinense de Stansted, que estudia la opción de promover rutas transatlánticas, ya recomendó a los pasajeros no viajar con Primera Air.
“La compañía ha trabajado sin descanso los últimos meses para asegurar una financiación a largo plazo”, ha señalado la aerolínea en un comunicado. Primera Air no ha sido capaz de alcanzar un acuerdo con su banco para una financiación puente, por lo que no han encontrado “otra opción que solicitar la bancarrota”. “En este triste día os decimos ‘adiós’ a todos”, concluye el comunicado.
En los dos últimos años, “varios hechos desafortunados” han tenido lugar. Problemas como la pérdida de un avión por problemas de corrosión y retrasos en la entrega de su nueva flota de Airbus A321neo han afectado gravemente la situación financiera de la compañía. Se vio obligada a cancelar muchos vuelos a principios de año. Además, recibió muchas quejas de los usuarios por malos servicios y retrasos en los reembolsos.
Los fabricantes Airbus y Boeing, culpables y afectados
La quiebra de la aerolínea puede ser un duro golpe para los fabricantes Airbus y Boeing. Ambas empresas utilizaron a la compañía como un escaparate de nuevas estrategias. Habían probado un nuevo sistema de análisis de datos para ayudar a las aerolíneas a operar sin problemas, lo que también expandiría sus propios ingresos.
Primera Air también se encontraba en el centro de una batalla en los dos gigantes fabricantes de aviones. Luchaban para mejorar el alcance y el rendimiento de sus modelos de pasillo único más vendidos para atraer a nuevos agentes al lucrativo mercado transatlántico.
Monarch Airlines y Air Berlin también quebraron en 2017
El origen de Primera Air se encuentra en la aerolínea islandesa Jet X, fundada en 2003 y adquirida cinco años después por el grupo Primera Travel Group, también islandés. Ha llegado a tener 97 destinos en más de 20 países.
La quiebra de la compañía llega exactamente un año después de que la británica Monarch Airlines también se hundiera debido a la alta competencia y a la debilidad de la libra. Antes, en agosto de 2017, Air Berlin también se declaró en bancarrota. Era la segunda aerolínea más grande de Alemania.